El suicidio programado del gran ensayo
Ortega y Gasset no pasar¨ªa los criterios de ¡°calidad cient¨ªfica¡±, por publicar en prensa peri¨®dica o en revistas dirigidas por ¨¦l
La expresi¨®n ¡°efecto cobra¡±, divulgada por el economista alem¨¢n Horst Siebert, designa aquellas decisiones que producen resultados contrarios a los previstos. La f¨®rmula tiene su origen en una an¨¦cdota ambientada en la India. Durante la dominaci¨®n brit¨¢nica, un gobernador decidi¨® ofrecer una recompensa por cada cobra cazada, para desinfestar la regi¨®n. As¨ª, a cambio de cada ejemplar capturado, pagaba a los ciudadanos una cantidad de dinero. Sin embargo, la medida (que, en pocos a?os, transform¨® a los cazadores en criadores ¨¢vidos de ganancias), en lugar de eliminar las serpientes, contribuy¨® a multiplicarlas.
Desafortunadamente, el mismo ¡°efecto cobra¡± est¨¢ produci¨¦ndose en el complicado sistema de evaluaci¨®n que regula las oposiciones universitarias. En Italia, por ejemplo, un candidato que aspirase a conseguir la habilitaci¨®n nacional para ser profesor de primer nivel de Literatura Italiana deber¨¢ cumplir al menos dos de los tres requisitos previstos: haber publicado un libro en 15 a?os, seis art¨ªculos de nivel A en 15 a?os y 28 art¨ªculos-ensayos breves en 10 a?os. Ninguna posibilidad, con los par¨¢metros actuales, para un cr¨ªtico del calibre de George Steiner (uno de los m¨¢s importantes del siglo XX, con prestigiosos premios y doctorados honoris causa en su haber): sin el cumplimiento de los requisitos previstos para al menos uno de los otros dos ¨¢mbitos (art¨ªculos de nivel A y art¨ªculos de diferente naturaleza), sus 11 libros de ¨¦xito (de m¨¢s) no podr¨ªan compensar el "umbral" incumplido.
La situaci¨®n italiana puede f¨¢cilmente compararse con la de muchos pa¨ªses en los cinco continentes. En Espa?a ¡ªdonde la acreditaci¨®n a c¨¢tedra est¨¢ sujeta a criterios no menos cuantitativos que los italianos, tanto que una sentencia reciente y particularmente significativa del Tribunal Supremo obliga a las comisiones a no descuidar la calidad de los contenidos¡ª, el proceso para acceder a las figuras menores del panorama docente universitario (ayudante y contratado-doctor) est¨¢ haciendo aut¨¦nticos estragos entre los j¨®venes m¨¢s dotados para la investigaci¨®n aut¨¦ntica. Hoy en d¨ªa, un fil¨®sofo como Ortega y Gasset no pasar¨ªa los criterios de ¡°calidad cient¨ªfica¡±, por el hecho de que muchos de sus escritos se publicaron, en diferentes entregas, en la prensa peri¨®dica (El Sol) o en revistas fundadas y dirigidas por ¨¦l mismo?(Revista de Occidente).
Los resultados de esta l¨®gica aberrante son evidentes: el suicidio programado del ensayo de gran envergadura y la innecesaria mutiplicaci¨®n de publicaciones destinadas exclusivamente a superar las oposiciones. La universidad, en lugar de formar a j¨®venes dedicados a la investigaci¨®n, forja profesionales de los curr¨ªcula, obligados (no por su culpa) a dedicar preciosas energ¨ªas a la alquimia de los "umbrales". As¨ª la medida programada para fomentar y premiar la calidad, somete la investigaci¨®n a la cantidad y a los n¨²meros, favoreciendo a los contables de la estad¨ªstica y no a los estudiosos que escriben libros.
Nuccio Ordine es profesor de la Universidad de Calabria.
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