¡°Nunca le vi tan feliz tanto tiempo¡±
"Casi todos los amigos le salimos agn¨®sticos¡±, comenta un compa?ero de juventud del papa Se conocieron a los 14 a?os, cuando estudiaban juntos
![Francisco Peregil](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F756c8425-e4d4-47b8-84ad-522ac0df60cc.png?auth=c309fa4733b6235916d93c4e29073838719e07676326964090fc6983cd95a1e7&width=100&height=100&smart=true)
![El Papa Francisco con sus amigos de la infancia.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/YBIJN7MUBTJ7BDCFABMP4BLPSM.jpg?auth=f4c83aa481816bddcd9c19d1777bb96089172f81026f95176610290809e0c108&width=414)
Cuando Jorge Bergoglio eligi¨® llamarse Francisco, su amigo porte?o Alberto Omodei pens¨® que lo hac¨ªa por el amigo com¨²n Francisco Spinoso. "Porque ¨¦l (Spinoso) es la persona m¨¢s buena que conozco", comenta Alberto. Pero Spinoso est¨¢ convencido de que lo hizo por Francisco de As¨ªs, el hijo de un comerciante adinerado que decidi¨® servir a Dios bajo la m¨¢s austera pobreza. Los tres se conocieron con 14 a?os, cuando estudiaban en la Escuela Industrial n¨²mero 12, en el barrio porte?o de Floresta, y compart¨ªan una caja de zapatos con gusanos de seda bajo una morera de la que a¨²n siguen hablando. Uno es empresario, el otro taxista y el tercero cumple este mi¨¦rcoles su primer a?o de papado. Los tres tienen 77 a?os.
Alberto y Francisco llegaron a la secundaria con tan poco apego a la Iglesia que ni siquiera hab¨ªan hecho la primera comuni¨®n. Jorge Bergoglio se comprometi¨® con el director del centro a que los convencer¨ªa. La hicieron junto al hermano peque?o de Bergoglio y despu¨¦s fueron todos a tomar chocolate a la casa del futuro papa. ¡°Pero a pesar de aquello, casi todos los amigos le salimos agn¨®sticos¡±, comenta Francisco Spinoso.
Alberto se considera cristiano, aunque asume que siempre vivi¨® m¨¢s bien alejado de la Iglesia. ¡°Jorge sol¨ªa decirme que mi apellido, que significa Hombre de Dios, no casa conmigo, que era ¨¦l quien tendr¨ªa que llamarse as¨ª. Pero bueno¡ yo tambi¨¦n tengo un pacto con Dios. Yo no madrugo y ¨¦l no me ayuda¡±.
Uno de los amigos es empresario, el otro taxista y el tercero cumple el mi¨¦rcoles su primer a?o de papado
Alberto trabaja para una compa?¨ªa de taxis desde las cuatro de la tarde a las once de la noche y Francisco posee una empresa de aerosoles con 60 empleados. Ellos dos siempre trataron de Jorge a Bergoglio, incluso cuando fue nombrado cardenal. ¡°Lo llev¨¢bamos algunos domingos a dar misa en las afueras de Buenos Aires¡±, recuerda Alberto. Una vez consagrado como m¨¢xima autoridad de la Iglesia cat¨®lica, el papa llam¨® cinco veces al amigo empresario hasta que consigui¨® hablar con ¨¦l. Bromearon como siempre hac¨ªan y Spinoso le dijo que cuando volviera a Buenos Aires tendr¨ªa que traerse una sotana de hojalata para evitar que se le colgara tanta gente de ella, es decir, para que no se le engancharan tantos nuevos amigos.
Spinoso se refer¨ªa a los carteles que inundaron las calles donde se dec¨ªa que el papa es peronista. ¡°Para m¨ª nunca fue peronista. Lo ¨²nico que demostraba Jorge en sus discusiones es que era un ac¨¦rrimo anticomunista. De chico sol¨ªa debatir con un profesor que s¨ª que era comunista¡±.
Spinoso cree que Bergoglio sigue siendo el mismo que era, salvo en sus ideas sobre la homosexualidad. ¡°Ha dicho que ¨¦l no es nadie para juzgar a los homosexuales. Esas palabras nunca se las escuch¨¦, son nuevas en ¨¦l. Y me alegro de que as¨ª sea. Porque para ¨¦l la homosexualidad era como si fuera el diablo. Su opini¨®n ha cambiado¡±. Alberto, sin embargo, recuerda que Bergoglio sol¨ªa decir que todo aquello que est¨¢ dentro de la creaci¨®n es obra del creador. ¡°?l pensaba que la obligaci¨®n de cualquier Iglesia es que sus pastores se acerquen hacia quienes m¨¢s lo necesitan. Y para ¨¦l los homosexuales est¨¢n entre quienes m¨¢s lo necesitan¡±.
"Para el papa la homosexualidad era como si fuera el diablo.?Su opini¨®n ha cambiado", afirma uno sus amigos
¡°Donde s¨ª que veo un cambio notable es en su semblante¡±, contin¨²a Alberto. ¡°Antes se re¨ªa en un momento puntual cuando alguien contaba alg¨²n chiste. Pero era un hombre meditativo, introvertido. Y ahora parece siempre alegre¡±. El pasado octubre, en su viaje a la ciudad italiana de As¨ªs, el papa anim¨® a las monjas a sonre¨ªr de verdad ¡°y no como las azafatas¡±. Sus amigos celebran el cambio. ¡°Yo nunca lo vi tan feliz y durante tanto tiempo¡±, se?ala Alberto.
Hay un factor en el que Alberto y Francisco coinciden: nunca escucharon a Bergoglio hablar de f¨²tbol. Sin embargo, tras ser nombrado papa hizo alarde de su simpat¨ªa por el club porte?o San Lorenzo, incluso recibi¨® a una delegaci¨®n del club en el Vaticano. ¡°Pero a ¨¦l nunca le gust¨® ning¨²n deporte¡±, precisa Alberto.
En 1998, cuando lo designaron arzobispo de Buenos Aires, Bergoglio comenz¨® a organizar almuerzos trimestrales con los 15 alumnos que estudiaron junto a ¨¦l la secundaria. Cada vez iban quedando menos, hasta que a la ¨²ltima cita asistieron solo siete, incluyendo a Bergoglio. ¡°Se le notaba como abstra¨ªdo¡±, recuerda Alberto. ¡°Yo le dec¨ªa: deb¨¦s estar cansado de escuchar estas conversaciones de viejos boludos¡±.
¡°Con quien m¨¢s amistad ten¨ªa Jorge era con Francisco Spinoso¡±, contin¨²a Alberto. ¡°Francisco tuvo la desgracia de que su mujer, a eso de los 25 a?os, se volvi¨® esquizofr¨¦nica. Y ¨¦l siempre la cuid¨®. Hasta el a?o pasado en que ya se qued¨® viudo. Para Francisco (Spinoso) el compromiso siempre estuvo por delante de las circunstancias del momento. Y a pesar de ser agn¨®stico, iba a las misas del amigo Jorge y hac¨ªa aportes econ¨®micos a la Iglesia¡±.
¡°Tengo muchas razones para estarle muy agradecido a Jorge¡±, explica Spinoso. ¡°Me ha salvado varias veces. En 2001, cuando la crisis del corralito, mi empresa entr¨® en concurso de acreedores. No ten¨ªamos ni un c¨¦ntimo para pagar a unos abogados. Y ¨¦l habl¨® con un estudio de abogados para que nos ofrecieran sus servicios hasta que pudi¨¦semos pagarle m¨¢s adelante. Y, adem¨¢s de eso, se encarg¨® de buscar un seguro social para atender la enfermedad de mi esposa¡±.
¡°Nunca me dej¨® de sorprender¡±, contin¨²a Spinoso. ¡°Mi hija se cas¨® hace 15 a?os. Yo acompa?¨¦ a mi hija hacia el altar, me puse en un costado para verla subir al altar. Y cuando mir¨¦ al frente me encontr¨¦ a este flaco loco all¨¢ arriba y el tipo se cagaba de risa. La cas¨® ¨¦l. Siempre estaba haciendo pactos por detr¨¢s con tal de ayudar a los otros. Pact¨® con el cura que iba a casarla y nos dio la sorpresa¡±.
El 19 de junio del a?o pasado, a Francisco Spinoso le lleg¨® una misiva desde el Vaticano que dec¨ªa: ¡°Muchas gracias por tu carta del 23 de mayo. Te llam¨¦ por tel¨¦fono pero no te encontr¨¦. Aqu¨ª te mando un saludo para tu socio. Rezo por vos y por Eduardo. Gracias a Dios estoy bien. Por favor, saludos a los muchachos. Un abrazo. Que Jes¨²s te bendiga y la virgen santa te cuide¡±.
El amigo de Roma se desped¨ªa as¨ª: ¡°Afectuosamente, Francisco (Jorge)¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
![Francisco Peregil](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F756c8425-e4d4-47b8-84ad-522ac0df60cc.png?auth=c309fa4733b6235916d93c4e29073838719e07676326964090fc6983cd95a1e7&width=100&height=100&smart=true)