Reino Unido se rebela ante los abusos de pederastas con poder y fama
La redada contra 660 ciberacosadores reaviva los delitos del pasado
Esta semana, la polic¨ªa brit¨¢nica ha anunciado el arresto de 660 presuntos pederastas en una operaci¨®n sin precedentes contra el uso de Internet como herramienta b¨¢sica para delinquir. La gigantesca redada, realizada durante seis meses, ha coincidido con un diluvio de casos de abusos sexuales cometidos en el pasado.
A diferencia de Irlanda o de Estados Unidos, donde la Iglesia cat¨®lica ha estado en el centro de esc¨¢ndalos semejantes, en Reino Unido los protagonistas son sobre todo personajes famosos, actores o comunicadores, algunos de ellos verdaderos h¨¦roes populares que se aprovechaban del poder de su imagen para abusar sexualmente de mujeres y de ni?os y ni?as. Ahora, las sospechas se centran en la clase pol¨ªtica, al renacer viejas acusaciones de que en los a?os setenta y ochenta funcionaba en Westminster una red de pederastia al servicio de algunos diputados, quiz¨¢s hasta una veintena de ellos.
Las acusaciones sobre esa red no son completamente nuevas. Saltaron por primera vez a la luz en los ochenta del siglo pasado de la mano de un exc¨¦ntrico diputado conservador, un exboxeador llamado Geoffrey Dickens. Embarcado en una campa?a contra la pedofilia, acus¨® a un diplom¨¢tico brit¨¢nico ampar¨¢ndose en la inmunidad que tienen los diputados cuando hablan en la C¨¢mara de los Comunes y amenaz¨® con desvelar una lista de ¡°altas personalidades¡± supuestamente implicadas. Dickens lleg¨® a enviar una serie de documentos al entonces ministro del Interior y luego comisario europeo, Leon Brittan, pero sus denuncias no llegaron a nada y el diputado falleci¨® en 1995.
Ahora todo ha vuelto a la luz porque nada es igual en Reino Unido en lo que respecta a los abusos sexuales. Lo que antes se toleraba o se optaba por ignorar ahora se ve como inaceptable. En gran parte por la evoluci¨®n de la sociedad, pero tambi¨¦n por el impacto que ha causado entre los brit¨¢nicos el caso Savile.
La revelaci¨®n sobre el presentador Jimmy Savile ha sido el detonante
Jimmy Savile fue uno de los personajes m¨¢s populares del pa¨ªs en los a?os setenta y ochenta de la mano de la BBC. Tras su muerte en 2011, a los 85 a?os, se supo que en realidad hab¨ªa sido un abusador en serie de cientos de ni?as, mujeres adolescentes y alg¨²n ni?o y que hab¨ªa consumado muchos de sus abusos en sus camerinos en la BBC o en hospitales a los que ten¨ªa libre acceso por sus actividades de caridad.
El caso Savile puso de relieve que mucha gente hab¨ªa sospechado de ¨¦l en su momento pero no se atrevi¨® a denunciarle o prefiri¨® no hacerlo porque era un hombre muy poderoso. Las pocas v¨ªctimas que se atrevieron a acusarle vieron c¨®mo la polic¨ªa no les cre¨ªa.
El esc¨¢ndalo del caso Savile provoc¨® una catarata de denuncias y procesos contra personajes famosos. El ¨²ltimo de ellos, el m¨²sico y comediante Rolf Harris. ?Son ese rosario de denuncias una se?al de p¨¢nico moral, de que Reino Unido est¨¢ exagerando lo que ocurri¨® en aquellos a?os?
¡°Es dif¨ªcil interpretarlo, pero parece claro que ha habido gente muy poderosa asaltando ni?os sexualmente durante mucho tiempo y que por varias razones eso se ha mantenido en secreto y ahora est¨¢ saliendo a la luz¡±, razona Chas Critcher, profesor invitado de la Universidad de Swansea. ¡°Yo no dir¨ªa que lo que est¨¢ ocurriendo es lo que llamamos p¨¢nico moral porque estamos ante hechos reales, no ante una reacci¨®n exagerada por uno o dos peque?os casos¡±, a?ade.
Se investiga una red al servicio de diputados en los ochenta
Anne Philips, profesora de Ciencias Pol¨ªticas de la London School of Economics, enfatiza que ahora no estamos ante una serie de esc¨¢ndalos sexuales como los que hubo en otros tiempos. ¡°No se trata de pol¨ªticos teniendo hijos ileg¨ªtimos o de famosos visitando a prostitutas; no se trata de sexo consentido entre adultos que rompe ciertos c¨®digos morales. El punto com¨²n de la actual oleada de revelaciones y procesos son los abusos por parte de gente poderosa sobre aquellos que de una forma u otra son vulnerables, bien sea por su edad, sexo y, en el caso de Savile, incluso su discapacidad¡±, dice.
¡°Creo que no es apropiado llamarles esc¨¢ndalos sexuales. Y aunque a algunos les preocupa que se est¨¦ procesando a gente muy mayor por lo que hicieron hace varios decenios, eso se equilibra en gran parte, y creo que as¨ª ha de ser, por el creciente reconocimiento del da?o que se hace cuando la gente abusa de esa forma de su poder¡±, a?ade la profesora Philips.
Uno de los aspectos que llama la atenci¨®n es precisamente el hecho de que se trate en casi todos los casos de abusos cometidos hace mucho tiempo. ?Quiere eso decir que los famosos ya no abusan sexualmente de su posici¨®n de poder? ¡°Creo que muchas de esas cosas pasaban en un tiempo en el que hab¨ªa una actitud muy diferente hacia el sexo. Por ejemplo, las terribles cosas que pasaban en la BBC y en algunos hospitales se deb¨ªan a que se abusaba de alguna manera de la nueva libertad sexual y por desgracia eso inclu¨ªa algunas ideas sobre sexo con ni?os. Eso ha cambiado. Es un riesgo que ahora nadie quiere tomar, sobre todo despu¨¦s de Savile¡±, subraya Critcher.
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