?Es esto lo que queremos, una ley garante para los proxenetas?
La prostituci¨®n se nutre de la trata: 8 de cada 10 mujeres prostituidas son esclavas sexuales
Espa?a es un pa¨ªs donde la prostituci¨®n est¨¢ muy arraigada cultural y socialmente, solo hay que darse una vuelta por las carreteras, plagadas de luces de ne¨®n, por rotondas y pol¨ªgonos industriales. Muchos varones mencionan a Pretty Woman, prostitutas felices y que ganan mucho dinero, algo muy lejos de la realidad de este fen¨®meno en Espa?a donde la prostituci¨®n se nutre mayoritariamente de la trata (8 de cada 10 mujeres prostituidas son esclavas sexuales), que esconde migrantes en situaci¨®n irregular para las que solo existe esta salida (hay una relaci¨®n muy estrecha entre pobreza y prostituci¨®n) y que en su inmensa mayor¨ªa prestan servicios por cuenta de un tercero a quien enriquecen.
Supongamos que legalizamos la prostituci¨®n con el argumento de erradicar la trata, las mafias y, lo m¨¢s importante, para vestir de derechos a las mujeres que supuestamente la ejercen libremente¡ Este es justo el argumento que esgrim¨ªa Anela (Asociaci¨®n Nacional de Clubes de Alterne) la patronal de los proxenetas, creada para lavar la imagen de los propietarios de prost¨ªbulos (exmacarras casi todos), y as¨ª la opini¨®n publica les ver¨ªa como empresarios mod¨¦licos cuya prioridad eran los derechos de sus ¡°trabajadoras¡±. Nada m¨¢s lejos de la intenci¨®n real, que no era otra que legalizar la prostituci¨®n para importar ¡°cuerpos de obra¡± baratos para trabajar como esclavas sexuales en sus burdeles, pero consiguieron enga?ar a toda la opini¨®n publica, precisamente porque este discurso vende muy bien por el gran desconocimiento de lo que esconde este negocio millonario.
Estamos viendo ejemplos como el de Alemania y Holanda donde ciudades como ?msterdam se han convertido en ¡°narcoestados¡±, donde los proxenetas campan a sus anchas, pues se les ha dado patente de corso para explotar salvajemente a las mujeres en un sistema prostitucional perverso, donde se entra en la mayor¨ªa de los casos por necesidad pero del que es muy dif¨ªcil salir porque no existen pol¨ªticas sociales para ofrecer alternativas a las mujeres que as¨ª lo deseen, como tampoco medidas preventivas para evitar que otras sean captadas por los proxenetas ahora llamados empresarios, adem¨¢s de que no asegura los derechos de las mujeres (menos de un 2% de las mujeres prostituidas se han dado de alta en la seguridad social), ni termina con la trata, pero eso s¨ª, ofrece un destino, un submundo creado por los amos de la prostituci¨®n para todas las mujeres m¨¢s vulnerables.
?Es esto lo que queremos, una legislaci¨®n garante para los proxenetas?, ?que una sociedad moderna donde se reflejan nuestros j¨®venes, que trabaja por la igualdad, siga ejerciendo esta violencia estructural contra las mujeres, que las mercantiliza y que da amparo a la esclavitud?
Yo imagino que un mundo mejor es posible. Por eso soy abolicionista.
Mabel Lozano es escritora.
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