Bl¨¢zquez: ¡°No se deben encubrir los abusos ni darles respuesta equivocada¡±
El presidente de la Conferencia Episcopal hace suyas las conclusiones sobre pederastia del S¨ªnodo de Obispos de octubre
El presidente de la Conferencia Episcopal Espa?ola (CEE), Ricardo Bl¨¢zquez, ha le¨ªdo este lunes un documento en el que dice que "la Iglesia reconoce abiertamente los abusos de diversa ¨ªndole y tiene la firme decisi¨®n de erradicarlos". Lo ha asegurado durante la sesi¨®n inaugural de la Asamblea Plenaria de los obispos, en la que ha dado las gracias a las v¨ªctimas de abusos sexuales en el seno de la Iglesia por su "valent¨ªa al denunciarlos", porque "ayudan a la Iglesia a tomar conciencia de cuanto ha ocurrido y de la necesidad de reaccionar con decisi¨®n".?
¡°Humildad es andar en verdad¡±, escribi¨® santa Teresa de Jes¨²s. Lo ha recordado esta ma?ana Bl¨¢zquez, que ha concluido sus referencias al tema de los abusos a menores por eclesi¨¢sticos de toda condici¨®n con la famosa frase de la m¨ªstica de ?vila. Tambi¨¦n ha dicho que ¡°no es leg¨ªtimo abrigar sospechas sin fundamento¡±, pero que ¡°los pecados, que en ocasiones son tambi¨¦n delitos, deben ser reconocidos humildemente ante Dios y sin pretextos ante los hombres".? En ning¨²n momento se ha referido a los abusos como delitos que deben sustanciarse ante las autoridades civiles.
Ha a?adido, como conclusi¨®n: ¡°No se deben encubrir los abusos ni darles una respuesta equivocada. Nos acogemos todos a la misericordia inmensa y eterna de Dios. El pecado, adem¨¢s de poseer una dimensi¨®n individual, hiere a la Iglesia y causa da?o a otras personas. La Iglesia reconoce abiertamente los abusos de diversa ¨ªndole y tiene la firme decisi¨®n de erradicarlos; tambi¨¦n agradece la dedicaci¨®n paciente de tantos cristianos, ministros, consagrados y laicos. No es leg¨ªtimo abrigar sospechas sin fundamento. ?Queridos hermanos sacerdotes, muchas gracias por vuestra vida servicial y sacrificada!¡±.
Antes de estas conclusiones, el l¨ªder del episcopado, que termina la pr¨®xima primavera su mandato cumplidos los 77 a?os, ha le¨ªdo palabra por palabra las 690 que el documento final del S¨ªnodo de los J¨®venes celebrado a lo largo del pasado octubre en el Vaticano dedica a un tema que tiene sumida a la Iglesia romana en una crisis que fulmina su prestigio. Para atajarla en lo posible, el papa Francisco ha convocado a Roma a los 113 presidentes de las conferencias episcopales de rito latino entre el 21 y el 24 de febrero pr¨®ximo. Bl¨¢zquez es uno de ellos.
¡°Quiero citar las palabras del documento sobre una cuesti¨®n, que nos viene ocupando y preocupando. Me refiero a los abusos y el comprensible esc¨¢ndalo que han suscitado¡±, ha advertido Bl¨¢zquez antes de proceder a la lectura de todos los p¨¢rrafos del documento sinodal, conocido por la opini¨®n p¨²blica hace m¨¢s de 20 d¨ªas.
El primer apartado dice: ¡°Los diversos tipos de abuso realizados por algunos obispos, sacerdotes, religiosos y laicos provocan en quienes son v¨ªctimas, entre los cuales hay muchos j¨®venes, sufrimientos que pueden durar toda la vida y a los que ning¨²n arrepentimiento puede poner remedio. Tal fen¨®meno est¨¢ difundido en la sociedad, toca tambi¨¦n a la Iglesia y representa un serio obst¨¢culo a su misi¨®n. El S¨ªnodo reitera el firme compromiso de adoptar rigurosas medidas de prevenci¨®n que impidan repetirse, a partir de la selecci¨®n y de la formaci¨®n de aquellos a los que ser¨¢n confiados tareas de responsabilidad y educativas".
El n¨²mero siguiente titulado Ir a la ra¨ªz se?ala: ¡°Existen diversos tipos de abuso: de poder, econ¨®micos, de conciencia, sexuales. Es evidente el deber de erradicar las formas de ejercicio de la autoridad en las cuales se insertan y de combatir la falta de responsabilidad y transparencia con las cuales muchos casos se han tratado. El deseo de dominio, la falta de di¨¢logo y de transparencia, las formas de doble vida, el vac¨ªo espiritual, como tambi¨¦n las fragilidades psicol¨®gicas son el terreno en el cual prospera la corrupci¨®n. El clericalismo, en particular, ¡°nace de una visi¨®n elitista y excluyente de la vocaci¨®n, que interpreta el ministerio recibido como un poder a ejercitar m¨¢s que como un servicio gratuito y generoso a ofrecer; y esto conduce a la pretensi¨®n de pertenecer a un grupo que posee todas las respuestas y no tiene necesidad de escuchar y aprender nada o fingir escuchar¡±.
"Desgraciadamente el mundo est¨¢ indignado por los abusos de algunas personas de la Iglesia en lugar de ser reanimado por la santidad de sus miembros. ?Por esto, la Iglesia en su conjunto debe realizar un decidido, inmediato y radical cambio de perspectiva!", ha indicado Bl¨¢zquez citando el texto del S¨ªnodo.
Por fin, en el n¨²mero 31, titulado Gratitud y est¨ªmulo se escribe lo siguiente: ¡°El S¨ªnodo expresa el agradecimiento a los que han tenido la valent¨ªa de denunciar el mal padecido; ayudan a la Iglesia a tomar conciencia de cuanto ha ocurrido y de la necesidad de reaccionar con decisi¨®n¡±.
El n¨²mero 166, como conclusi¨®n del documento, apunta: ¡°Nosotros debemos ser santos para poder invitar a los j¨®venes a serlo. Los j¨®venes han pedido con voz fuerte una Iglesia aut¨¦ntica, luminosa, transparente, gozosa. ?Solo una Iglesia de los santos puede estar a la altura de tales exigencias! Muchos de ellos la han dejado porque no han encontrado all¨ª santidad, sino mediocridad, presunci¨®n, divisi¨®n y corrupci¨®n. Desgraciadamente, el mundo est¨¢ indignado por los abusos de algunas personas de la Iglesia en lugar de ser reanimado por la santidad de sus miembros¡±.
Bl¨¢zquez ha concluido el apartado de los abusos sin alusi¨®n alguna a los producidos en el seno de la Iglesia romana en Espa?a. Tampoco ha desvelado si el tema va a ocupar algunos de los debates de la asamblea, que termina el viernes, o si los obispos asistentes van a poder aportar ideas o experiencias para el funcionamiento de la comisi¨®n de expertos jur¨ªdicos que la CEE acaba de crear en su seno. El presidente, que es tambi¨¦n arzobispo de Valladolid, solo les advierte de que el texto del S¨ªnodo ¡°no necesita ex¨¦gesis, sino lectura atenta¡±.
Su discurso, de 5.883 palabras, abri¨® una asamblea plenaria de oto?o que hace la n¨²mero 112 desde que comenz¨® su actividad la Conferencia Episcopal hace ya 51 a?os.
Bl¨¢zquez sobre la Transici¨®n: ¡°No deseamos ponernos medallas¡±
La canonizaci¨®n de Pablo VI, que fue Papa entre 1963 y 1978, y los 40 a?os de la aprobaci¨®n de la Constituci¨®n por las Cortes le sirvieron al presidente de la CEE para introducir en su discurso un apartado a la necesidad del di¨¢logo. Pensaba, sin citarlas, en las reformas anunciadas por el Gobierno de Pedro S¨¢nchez en materias que, seg¨²n los obispos, afectar¨ªan gravemente al estatus de su Iglesia en Espa?a, como la fiscalidad, la inmatriculaci¨®n de decenas de miles de bienes que pertenec¨ªan al pueblo y han sido registrados a nombre de las Di¨®cesis sin m¨¢s tr¨¢mite que la de decir que eran suyos, la reforma de la ense?anza del catolicismo en las escuelas con dinero p¨²blico e, incluso, la posibilidad de que el Ejecutivo socialista proceda a la reforma o la denuncia de los cinco acuerdos que, en forma de concordato, se firmaron en Roma en 1976 y 1979 por el Gobierno de Adolfo Su¨¢rez y el Estado vaticano.
Dijo Bl¨¢zquez al respecto: ¡°En el di¨¢logo los interlocutores se acercan y mutuamente se ofrecen respeto y estima; el di¨¢logo muestra el aprecio del otro, que no es considerado adversario ni como inexistente por la indiferencia. El di¨¢logo no es una imposici¨®n disimulada ni un recurso c¨®modo para ganar imagen, ni una expresi¨®n hueca y sin contenido¡±.
En el perfil sobre Pablo VI, el Papa que concluy¨® el Concilio Vaticano II, el cardenal subraya de nuevo el esp¨ªritu de di¨¢logo ante la situaci¨®n de Espa?a en plena dictadura de Franco. Fue el papa Montini quien orden¨® romper amarras con la dictadura, con gran irritaci¨®n del dictador, que acab¨® abriendo una c¨¢rcel para curas en Zamora; amenaz¨® con liquidar los incontables privilegios que hab¨ªa concedido en el Concordato de 1953 e, incluso, estuvo a punto de romper relaciones diplom¨¢ticas cuando orden¨® mandar al exilio al obispo de Bilbao, Antonio A?overos. El momento m¨¢s extravagante de las relaciones de Pablo VI y Franco se produjo con el cruce de cartas sobre sus respectivos privilegios. En una de ellas, de 29 de abril de 1968, el Papa ped¨ªa al dictador que renunciara al nombramiento de obispos.
Franco le contest¨® el 12 de junio que solo lo har¨ªa si el Pont¨ªfice renunciaba a su vez a todos los beneficios concedidos por la dictadura, que, en palabras del llamado Caudillo, eran incontables. Este es el final de la carta: ¡°Expreso con honda emoci¨®n mi devota adhesi¨®n al Vicario de Cristo y no olvido el d¨ªa, venturosamente ya lejano, en que hube de tomar las armas como ¨²ltimo recurso para defender y restaurar los derechos y el honor de Dios y la Religi¨®n¡±. La prensa anticlerical de derechas llam¨® durante a?os a aquel Pont¨ªfice el ¡°Papa Tontini¡±, sin que interviniera la censura, entonces implacable.
Sobre la Constituci¨®n de 1978 y la llamada Transici¨®n de la dictadura hacia la democracia, la tesis del l¨ªder episcopal es que "la Iglesia colabor¨® eficazmente en aquel singular periodo". A?adi¨®: "Ni deseamos ponernos medallas ni queremos ser preteridos. Los cat¨®licos estamos satisfechos de haber prestado la ayuda que estaba en nuestras manos". La realidad es que numerosos obispos, liderados por el cardenal primado de Toledo, Marcelo Gonz¨¢lez, rechazaron la Constituci¨®n con severidad y estruendo, calific¨¢ndola de atea y anticat¨®lica y pidiendo el no en el refer¨¦ndum que la aprob¨®. Quien m¨¢s tarde fue presidente de la Conferencia Episcopal, el arzobispo de Zaragoza El¨ªas Yanes, encabez¨® la campa?a episcopal que exig¨ªa que la Constituci¨®n citara a Dios en alguno de sus art¨ªculos. Finalmente, se incluy¨® a la Iglesia cat¨®lica en el art¨ªculo 16, ¨²nica instituci¨®n que aparece con su nombre en la Carta Magna. Por cierto, la Constituci¨®n del Estado de la Santa Sede (el Vaticano) ni cita a la Iglesia, ni cita a Dios.
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