Violar a mujeres ebrias a¨²n sale barato en Portugal
Un tribunal suspende la condena de dos violadores ¡°por da?os diminutos¡± y el Gobierno anuncia cambios en el C¨®digo Penal
La culpa de los violadores ¡°se sit¨²a en la median¨ªa, al final de una noche con mucha bebida alcoh¨®lica, ambiente de seducci¨®n mutua. La ilicitud no es elevada. No hay da?os f¨ªsicos, o son diminutos, ni violencia¡±. Total, el tribunal suspende la ejecuci¨®n de la condena de los dos violadores. Es el ¨²ltimo caso de los muchos que ocurren en Portugal. Seg¨²n el Ministerio de Justicia, el 51% de los condenados entre 2010 y 2016 por agresiones sexuales a personas sin capacidad de resistencia, consiguieron que no se ejecutara su pena. El Gobierno anuncia que promover¨¢ el cambio del C¨®digo Penal.
Una mujer de 26 a?os, inconsciente y ebria, fue violada en el ba?o por el portero y el barman de una discoteca de Oporto en la madrugada del 27 de noviembre de 2016. Los dos hombres fueron condenados a cuatro a?os y seis meses de prisi¨®n. Pasaron en la c¨¢rcel seis meses de 2017 y despu¨¦s llevaron una pulsera electr¨®nica. Hace unos meses, el Tribunal Superior de Oporto acept¨® el recurso de la defensa y acord¨® suspender la pena.
La suspensi¨®n de la pena en casos sexuales se repite una y otra vez, sobre todo en los casos de violaciones en los que la v¨ªctima es incapaz de ofrecer resistencia. En el caso de la discoteca de Oporto, la v¨ªctima estaba borracha, pr¨¢cticamente inconsciente, seg¨²n declaraciones de sus propios violadores y el visionado de las c¨¢maras del local.
La asociaci¨®n Sindical de Jueces ha salido en defensa de sus compa?eros, asegurando que el crimen en causa no es, jur¨ªdicamente, violaci¨®n. ¡°La gente cree que para que exista violaci¨®n basta con que la v¨ªctima no d¨¦ su consentimiento o, como ocurre en este caso, est¨¦ inconsciente¡±, ha explicado Carla Isabel de Jes¨²s Oliveira, secretaria general de la asociaci¨®n. ¡°Pero en el sentido jur¨ªdico, para haber violaci¨®n, el acusado tiene que impedir a la v¨ªctima la posibilidad de resistirse. Si no hay violencia, no hay violaci¨®n¡±.
El presidente del sindicato de los fiscales, Ant¨®nio Ventinhas, cree que el problema de las penas suspendidas no es exclusivo de los casos de violencia dom¨¦stica ni de delitos sexuales. ¡°Existe un n¨²mero muy elevado de penas suspendidas que deb¨ªan ser efectivas, creo que eso muchas veces conlleva un sentimiento de impunidad¡±.
El tribunal reconoce que los condenados no han dado se?ales de arrepentimiento de los hechos, pero que la prisi¨®n romper¨ªa sus vidas familiares y profesionales. En los hechos probados, se se?ala: ¡°Verificando la incapacidad de la ofendida de reaccionar a su voluntad y de tener conciencia de sus actos, mantuvo con ella relaciones sexuales de c¨®pula vaginal completa, despu¨¦s de haberla desnudado de cintura para abajo, manteniendo la ropa a la altura de las piernas (...). La ofendida perdi¨® nuevamente la consciencia, solo recuper¨¢ndola cuando sinti¨® palmadas en la zona de los gl¨²teos, apercibi¨¦ndose que estaba con las bragas en los tobillos y de bruces sobre el lavabo¡±. El tribunal recomienda que se le indemnice con 350 euros.
La misma asociaci¨®n de jueces niega la violaci¨®n, ¡°que en el sentido t¨¦cnico-jur¨ªdico constituye un tipo de crimen diferente, punible con pena m¨¢s grave¡±, y a?ade: ¡°Los tribunales no tienen agendas pol¨ªticas o sociales ni deciden en funci¨®n de las expectativas o para agradar a asociaciones militantes de causas, sean las que sean. La agenda de los tribunales es la aplicaci¨®n de las normas y principios legales y la justicia del caso concreto¡±.
La tambi¨¦n jueza Carolina Gir?o pide una reflexi¨®n ¡°profunda¡± sobre si la justicia portuguesa es o no ¡°sexista¡±, demasiado tolerante en los casos de la violencia sexual contra las mujeres, aunque defiende el fallo de sus compa?eros de profesi¨®n y pasa la responsabilidad a los legisladores.
El c¨®digo penal portugu¨¦s no reconoce como violaci¨®n el sexo sin consentimiento si no hay a la vez resistencia de la v¨ªctima
Efectivamente, el c¨®digo penal portugu¨¦s, como la mayor¨ªa de los europeos, no reconoce como violaci¨®n el sexo sin consentimiento si no hay a la vez resistencia. Eso deja fuera del delito de violaci¨®n a v¨ªctimas bajo efectos del alcohol, de las drogas o con par¨¢lisis, como ya se ha dado el caso de alg¨²n enfermero condenado por agresiones sexuales a tetrapl¨¦jicos.
Despu¨¦s de esta pol¨¦mica, el Gobierno, a trav¨¦s de la Secretar¨ªa de Estado para la Igualdad, Rosa Monteiro, ha anunciado que promover¨¢ los cambios en el C¨®digo Penal, ¡°en el sentido de mejor acomodar aquello que son los presupuestos de la Convenci¨®n de Estambul¡±. GREVIO, el comit¨¦ creado por los pa¨ªses firmantes de la Convenci¨®n, entre ellos Portugal, sugiere una revisi¨®n del delito de violaci¨®n en el sentido de que la falta de violencia o resistencia no rebaje el delito de violaci¨®n al de agresi¨®n sexual.
De momento, ninguno de los partidos parlamentarios ¡ªni el que gobierna¡ª han presentado iniciativas para modificar el c¨®digo penal en su articulado sobre delitos sexuales.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.