Remesas emocionales y capital masculino
El antrop¨®logo Ernesto V¨¢squez aborda las tensiones a las que se somete la masculinidad de los migrantes peruanos en EE UU
Una investigaci¨®n sobre migrantes peruanos en Nueva Jersey y Nueva York (que incluye a sus familias y amigos que permanecieron en Lima) aborda el proceso de ser hombre en un nuevo pa¨ªs y revela que ellos no solo env¨ªan remesas de dinero, sino tambi¨¦n emocionales. ¡°Tienen que ser proveedores y ser el soporte emocional de la familia que se qued¨®. A veces salen de la cabina de internet llorando¡±, comenta el autor de Being a Man in a Transnational World. The Masculinity and Sexuality of Migration, el antrop¨®logo peruano Ernesto V¨¢squez del ?guila.
V¨¢squez estudi¨® por m¨¢s de cuatro a?os, de 2003 a 2007, mediante entrevistas en profundidad, observaci¨®n participante e historias de vida, a 30 hombres (28 en Estados Unidos, dos en Per¨²) y a 22 familiares o amigos cercanos de aquellos en Lima. De los migrantes, 15 eran homosexuales, 13 heterosexuales y dos bisexuales. Su objetivo era lograr un panorama amplio y detallado de las formas de masculinidad y sexualidad en las comunidades de migrantes peruanos en Nueva York y Nueva Jersey.
En Lima, durante la presentaci¨®n del libro editado este a?o por Routledge, la antrop¨®loga Jeanine Anderson destac¨®, como en otros estudios sobre migraci¨®n, ¡°que poner buena distancia entre el lugar de origen y el de residencia para algunos es una liberaci¨®n, pero seg¨²n los testimonios del libro hay redes de chismograf¨ªa y mecanismos para reportar a Lima qui¨¦n hizo qu¨¦ vestido de qu¨¦¡±.
Anderson tambi¨¦n resalt¨® del estudio ¡°que a pesar de los chismes vemos cierta capitalizaci¨®n por parte de los entrevistados, pues aprenden a moverse en la econom¨ªa, aprenden ciertas habilidades, y, como en la mayor¨ªa de estudios sobre migrantes, se ve un empobrecimiento de la vida ¨ªntima¡±, a?adi¨®.
Seg¨²n V¨¢squez, hay cinco mecanismos en el proceso de volverse hombre: el rechazo del mundo femenino, el rechazo de la homosexualidad pasiva, el debut sexual heterosexual y alardeo de la performance sexual, la b¨²squeda de riesgos y gestos de violencia, y la adopci¨®n de valores propios de la masculinidad: a ese conjunto le llama capital masculino.
El investigador coment¨® que al dise?ar su estudio no ten¨ªa pensado abordar la tecnolog¨ªa y la modernidad, pero ello estuvo presente desde el inicio en los di¨¢logos con los migrantes. ¡°A trav¨¦s de internet les dijeron a qu¨¦ ciudad ir, hay una red vinculada con el proceso. En Patterson y Queens, ciudades de gran presencia de peruanos, dec¨ªan que el chisme navega por internet, y que ¡®dios perdona el pecado pero no el esc¨¢ndalo¡¯. Para quienes no han ¡®salido del cl¨®set¡¯ se ha institucionalizado la cultura del secreto a voces, donde todos saben c¨®mo actuar y son notorios diferentes niveles de coming out¡±.
El estudio es la adaptaci¨®n de su tesis doctoral en ciencias sociom¨¦dicas por la Universidad de Columbia. V¨¢squez previ¨® hacer entrevistas solo en Nueva York y Nueva Jersey, pero los investigados se movilizaban mucho a otras localidades, por trabajo o diversi¨®n, y los sigui¨® a sus casas, canchas de f¨²tbol, bares, reuniones y cabinas de internet.
El antrop¨®logo, que forma parte del departamento de Salud Sexual y Reproductiva de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, describe que en los migrantes es notoria la meta de ¡°reconciliar los imperativos sociales con la propia vida. Algunos dec¨ªan no soy loser (perdedor), pero soy good enough (suficientemente bueno, proveedor); o no soy cabro (maric¨®n, homosexual) ni soy delincuente. Puedo ser lorna (tonto) pero no soy mantenido. Y el winner (ganador) aparece como la mejor calificaci¨®n masculina¡±.
Uno de los investigados sostiene que ¡°en Per¨² si quieres destruir la reputaci¨®n de alguien lo llamas maric¨®n, aqu¨ª (en EE UU), el peor insulto no es ser maric¨®n, es ser un loser¡±. Otra de las comentaristas del libro, la investigadora en salud p¨²blica Nancy Palomino, opin¨® que ¡°a partir de lo que muestra la investigaci¨®n, para los hombres que quieren cambiar es dif¨ªcil ser un hombre igualitario -respecto de las mujeres- en un pa¨ªs homof¨®bico, racista, discriminatorio como Per¨²¡±.
V¨¢squez y los presentadores del libro pusieron ¨¦nfasis en el valor del lenguaje y las clasificaciones o tipos de hombre que han resultado como producto de la investigaci¨®n. ¡°La masculinidad est¨¢ bajo escrutinio permanente. Para denominar las masculinidades valoradas usan las palabras triunfador, pendejo (aprovechador), criollo, mujeriego, hombre normal, hetero, metrosexual, amante responsable, moderno (el que maneja tecnolog¨ªa). Para las devaluadas, lorna (tonto), misio (sin dinero), saco largo (dominado por la mujer), cabro (afeminado), caleta (homosexual que no ha salido del closet), mantenido, y cabeza de pollo (el que se emborracha con poco alcohol)¡±, dijo el investigador en la presentaci¨®n de su texto.
V¨¢squez, quien se asumi¨® homosexual durante el proceso de investigaci¨®n, comenta en el libro que los investigados heterosexuales lo ayudaron en el trabajo de observaci¨®n participante en bares, explicando a otras personas que ¨¦l era ¡®cabeza de pollo¡¯ -para que no lo obligaran a beber grandes cantidades de alcohol- y adem¨¢s evitaron que fuera rechazado por su orientaci¨®n sexual; aunque tambi¨¦n lo invitaban a razonar y volver a ¡°los buenos tiempos¡± de la heterosexualidad.
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