Abierto por vacaciones
Cuesta encontrar alguna universidad espa?ola que no oferte cursos de verano
Las bibliotecas p¨²blicas, los parques e incluso los bares de las ciudades se llenan todos los veranos de j¨®venes pertrechados de carpetas y libros de texto, entre otros b¨¢rtulos. Buena parte de ellos no sacrifica el receso estival por gusto, sino para preparar su cita con los ex¨¢menes de septiembre. No tienen otro remedio que estudiar si quieren pasar de curso. Otros, en cambio, lo hacen por placer (o, por lo menos, de forma voluntaria). Conforman un nutrido y heterog¨¦neo grupo de personas, de todas las edades, ocupaciones e intereses, que aprovechan las vacaciones para formarse. Universitarios que quieren profundizar o explorar alguna disciplina. Profesionales, en activo o parados, que necesitan desde actualizar sus conocimientos hasta aprender a venderse correctamente en una entrevista de trabajo. O almas curiosas que dan rienda suelta a sus inquietudes intelectuales cuando los dem¨¢s descansan en la playa. Incluso hay quienes se lo plantean como una herramienta de networking o posible trampol¨ªn a un empleo.
Si teclea en Google las palabras verano y formaci¨®n le saldr¨¢n m¨¢s de 33 millones de resultados. La cantidad de oferta es asfixiante. La mayor parte de las cerca de 80 universidades que salpican el territorio espa?ol organizan varios cursos de verano. A eso hay que a?adirle las propuestas de organizaciones de todos los tipos: institutos de formaci¨®n, asociaciones profesionales, academias de idiomas, etc¨¦tera.
La UAB oferta este a?o por primera vez asignaturas de grados universitarios
Los m¨¢s antiguos y conocidos son los de la Universidad Internacional Men¨¦ndez Pelayo (UIMP) de Santander. Arranc¨® su andadura en 1933, reuniendo a la ¨¦lite intelectual del momento. Solo cerr¨® sus puertas durante los a?os de la guerra. Ortega y Gasset, Gregorio Mara?¨®n o Miguel de Unamuno son algunos de los nombres ilustres que han desfilado por el Palacio de la Magdalena, sede de los cursos. ¡°Su oferta pretende analizar las tendencias cient¨ªficas y culturales del momento¡±, sintetiza el rector, C¨¦sar Nombela, que espera superar este a?o los 5.000 alumnos. Los asistentes tienen a su disposici¨®n conferencias, mesas redondas y grupos de discusi¨®n de todas las tem¨¢ticas imaginables por la ma?ana y por la tarde, que combinan con actividades culturales (conciertos, recitales de poes¨ªa, espect¨¢culos, etc¨¦tera) o incluso compartiendo almuerzo con las muchas personalidades presentes. En un aula puede haber una charla sobre astrobiolog¨ªa y en la de al lado estarse debatiendo los retos del coche el¨¦ctrico en el entorno urbano actual.
Los de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), que se celebran en San Lorenzo del Escorial, tambi¨¦n est¨¢n entre los cursos m¨¢s populares del verano. El a?o pasado reunieron a m¨¢s de 3.400 estudiantes, el 10% de ellos extranjeros. ¡°La media de edad es de unos 36 a?os. Una tercera parte son alumnos de la UCM, pero el resto son profesionales de distintas ramas que vienen a ponerse al d¨ªa en temas de su inter¨¦s¡±, explica Mar¨ªa Jos¨¦ Comas, directora de los cursos de verano de esta instituci¨®n. Los cursos m¨¢s exitosos son los que duran cinco d¨ªas, generalmente relacionados con las ciencias sociales, las humanidades o las ciencias de la salud. Dan derecho, por cierto, a cr¨¦ditos ECTS (homologables entre todas las universidades europeas que forman parte del Plan Bolonia), un reclamo que emplean muchos centros en su oferta estival.
Tambi¨¦n se puede emplear el verano para rebajar la carga de asignaturas que se atender¨¢ durante el curso regular. La Universitat Aut¨°noma de Barcelona (UAB) organiza este a?o por primera vez en Espa?a lo que llaman asignaturas de grados universitarios: se imparten de forma intensiva materias de primer a?o de las titulaciones del centro. Con la misma carga de trabajo y la misma evaluaci¨®n que tienen si se atiende durante el curso regular, pero condensadas en tres semanas, algo que ya hace tiempo que practican otras universidades europeas, como por ejemplo la London School of Economics. ¡°La idea es que los alumnos acaben de escoger con m¨¢s criterio los estudios que quieren seguir. Tambi¨¦n proporcionamos de esta forma una oferta de calidad para los j¨®venes de entre 17 y 18 a?os que quieran aprovechar el verano¡±, ilustra S¨ªlvia Carrasco, vicerrectora de Estudiantes de la UAB. Las materias aprobadas sirven para liberar cr¨¦ditos.
Ciencias sociales, humanidades o salud son los cursos m¨¢s exitosos
Adriana Cabeceran es t¨¦cnica de interculturalidad y consumidora habitual de educaci¨®n veraniega. Comenz¨® antes de empezar la carrera de Ciencias Pol¨ªticas, asistiendo a los debates estivales de l¡¯Escola Internacional per la Pau de Sant Cugat del Vall¨¨s (Barcelona). A finales de junio, con las velas de su 30 aniversario todav¨ªa humeantes, pasar¨¢ una semana en Suiza, en el Graduate Institute of Geneva, estudiando el sistema de Naciones Unidas y su interacci¨®n con otros organismos internacionales. Descuenta esos d¨ªas de sus vacaciones y se costea ella misma los 1.200 euros de matr¨ªcula. Lo que all¨ª aprender¨¢ no tiene una aplicaci¨®n directa en su trabajo: su motivaci¨®n es otra. ¡°Siempre me han interesado las relaciones internacionales. Y ahora mismo que desempe?o una labor muy ligada al trato con personas, cursos como este me permiten conservar un v¨ªnculo con el mundo acad¨¦mico¡±, argumenta esta barcelonesa. ¡°Tambi¨¦n valoro la experiencia de conocer gente de otros pa¨ªses con tus mismos intereses, y creo que siempre es positivo seguir form¨¢ndose¡±, a?ade.
D¨®nde y c¨®mo quiera
No todo el mundo tiene el tiempo o el dinero para dedicarse una semana en cuerpo y alma a ampliar conocimientos. Pero eso no es excusa para olvidarse de los cursos de verano: tambi¨¦n se puede asistir virtualmente. La Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA) organiza en julio cursos online en tiempo real. "Se trata de charlas de entre 45 y 90 minutos que se siguen de forma gratuita a trav¨¦s de una aplicaci¨®n especial que permite ver las transparencias del ponente, las preguntas que hace la audiencia, etc¨¦tera", explica Arturo de las Heras, director general de ese centro. Lo ¨²nico que hace falta es apuntarse con antelaci¨®n ("por dimensionar el servidor") y tener un ordenador o tableta con conexi¨®n a Internet en el momento de la conferencia. Se puede seguir hasta desde la piscina.
Estudiar idiomas, mayormente ingl¨¦s, es otra de las tareas que se suelen dejar (o retomar) para cuando llega el calor. Las academias de todo el pa¨ªs hacen su agosto (nunca mejor dicho) con sus cursos intensivos de verano. Tambi¨¦n hay quienes optan por una inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica completa, opci¨®n que sale m¨¢s cara pero suele rendir m¨¢s. ¡°Todos los a?os salen a estudiar idiomas al extranjero unos 100.000 espa?oles, el 70% de ellos menores de edad¡±, apunta Marta Galea, secretaria general de la Asociaci¨®n Espa?ola de Promociones de Cursos en el Extranjero (Aseproce). El 90% opta por el ingl¨¦s, siendo los destinos preferidos Gran Breta?a, Irlanda, Estados Unidos y Canad¨¢. La estancia media es de entre tres y cuatro semanas, aunque los adultos no suelen pasar de los 14 d¨ªas. Una de las tendencias que ha detectado esta patronal es que, en el caso de los mayores que deciden invertir en idiomas, piden cada vez m¨¢s cursos especializados. El ingl¨¦s para negocios es el m¨¢s popular, aunque tambi¨¦n se dise?an programas dise?ados para atender las necesidades de l¨¦xico de profesiones espec¨ªficas (ingenier¨ªas, medicina, etc¨¦tera).
Hacer contactos es algo que no descuidan los estudiantes, especialmente los de ¨²ltimo curso. "Aqu¨ª el networking se practica desde la sesi¨®n inaugural", explica ?lvaro Rico, coordinador acad¨¦mico del Instituto de Estudios Burs¨¢tiles (IEB), centro adscrito a la UCM. "A nuestros cursos de verano asisten sobre todo estudiantes extranjeros, que suponen el 70%, y ellos mismos ya se ocupan de establecer v¨ªnculos con sus profesores y compa?eros". La propia escuela organiza actividades culturales (recorridos guiados por Madrid, visitas a museos, etc¨¦tera) para fomentar la generaci¨®n de v¨ªnculos, muy en la estela de lo que suelen hacer las escuelas de negocios. Los propios estudiantes son los que se encargan de tratar de entablar buena relaci¨®n con sus profesores por lo que pueda pasar. No en vano, el 95% de los docentes de esta escuela ejerce profesionalmente en las materias que imparte (An¨¢lisis burs¨¢til, Gesti¨®n de carteras, International Financial Markets o Derecho de los mercados financieros son algunos de los cursos disponibles, todos ellos de 100 horas lectivas).
Nombela, rector de la UIMP, tambi¨¦n le otorga mucha importancia a esta dimensi¨®n social. ¡°El ambiente tan especial que se crea en los cursos hace que se generen muchas listas de correos entre los asistentes. Se intercambian tarjetas de visita y curr¨ªculums¡±, se?ala. ¡°Pocas veces he tenido la oportunidad de alternar en un entorno distendido con pol¨ªticos y eminencias de los diversos campos como en los jardines del Palacio de la Magdalena¡±, comenta una asistente a varias ediciones de la escuela de verano de la UIMP.
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