¡®Gasolineras¡¯ en el espacio para agilizar los viajes a la Luna
Los ingenieros de la NASA preparan tecnolog¨ªas para recargar los sat¨¦lites en ¨®rbita y extender su vida ¨²til
Un porcentaje importante de la masa de las naves y sat¨¦lites que parten al espacio es combustible. Lo necesitan para hacer maniobras, para mantener su posici¨®n, para orientarse¡. ?Y si fuera posible repostar en el espacio? Las naves con destino a la Luna, por ejemplo, podr¨ªan partir con m¨¢s experimentos cient¨ªficos, o m¨¢s tripulantes si pudieran cargar sus tanques fuera de la Tierra. Adem¨¢s, podr¨ªa aprovecharse el combustible de reserva inutilizado de naves de regreso. La recarga tambi¨¦n ser¨ªa ¨²til, y seguramente su uso m¨¢s pronto, para los sat¨¦lites en ¨®rbita terrestre que, adem¨¢s de ser lanzados con menos combustible y mayor aprovechamiento de masa para instrumentos, podr¨ªan ver alargada su vida ¨²til si se env¨ªa un robot gasolinera a reabastecerlos cuando se vayan agotando sus reservas. La NASA est¨¢ ensayando ya estas tecnolog¨ªas.
En el futuro, las misiones lunares, podr¨ªan atracar en una gasolinera espacial situada en alg¨²n punto a mitad de camino y cargar combustible. Un equipo del Instituto de Tecnolog¨ªa de Massachusetts (MIT) estadounidense ha dise?ado una estrategia de reabastecimiento espacial que no solo es m¨¢s flexible, aseguran estos expertos, que otras propuestas de este estilo, sino que tambi¨¦n evita el derroche de combustible.
La idea de instalar dep¨®sitos en la superficie lunar que tendr¨ªan que ir a rellenar naves de carga, exige inversi¨®n a largo plazo y es costosa, comentan Jeffrey Hoffman, profesor del Departamento de Aeron¨¢utica y Astron¨¢utica del MIT y l¨ªder del equipo. Su alternativa es aprovechar el combustible de reserva que llevar¨ªan las naves con destino a la Luna. A su regreso, en lugar de quemarse en la atm¨®sfera en la reentrada de las naves, estas podr¨ªan dejar el dep¨®sito de emergencia en un lugar en el espacio para que el siguiente veh¨ªculo lo cogiera tras el lanzamiento. Adem¨¢s, esa gasolinera espacial podr¨ªa acumular combustible, de manera que una misi¨®n lunar grande podr¨ªa ser lanzada en la Tierra con menos combustible del necesario para llegar a destino y aprovisionarse de camino.
¡°Independientemente del cohete que uses, lo que quieres es aprovechar la m¨¢xima capacidad de lanzamiento y hay que tener en cuenta que la mayor parte de lo que lanzamos al espacio desde la Tierra es combustible, as¨ª que lo que todo lo que ahorres significa m¨¢s equipos que te puedes llevar¡±, argumenta Hoffman, exastronauta de la NASA que form¨® parte del equipo que realiz¨® la reparaci¨®n en ¨®rbita del telescopio Hubble, en 1993.
Hoffman y su equipo especulan acerca de futuras misiones a la Luna, que tendr¨ªan que ser m¨¢s flexibles que las del programa Apolo. Entonces todos los vuelos circunvolaron la Luna m¨¢s o menos a la altura del ecuador, una ruta que requiere pocos cambios de direcci¨®n y, por tanto, un consumo de combustible relativamente bajo. Pero si se quiere en el futuro ampliar la zona de exploraci¨®n lunar y alcanzar incluso los polos, las naves tendr¨¢n que llevar m¨¢s combustible para realizar m¨¢s cambios de ¨®rbita. En principio, ser¨ªan misiones de ida y vuelta, cortas (una o dos semanas) y en este escenario, apuntan los expertos del MIT, ser¨ªa ¨²til tener dep¨®sitos de combustible en el espacio. Los astronautas o unos robots, con un brazo articulado, podr¨ªan hacer el repostaje, cargando dep¨®sitos del almac¨¦n espacial. La carga directa de combustible, como si fuera una gasolinera, es algo m¨¢s complicada, se?ala Hoffmann, ya que los l¨ªquidos tienden a flotar en un entorno sin gravedad. Pero es factible, afirma. En cualquier caso, el mantenimiento de estos puestos espaciales y las tecnolog¨ªas para mantener el combustible en condiciones y sin suponer un peligro para las misiones, es un reto.
En esto est¨¢ trabajando la NASA, en varios programas orientados no tanto a misiones lunares, como a la recarga y mantenimiento de sat¨¦lites en ¨®rbita. Ya se han realizado algunos ensayos en Tierra y en la Estaci¨®n Espacial Internacional (ISS).
En ¨®rbita geoestacionaria, a 36.000 kil¨®metros de altura sobre la superficie Terrestre, hay m¨¢s de 400 sat¨¦lites, la mayor¨ªa de ellos de comunicaciones, de televisi¨®n y meteorol¨®gicos, recuerda la NASA, que lleva unos a?os trabajando en tecnolog¨ªas que permitan dar servicio a esos equipos para alargar su vida ¨²til. Adem¨¢s, hay muchos equipos en ¨®rbitas m¨¢s bajas. Cuando un sat¨¦lite agota su combustible deja de estar operativo, aunque sigan funcionando sus dispositivos de a bordo. La idea es que recarg¨¢ndolos, o pudiendo realiza en ellos reparaciones o actualizaciones, pueden seguir siendo rentables y, adem¨¢s, se mitiga un poco el problema de la acumulaci¨®n de basura espacial, argumenta la agencia estadounidense.
Se han realizado diferentes ensayos hasta ahora teniendo en cuenta el tipo de combustible, si es criog¨¦nico, si necesita altas presiones, si es explosivo, con diferente viscosidad y densidad, etc¨¦tera, y los ingeniero est¨¢n convencidos de que estas operaciones son factibles. Y en la ISS se han ensayado herramientas rob¨®ticas para desenroscar tapones, abrir y cerrar v¨¢lvulas y transferir fluidos.
La estrategia para dar servicio a los sat¨¦lites ser¨ªa dise?ar naves autom¨¢ticas cargadas de combustible que viajaran hasta un sat¨¦lite en ¨®rbita para cargarlo, o tal vez para hacer alguna reparaci¨®n necesaria o para sustituir instrumentos por versiones modernizadas y as¨ª aprovechar al m¨¢ximo los equipos espaciales. Hay que tener en cuenta que los desaparecidos transbordadores espaciales de la NASA, alcanzaban poco m¨¢s de 500 kil¨®metros de altura, ¨®rbitas muchos m¨¢s bajas que la geoestacionaria. As¨ª que, de momento al menos, mejor pensar en naves-robot para recargar los sat¨¦lites de combustible.
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