¡°Occidente se hundir¨ªa sin caf¨¦¡±
Josep Mar¨ªa Fericgla, doctor en Antroplog¨ªa, etnopsic¨®logo y escritor
Pregunta. Dudo si empezar pregunt¨¢ndole por los jaguares, los chamanes j¨ªbaros o las setas alucin¨®genas. Va, los jaguares.
Respuesta. Son animales imponentes, sobrecogedores.
P. ?Los ha visto de cerca?
R. S¨ª, en la selva. Muy impresionante. Al verlos as¨ª, en su elemento, entiendes que los indios los hayan divinizado. Son pura fuerza vital, una imagen del instinto desatado. Su fiereza es terrible: atacan directo a la cabeza.
P. La selva es dura.
Xema, el filme
Josep Maria Fericgla (Barcelona, 1955), Xema para los amigos, va a ver sus experiencias en la Amazonia ecuatoriana convertidas en filme. En octubre se estenar¨¢ el documental M¨¢s all¨¢ de las palabras. Viajes a los mundos de la ayahuasca, con direcci¨®n de Pedro Barbadillo, que se centra en la amistad entre Fericgla y un hombre sabio de los j¨ªbaros desde hace 22 a?os, con el trasfondo de la sustancia alucin¨®gena.
R. La vida en la selva es todo o nada. Hay que aprender eso.
P. En los noventa realiz¨® varias campa?as de estudio de los j¨ªbaros schuaras con la investigaci¨®n de la ayahuasca, la p¨®cima alucin¨®gena, como principal objetivo. Lluvia torrencial, vampiros, jaguares, meritoriaje con un cham¨¢n... ?alg¨²n mal viaje?
R. En alguna toma s¨ª, sufr¨ª aut¨¦ntico p¨¢nico, hasta me hice caca encima.
P. ?Con la ayahuasca?
R. Con una variante m¨¢s potente, el maikiwu¨¢. La ayahuasca que se usa com¨²nmente es muy poco t¨®xica.
P. Pues el nombre significa en quechua ¡°la soga de los muertos¡±, que no es muy animoso.
R. En realidad significa ¡°la liana que te lleva al lugar de los muertos¡±. Curiosamente algunas experiencias al beberla recuerdan los testimonios de los pacientes que regresan de la muerte cl¨ªnica con recuerdos muy claros. La hip¨®tesis es que esas personas presentaban niveles altos naturales en el cerebro de DMT, dimetiltriptamina, un alcaloide que est¨¢ presente en las plantas que se usan para preparar ayahuasca.
P. ?Para qu¨¦ usan la ayahuasca los j¨ªbaros? Alguien ha dicho que es el Internet de la selva.
R. Es un sacramento ind¨ªgena. Proporciona claridad, visiones que, dicen, les indican el futuro. La emplean para aferrarse a la vida, ir a la guerra o a cazar.
P. A lo largo de su vida ha experimentado ¡ªvalerosamente, recalco¡ª con otras sustancias alucin¨®genas, en la l¨ªnea de los grandes investigadores de la etnobot¨¢nica y los estados alterados de conciencia como R. Gordon Wasson o R. Evans Schultes.
R. Como ellos he estudiado el uso cultural de los psicotr¨®picos, mejor llamados ente¨®genos, por la experiencia ext¨¢tica que producen.
P. Hay tambi¨¦n uso recreativo.
R. Toda experiencia puede ser regresiva o evolutiva. Es como las redes sociales: hay que aprender a usarlas. Hoy predomina el patr¨®n consumista, el desparrame, en las ant¨ªpodas del viaje interior.
P. En uno de sus ensayos m¨¢s c¨¦lebres El hongo y la g¨¦nesis de las culturas explicaba que la toma de seta matamoscas (Amanita muscaria) est¨¢ en la base del folclore de los duendes.
R. La ingesta provoca la visi¨®n de chispas antropomorfas que parecen hablarte; de ah¨ª a que creas que te revelan tesoros escondidos...
P. Ciencia aparte, ?qu¨¦ le ha supuesto la ingesti¨®n de todas esas cosas notables?
R. Ha sido fundamental, me ha ayudado a descubrir que lo que se ve es solo un reflejo de lo que no se ve. Algo muy cercano al concepto plat¨®nico. Los ente¨®genos destruyen el ego y te hacen ver la importancia de lo inefable en el mundo. Tambi¨¦n te muestran el error occidental de vivir vidas tan cuantificadas, marcadas por la cantidad de tiempo. Hemos perdido la sensibilidad para captar las diferentes calidades del momento, el amor, la amistad...
P. ?Qu¨¦ es lo principal que ha aprendido de todas sus singulares experiencias?
R. Que hay que ser valiente para vivir.
P. S¨ª, en realidad esto es una gymkana acojonante, se tome uno lo que se tome.
R. No, quiero decir que no hay que temer a la vida. Solo se tiene miedo a la muerte si se tiene miedo a la vida; la gente que no tiene miedo a vivir tampoco lo tiene a morir. Todos los miedos, a los escarabajos, a los accidentes de avi¨®n, son uno: el miedo a morirnos sin habernos realizado.
P. Bueno, a morirnos a secas.
R. Es un error occidental, no pasa nada por morirse, pero hay que prepararse para ello, y eso no tiene nada de t¨¦trico, s¨®rdido o patol¨®gico. A derminada edad los sue?os te preparan para la muerte. En la Amazonia no hay miedo, ni verg¨¹enza, a ser viejo.
P. ?Sin qu¨¦ droga no podr¨ªamos pasar nosotros? ?El tabaco? ?El alcohol? ?La Viagra?
R. La gran droga de occidente en realidad es el caf¨¦. Si se cortara el suministro se hundir¨ªa nuestra civilizaci¨®n: nadie ir¨ªa a trabajar.
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