¡°Hay que educar a la gente para que no ponga en peligro las especies¡±
Cart¨®grafa, participa en Biodiversidad Virtual, una plataforma creada para retratar la vida natural
Las mariposas se cruzan con los mapas en la vida de Rosa Angulo (Vitoria, 1953), pero lo que de verdad ha terminado arrebat¨¢ndola ha sido la posibilidad de combinar las dos vertientes en un proyecto para acercar la ciencia a los ciudadanos. Imagine que est¨¢ dando un paseo y fotograf¨ªa con su m¨®vil una lagartija, una flor o un arbusto muy raro. ?Le gustar¨ªa recibir en unos d¨ªas un correo electr¨®nico con su nombre cient¨ªfico? Solo por el puro gusto de saberlo. Eso es lo que hace Biodiversidad Virtual (BV), una plataforma que ya acumula m¨¢s de un mill¨®n de fotograf¨ªas de naturaleza hechas por particulares y que catalogan 300 expertos, entre ellos bi¨®logos o entom¨®logos, que tambi¨¦n colaboran de forma gratuita. ¡°Es un mapa de la vida de todo un pa¨ªs¡±, resume Angulo. ¡°Muchas Administraciones querr¨ªan nuestros datos, somos una golosina¡±.
Risue?a y habladora, Angulo trabaja desde hace m¨¢s de 30 a?os en el Centro Nacional de Informaci¨®n Geogr¨¢fica, dependiente del Ministerio de Fomento. Por las tardes, aplica sus conocimientos sobre Sistemas de Informaci¨®n Geogr¨¢fica (SIG), mapas que se cruzan con bases de datos, a la plataforma Biodiversidad Virtual. ¡°Me capt¨® Antonio Ord¨®?ez, su director, en 2008, durante un testing en Biescas (Huesca)¡±, relata frente a un caf¨¦ descafeinado. Los testing son salidas al campo que consisten en realizar el n¨²mero m¨¢ximo de fotograf¨ªas de la biodiversidad de un ¨¢rea. ¡°Perd¨ª muchas mariposas por el camino, pero me contagi¨® su pasi¨®n¡±, recuerda. Organizan estas expediciones, cada vez con m¨¢s seguidores, con mil motivos: para denunciar el mal estado de una zona, para buscar especies casi desaparecidas... Los participantes est¨¢n sujetos a un c¨®digo ¨¦tico, que incluye, por ejemplo, no pinchar los insectos o no cortar flores. ¡°En BV tampoco se da informaci¨®n precisa de los lugares donde se han tomado las im¨¢genes, hay que educar a la gente para que no pongan en peligro las especies¡±, comenta.
Su vinculaci¨®n a la naturaleza viene de su infancia en el Pa¨ªs Vasco. ¡°Fui monta?era y ya hac¨ªa fotos con una Olympus, aunque el presupuesto no daba para tanta copia a papel¡±, relata. Aunque haya terminado trabajando en Madrid, vive en la sierra. Escoge la cafeter¨ªa Van Gogh (antigua Galaxia), porque le viene mejor para despu¨¦s marchar a casa. El caf¨¦, en el que lleg¨® a reunirse Tejero para tramar un golpe de Estado fallido previo al 23-F, est¨¢ ahora decorado con la obra del pintor neerland¨¦s, mucho girasol. Al salir, rememora el d¨ªa en que Tejero asalt¨® el Congreso. ¡°Me vi con la maleta hecha¡±, confiesa.
La plataforma almacena? m¨¢s de un mill¨®n de fotograf¨ªas de naturaleza hechas por particulares?
Angulo detalla con entusiasmo las diversas facetas de su colaboraci¨®n con Biodiversidad Virtual. Se encarga de facilitar, por ejemplo, que estudiantes de biol¨®gicas, colegios o casas rurales tengan un lugar reservado en el que subir y consultar sus im¨¢genes. Llegado el momento, se frena para no apabullar. ¡°Me pasa igual con mis dos hijos, a los que intento no hablar tanto de mariposas¡±, reconoce.
Esta curiosidad y pasi¨®n por la naturaleza se repite en los usuarios y miembros de la plataforma ciudadana. ¡°Tenemos dos jubilados en Almer¨ªa y Segovia que han podido subir entre los dos 160.000 im¨¢genes, otra mujer de Barcelona, con 90 a?os, ha clasificado una infinidad de plantas¡±. Todo gratis, y para el disfrute colectivo.
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