Desiguales desde la guarder¨ªa
El precio puede ser m¨¢s del doble seg¨²n la autonom¨ªa para familias de renta similar Las cuotas han subido en distintos puntos de Espa?a hasta un 175% durante la crisis


Con un mes y medio de embarazo, Eliana Castillo, de 27 a?os, empez¨® a buscar una guarder¨ªa para su futuro beb¨¦. Para muchas familias, esa es una de las primeras preocupaciones, incluso, desde que se plantean la posibilidad de tener descendencia. Pero en el caso de Eliana, la desaz¨®n probablemente era mayor: tiene otro ni?o de ocho a?os (de cuyo padre est¨¢ separada) y sab¨ªa que este segundo, que hoy tiene siete meses, lo iba a tener sola, as¨ª que necesitaba un lugar donde dejarle para poder salir a trabajar.
Pronto se dio cuenta de que no la iba a poder pagar, aunque no deja de repetir que ella, al final, no se puede quejar: cobra unos 1.200 euros al mes en su empleo como administrativa y recibe otros 250 de su expareja para los gastos de su hijo mayor. Pero una escuela infantil p¨²blica de la Comunidad de Madrid le costar¨ªa m¨¢s de 300 euros al mes (entre la cuota, la comida, los extras) y la privada, algo (no mucho) m¨¢s. El alquiler, la luz, los pa?ales, la gasolina del coche para ir a trabajar, los imprevistos, la comida, los gastos del ni?o mayor..., las cuentas no le sal¨ªan.

Sin embargo, en otras comunidades ¡ªen muchas de las cuales tienen en cuenta, a diferencia de Madrid, la condici¨®n de familia monoparental para reducir las cuotas¡ª, le saldr¨ªa m¨¢s barata una plaza de educaci¨®n infantil. Sin ir m¨¢s lejos, en la vecina Castilla y Le¨®n (121) solo abonar¨ªa algo m¨¢s de un tercio.
Los padres suelen pagar en funci¨®n de la renta familiar, pero las comunidades y, en muchos casos, los ayuntamientos (buena parte de esos centros son municipales) fijan sus propios precios para estos centros escolares p¨²blicos, que tambi¨¦n presentan una extraordinaria heterogeneidad a la hora de establecer cuotas especiales a familias numerosas o por tener a varios ni?os a la vez en la escuela.
Por ejemplo, una familia compuesta por padre, madre y beb¨¦ menor de un a?o que gana 25.400 euros anuales (la renta mediana de los hogares espa?oles en 2010, seg¨²n el Banco de Espa?a) pagar¨ªa por una plaza p¨²blica 82 euros si consigue entrar en un centro p¨²blico dependiente del Gobierno aragon¨¦s (solo son 12 de las 200 escuelas de la regi¨®n; el resto dependen de los consistorios). Sin embargo, abonar¨ªa 121 en Castilla y Le¨®n (aunque aqu¨ª los centros auton¨®micos acogen solo a un tercio de los alumnos), 167 en Andaluc¨ªa, algo m¨¢s de 200 en Navarra o La Rioja y 336 euros en Madrid. Eso, por tener al ni?o escolarizado a jornada completa (suelen ser siete horas) y por el comedor, pero sin contar las posibles horas extra que muchos padres han de sumar para cuadrar sus quehaceres laborales.
En el caso de Eliana Castillo, que vive en el municipio madrile?o de Rivas Vaciamadrid, no se vio capaz de afrontar el gasto y acab¨® recurriendo a su hermana, en paro, que se queda cada d¨ªa con el beb¨¦. Pero ?y si la canguro familiar consigue un empleo? ¡°Pues no s¨¦¡, pero probablemente me ir¨ªa a una guarder¨ªa privada, que no es mucho m¨¢s cara [la Comunidad de Madrid reparte cheques de 100 o 160 euros al mes como ayuda al pago de la escuela infantil privada] y abre en agosto y los festivos¡±, responde Castillo.
Estudios, estudiosos e instituciones de todo tipo insisten desde hace muchos a?os en la importancia de esta etapa desde el punto de vista social ¡ªpara la conciliaci¨®n, la econom¨ªa y, al final, la natalidad, que en Espa?a es de las m¨¢s bajas de Europa¡ª y el educativo ¡ªsobre todo, para corregir desigualdades de partida de sectores menos favorecidos que despu¨¦s son mucho m¨¢s caras de compensar¡ª. Pero la cobertura no est¨¢ garantizada: la escuela infantil para menores de tres a?os no es obligatoria ni gratuita, tampoco en las escuelas p¨²blicas.
El Gobierno central impuls¨® en 2008 un plan que preve¨ªa crear 300.000 plazas, que era la oferta desatendida que se calcul¨® entonces. Pero a mitad de camino llegaron los recortes ¡ªaquel plan se elimin¨® cuando se hab¨ªan creado solo 71.000 puestos¡ª y las subidas de precios en buena parte de Espa?a, que expulsaron a muchas familias que no lo pod¨ªan asumir. En Madrid, en 2012, el encarecimiento fue de entre el 20% para las rentas altas y el 175% para las m¨¢s bajas con ni?os menores de un a?o; hubo una subida de hasta el 75% para las medias y altas en Galicia; en la ciudad de Barcelona el incremento supuso m¨¢s de un 33%; en el municipio de Murcia se dobl¨® en 2013... Mientras, en otras comunidades como las dos Castillas o Andaluc¨ªa se han mantenido o apenas se han encarecido, con lo que han aumentado las diferencias dentro de Espa?a.
Unas distancias que, aunque presentan unos porcentajes parecidos en todos los tramos de renta, llaman m¨¢s la atenci¨®n cuando se pone el foco en las m¨¢s bajas. Por ejemplo, en un hogar de tres miembros (padre, madre y un beb¨¦ menor de un a?o) que viva con 645,30 euros al mes, 9.045 al a?o, es decir, el equivalente al Salario M¨ªnimo Interprofesional de 2014. Esta familia no pagar¨ªa nada por la escolarizaci¨®n y el comedor en Asturias, Arag¨®n o Andaluc¨ªa; y tendr¨ªan una cuota peque?a en Galicia (16,86), Castilla-La Mancha (30,6 euros) o Castilla y Le¨®n (35,35). Pero abonar¨ªan m¨¢s de 100 euros en Navarra y de 200 en Madrid, Pa¨ªs Vasco o La Rioja.
En estas dos ¨²ltima comunidades, al igual que en los centros municipales de ciudades como Inca, en Mallorca, los padres no pagan en funci¨®n de la renta. En estos casos hay becas para las familias con menos ingresos (Barcelona destina el 20% de lo que pagan todos los padres a estos menesteres) y muchas veces tambi¨¦n hay cuotas especiales y exenciones en los casos de discapacidad o situaciones socioecon¨®micas de exclusi¨®n en los que hayan intervenido los servicios sociales.
En el caso de la Comunidad Madrid, donde la gratuidad total se elimin¨® en 2008 para las rentas m¨¢s bajas ¡ª¡°un alto porcentaje de familias con cuota cero no llevaba regularmente a sus hijos¡±, argumenta un portavoz¡ª, existen esas reducciones y exenciones solo ¡°para las familias que acrediten especiales dificultades para el pago de las cuotas¡±. Esas exenciones llegan al 3% de los alumnos.
Adem¨¢s, en algunas ocasiones, aunque haya bonificaciones y facilidades para alumnos de entornos con pocos recursos, el problema es acceder a una plaza. En las escuelas municipales de Hospitalet o Barcelona, la renta da muy pocos puntos a la hora de competir por una plaza p¨²blica; lo que m¨¢s vale es la cercan¨ªa, tener ya hermanos en el centro o tener a los dos padres trabajando.
En Madrid, sin listas de espera
Las escuelas infantiles p¨²blicas de la Comunidad de Madrid son de las m¨¢s caras de Espa?a, sobre todo, para los menores de un a?o, que han de pagar 60 euros extra todos los meses. La Junta de Portavoces de Escuelas Infantiles asegura que el resultado se puede ver en la lista de espera: el curso pasado se inici¨® con 10.000 aspirantes, pero desapareci¨® a lo largo del a?o porque otras tantas familias renunciaron a su plaza.
Adem¨¢s, esas cuotas, sumadas al ajuste de precios de las escuelas infantiles privadas en los a?os de crisis y al cheque guarder¨ªa de 100 o 160 euros que concede la comunidad, hace que a muchos padres les resulte igual o, incluso, m¨¢s barato, descartar la escuela p¨²blica. El curso pasado esos cheques llegaron a 31.000 personas, es decir, en torno al 64% de los alumnos de los centros privados.
Otra particularidad madrile?a es una de las horquillas de renta establecidas para fijar las cuotas en la p¨²blica, que es enorme: paga lo mismo una familia de cuatro miembros que gana 30.700 euros al a?o que una que gana 100.000.
La Consejer¨ªa de Educaci¨®n defiende los cheques y la subida de precios ¡ªel pr¨®ximo curso los ha congelado¡ª. Argumentan que as¨ª las tarifas se acercan al coste real del servicio. Y se?alan que el 3% de familias no pag¨® cuota el curso pasado; que un 44%, abon¨® 80 euros; un 17%, 130; un 30%, 180; y un 6%, 260, explica un portavoz. A estas cifras deben sumarse el comedor (obligatorio), y un extra de 60 euros para los menores de un a?o.
Por eso, Astrid Guerrero, de 19 a?os, dice que el curso pasado no logr¨® meter a su ni?o en una p¨²blica de Hospitalet (Barcelona). Si lograra entrar, probablemente conseguir¨ªa todo tipo de descuentos: madre sola, sin formaci¨®n, vive con su hijo en una casa que le proporciona la ONG Preinfant. Hasta hace unos pocos meses, cuenta, se iba apa?ando, aunque es dif¨ªcil hacerse una idea de c¨®mo lo hac¨ªa. Cobraba 750 euros al mes cuidando a un anciano: 250 se le iban en la guarder¨ªa y otros 200 en pagar a una mujer para que le llevara al ni?o a la escuela por la ma?ana porque ella ten¨ªa que salir a las 7.30 al trabajo; m¨¢s el transporte, m¨¢s la casa, m¨¢s la comida¡. ¡°A veces no me llegaba ni para la merienda del ni?o¡±, cuenta. Hasta que hace poco, perdi¨® su trabajo.
Con el aumento del paro en los ¨²ltimos a?os, se supone que m¨¢s padres y madres pueden quedarse en casa cuidando de sus hijos; en la mayor¨ªa de las escuelas p¨²blicas, como ocurre en Hospitalet, resta puntos a la hora de conseguir una plaza que alguno de los padres no trabaje. Esta medida puede resultar l¨®gica en principio ¡ªsi se mira solo desde el punto de vista de la conciliaci¨®n de la vida familiar y laboral y no del educativo, claro¡ª, pero provoca situaciones perversas, en las que el cuidado de los ni?os dificulta la b¨²squeda de trabajo e, incluso, empuja a rechazar ofertas.
Le ha pasado a Astrid ¡ª¡°eran trabajos de tarde y no ten¨ªa con qui¨¦n dejar al ni?o¡±¡ª y tambi¨¦n a Angharad, de 34 a?os. Esta madrile?a lleva desempleada desde abril de 2013, pero ha dicho que no a empleos porque le ofrec¨ªan, como m¨¢ximo, ¡°seiscientos y pico euros al mes¡±, un dinero que se le habr¨ªa consumido en pagar el transporte y los 400 euros que le cuesta la escuela infantil de sus dos mellizos (tiene otra hija de siete a?os). ¡°Con 500 euros de paro, decid¨ª sacarles de la escuela el curso pasado porque ten¨ªa miedo de que no encontrara nada en mucho tiempo¡±. Su marido s¨ª trabaja, pero la hipoteca de su casa en Rivas Vaciamadrid les tiene ahogados.
Esta es, probablemente, la nueva (y agravada) cara de un problema que ya detect¨® una encuesta del INE en 2010, que dec¨ªa m¨¢s de medio mill¨®n de personas hab¨ªan dejado de trabajar o hab¨ªan reducido su jornada para cuidar de sus hijos porque los servicios escolares y de cuidados eran muy caros.
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