Los te¨®logos advierten a su Iglesia que la m¨ªstica es inseparable del trabajo por la justicia

¡°Hemos comenzado pregunt¨¢ndonos si, ante las graves situaciones de injusticia estructural, crecimiento de la desigualdad, maltrato a la Madre Tierra, a los pueblos originarios, a las mujeres, y tras las dram¨¢ticas im¨¢genes de personas migrantes y refugiadas que mueren anegadas en el intento de acceder a nuestras costas, se puede seguir hablando de m¨ªstica. La respuesta solo puede ser afirmativa si nos ponemos del lado de las v¨ªctimas¡±. Este es el primer p¨¢rrafo del largo manifiesto aprobado este mediod¨ªa por el medio millar largo de asistentes al 38 congreso de Teolog¨ªa de la Asociaci¨®n Juan XXIII.

?Forma parte la m¨ªstica de la realidad o es un estado patol¨®gico de quien quiere apartarse del mundo? La respuesta es contundente, siempre que se distinga y se alerte sobre el peligro de las personas iluminadas, que se dicen m¨ªsticas. ¡°Las personas m¨ªsticas nada tienen de pasivas. Se comportan con gran libertad de esp¨ªritu, son profundamente cr¨ªticas con las instituciones religiosas y pol¨ªticas y tienen una gran capacidad de desinstalar el sistema¡±. El manifiesto pone ejemplos: Jes¨²s de Nazaret, Pablo de Tarso, Francisco de As¨ªs, el Maestro Eckhart, Hildegarda de Bingen, Margarita Porete, Thomas M¨¹ntzer, Teresa de ?vila, Juan de la Cruz, Rumi, Ibn Arabi, Luther King, Simone Weil.

El congreso se ha preguntado, adem¨¢s, por la relaci¨®n entre m¨ªstica y pol¨ªtica: ?Pueden ir juntas, caminan paralelas, son opuestas? ?Ha influido la m¨ªstica en la pol¨ªtica? La respuesta a la ¨²ltima pregunta ha sido afirmativa. Las personas m¨ªsticas viven ligeras de equipaje, compaginan arm¨®nicamente raz¨®n y emoci¨®n, pueden contribuir a crear una ciudadan¨ªa liberada con capacidad de interiorizaci¨®n, ofrecen nuevos modelos de convivencia, trabajan por eliminar la pobreza y erradicar las desigualdades.

A?ade el congreso de la Asociaci¨®n de Te¨®logos Juan XXIII: ¡°La m¨ªstica es inseparable del trabajo por la justicia porque es un silencio que potencia los gritos contra las injusticias, y especialmente contra la pederastia, ante la situaci¨®n in extremis que vivimos tanto a nivel de pol¨ªtica global como de la Iglesia cat¨®lica.El silencio no es lo opuesto a la acci¨®n o a las palabras, sino fuente de poder, perspicacia y perspectiva; ayuda a que el Esp¨ªritu, y no el Ego, gu¨ªe nuestras vidas. No a¨ªsla de las luchas del mundo, sino que las abraza al nivel m¨¢s profundo y es esencial para construir un mundo m¨¢s justo¡±.