¡°En el flamenco me reconoc¨ª. Me dije: esto soy yo¡±
La guionista vuelve a Uganda para acercar el arte jondo a sus compatriotas
Agnes Kamya ten¨ªa cuatro a?os cuando sus padres, arquitecto y pediatra, abandonaron Uganda huyendo de la guerra y se instalaron, junto a su hermana Caroline, en la vecina Kenia. Desde entonces no ha vuelto a vivir en su pa¨ªs. Aunque sus padres regresaron a Kampala (Uganda) en 1986, a las ni?as las enviaron a un internado en Kent (Reino Unido). Ten¨ªa 11 a?os cuando dej¨® ?frica. En Europa se qued¨® atrapada por la antropolog¨ªa, el cine, la escritura y el flamenco, pero siempre ha sabido que volver¨ªa a su tierra. ¡°A trabajar para el progreso de mi pa¨ªs¡±, declara Agnes, de 39 a?os, sentada al sol en una terraza de la Alameda de H¨¦rcules, su rinc¨®n favorito en Sevilla, donde ha vivido desde 2012.
Aunque ahora escribe guiones ¡ªsu primera pel¨ªcula, Imani (2010), dirigida por su hermana, ha cosechado nueve premios internacionales¡ª, ella es ingeniera de Caminos, Canales y Puertos. ¡°Los padres africanos siempre quieren que sus hijos estudien algo que les proporcione un empleo seguro y que ayude a construir el pa¨ªs¡±, apunta mientras sostiene un t¨¦ turco que, concentrada en el recuento de su vida, se queda fr¨ªo. Hasta Sevilla la trajo el flamenco, un arte que le ayud¨® a superar un bache creativo y que ha inspirado ya dos de sus trabajos.
Esta constructora de guiones ya ha vuelto a su pa¨ªs dispuesta a comenzar el Uganda Flamenco Proyect, una experiencia con formato de documental con la que pretende que el baile se convierta en b¨¢lsamo para las mujeres m¨¢s desfavorecidas. En Sevilla, donde aprende los ¡°palos jondos¡± con Paqui del R¨ªo, deja pendiente el rodaje de otro documental, En busca del duende africano, fruto de su investigaci¨®n sobre los africanos en Espa?a entre los siglos XIV al XVIII. Hace unos d¨ªas prometi¨® volver: ¡°Me voy, pero regreso en verano. Tengo que seguir con los tientos y la sole¨¢ por buler¨ªas¡±.
Kamya prepara el rodaje de una segunda pel¨ªcula con su hermana
Su encuentro con el flamenco fue fortuito. ¡°Estaba escribiendo mi tesis en Londres y, despu¨¦s de un a?o de trabajo de campo, me aburr¨ªa tremendamente teorizar. Me bloque¨¦. Y una amiga me sugiri¨® ir a clases de baile para despejarme. Yo no ten¨ªa ni idea de flamenco, pero experiment¨¦ un sentimiento muy fuerte, como de reconocimiento. Me dije: esto soy yo¡±. El enfrentamiento con su nuevo yo en una academia flamenca de Londres en 2007 le permiti¨® escribir la tesis en seis semanas. ¡°El flamenco cambi¨® mi vida. Me hizo sentirme m¨¢s libre y poder expresarme¡±, afirma con seguridad esta mujer que ha preferido el arte a construir puentes.
¡°Cuando termin¨¦ Ingenier¨ªa ya sab¨ªa que no quer¨ªa dedicarme a eso. Antes de acabar hab¨ªa hecho varios cursos de escritura creativa, algo que me interesaba mucho m¨¢s. A los 22 a?os, dispon¨ªa de las herramientas, pero no ten¨ªa ideas, no hab¨ªa mucho que decir. As¨ª que decid¨ª hacer un m¨¢ster en Antropolog¨ªa¡±, recuerda la guionista, que no ha formado una familia por temor a que las ataduras limiten su trabajo. Tras el ¨¦xito de su primera pel¨ªcula, el t¨¢ndem Kamya no ha perdido el tiempo y est¨¢ listo para la pr¨®xima: Hot comb, la historia de una adolescente en 1962, a?o en el que Uganda se independiz¨® de Reino Unido, que ya tiene un productor holand¨¦s.
¡°Aunque mis padres volvieron en 1986, a mi hermana y a m¨ª nos enviaron al internado, donde estuve hasta que empec¨¦ Ingenier¨ªa en Londres, de forma que solo conozco Uganda de vacaciones¡±, rememora Agnes, quien ha decidido compartir la energ¨ªa y la felicidad que le transmite el flamenco con sus compatriotas.
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