Mona Eltahawy: ¡°El mundo ¨¢rabe necesita una revoluci¨®n sexual¡±
La feminista egipcia acaba de publicar en espa?ol su libro ¡®El himen y el hiyab¡¯
No tiene pelos en la lengua y su cabello te?ido de rojo la hace inconfundible. La egipcia Mona Eltahawy (Port Said, 1967) lleg¨® al feminismo a trav¨¦s del periodismo y tras la frustrada Primavera ?rabe se ha convertido en el altavoz de las activistas acalladas por la contra revuelta. Se opone al empe?o en ocultar el cuerpo de las mujeres, apoya la prohibici¨®n del niqab (o velo integral) y defiende que ¡°el mundo ¨¢rabe necesita una revoluci¨®n sexual¡±. Al mismo tiempo, cuestiona los motivos de quienes en Occidente denuncian su cultura con aires de superioridad o la condonan desde el paternalismo.
¡°No hemos llegado tan lejos como esper¨¢bamos¡±, concede en referencia a las revueltas ¨¢rabes, en cuya versi¨®n egipcia particip¨® con un alto coste personal. En noviembre de 2011, la polic¨ªa la golpe¨® (le rompi¨® el brazo izquierdo y la mano derecha) y la viol¨®. Culpa de la falta de ¨¦xito de la Primavera ¡°a los hombres que se han dedicado a combatir a otros hombres por el poder, olvidando que la dignidad y la justicia eran los objetivos de la revoluci¨®n¡±. Pero tambi¨¦n a que ¡°la igualdad de g¨¦nero no estaba en el coraz¨®n de esas revoluciones¡± (y ah¨ª incluye tambi¨¦n la igualdad de las personas LGBTIQ+, tab¨² en todo el mundo ¨¢rabe). Por eso escribi¨® El himen y el hiyab, que acaba de publicar la editorial Capit¨¢n Swing en espa?ol, la und¨¦cima lengua a la que se traduce.
Hablamos por tel¨¦fono pocos d¨ªas despu¨¦s de que la actriz egipcia Rania Youssef haya sido obligada a disculparse en p¨²blico por un vestido que unos abogados consideraron indecente. No es la primera vez. Eltahawy, residente en Nueva York, habla de un caso similar en su libro, que incluye un pr¨®logo espec¨ªfico y valiosas notas a pie de p¨¢gina actualizando datos.
¡°Los cuerpos de las mujeres se han convertido en el campo de batalla en el que todo el mundo libra su pelea. Y lo que es m¨¢s preocupante, el r¨¦gimen no tiene que hacer nada porque hay abogados que act¨²an como vigilantes de la moralidad p¨²blica en sustituci¨®n del Estado¡±, declara. Adem¨¢s, llama la atenci¨®n sobre el hecho de que no solo act¨²an as¨ª los islamistas, sino tambi¨¦n las dictaduras militares como la de Egipto. ¡°Es algo que les une, porque tanto unos como otros est¨¢n interesados en controlar a las mujeres¡±, se?ala antes de precisar que la dictadura que les impide levantar la voz no es ¨²nicamente la del Estado, sino, tal como explica en su libro, ¡°la de la calle y la del hogar¡±.
Pero si se muestra dura con la misoginia de su cultura, tampoco se deja a un lado las actitudes de Occidente hacia la misma, que tacha de racistas. Por eso arremete tanto contra los islam¨®fobos de derechas como contra los multiculturalistas de izquierdas. Y reclama que se escuchen las voces de las mujeres musulmanas en lugar de dictarles una norma de comportamiento desde una presunta superioridad cultural.
De ah¨ª que no quiera que su oposici¨®n al niqab sea manipulada por quienes solo buscan atacar al islam. ¡°Me opongo a la cultura de la modestia, y a todo tipo de velos, en el islam o cualquier otra religi¨®n¡±, precisa Eltahawy antes de explicar que ve ¡°una diferencia filos¨®fica¡± en el niqab respecto a otras formas de cubrirse. ¡°Borra a la mujer porque le dice ¡®cuanto menos te veo, m¨¢s piadosa eres y m¨¢s cerca est¨¢s de Dios¡¯, algo que encuentro muy peligroso¡±, resume. Pero insiste en que son las musulmanas quienes tienen que debatir ese asunto, porque en los ¨²ltimos a?os se ha convertido ¡°en una puerta de entrada para el racismo y la islamofobia (¡) por parte de gente a la que le importan un pimiento las mujeres musulmanas¡±.
De hecho, enmarca los problemas de estas en un patriarcado que afecta al resto de las mujeres del mundo. ¡°Es importante conectar lo que pasa en esos pa¨ªses¡±, defiende tras poner ejemplos de Estados Unidos, Irlanda e incluso Espa?a (la agresi¨®n a tres activistas de FEMEN durante el aniversario de la muerte de Franco).
¡°No importa quien est¨¦ en el poder, sea la monarqu¨ªa absoluta de Arabia Saud¨ª, el sistema bipartidista de EE. UU., la monarqu¨ªa constitucional del Reino Unido o el partido Comunista de China, en todos los pa¨ªses del mundo hay patriarcado. Pero la gente no reacciona a menos que sea muy llamativo y aparente, como sucede en Arabia Saud¨ª o en el caso de los islamistas, lo que unido a la islamofobia y el racismo actuales hace que se hable m¨¢s de ello¡±, asegura. ¡°Que nadie que lea mi libro sienta ning¨²n confort por no vivir en el mundo ¨¢rabe, porque es un problema universal¡±, advierte.
De hecho, ya est¨¢ trabajando en un pr¨®ximo libro: The 7 Necessary Sins for Women and Girls (Los 7 pecados que necesitan mujeres y ni?as), que no se centra en Oriente Pr¨®ximo y el Norte de ?frica, sino en el feminismo y el patriarcado, en general. Defiende que en contra de la socializaci¨®n establecida, mujeres y ni?as deben reclamar la rabia, la atenci¨®n, la irreverencia, la ambici¨®n, el poder, la violencia y la lujuria. Continuar¨¢.
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