Pagar por ser rescatada
El Reino Unido obliga a las mujeres liberadas de matrimonios forzadas a asumir el coste de los operativos necesarios

Las mujeres brit¨¢nicas que en a?os recientes se han visto atrapadas por matrimonios forzados en el extranjero ¡ªtras su traslado a un segundo pa¨ªs de origen familiar, bien a la fuerza o con triqui?uelas¡ª pero que acabaron felizmente rescatadas por su gobierno tiene una factura pendiente. El Foreign Office (Ministerio de Exteriores) exige a esas v¨ªctimas sufragar el coste de la operaci¨®n de asistencia que implica vuelos, dietas, gestiones diplom¨¢ticas y, por lo visto, muy poca consideraci¨®n hacia el drama humano implicado en el asunto.
¡°Incre¨ªble¡± e ¡° inmoral¡± son los ep¨ªtetos dispensados por la oposici¨®n contra el Foreign Office (Ministerio de Exteriores) tras las revelaciones del diario The Times sobre el peaje adicional que deben encarar aquellas mujeres convertidas en moneda de cambio por sus familiares. La respuesta del gobierno de Londres, cuyo titular de Exteriores, Jeremy Hunt, se ha limitado a prometer que indagar¨¢ en el asunto, implica un aval al rotativo brit¨¢nico cuando ¨¦ste asegura que las v¨ªctimas fueron en primer lugar informadas de que deber¨ªan pagar a posteriori por el esfuerzo de su rescate. Los ahorros, las conexiones familiares y de amigos o, a falta de dinero, la solicitud de un pr¨¦stamo, son las soluciones que los responsables de la diplomacia brit¨¢nica ofrecieron a esas mujeres rescatadas, aunque castigadas de nuevo por una inesperada presi¨®n econ¨®mica,
La pol¨ªtica que en la pr¨¢ctica ejecuta el gobierno de la conservadora Theresa May ¡ªahogar econ¨®micamente y a base de pr¨¦stamos a las v¨ªctimas rescatadas¡ª contrasta con su publicitada vocaci¨®n de atajar el fen¨®meno de los matrimonios forzados. En los ¨²ltimos tres a?os, el registro policial constata en el Reino Unido m¨¢s de 3.500 casos, considerados una forma de esclavitud moderna y dif¨ªcil de detectar al circunscribirse al ¨¢mbito familiar y privado.
Las cifras oficiales apenas ara?an la magnitud del fen¨®meno, pero la investigaci¨®n de The Times s¨ª deja preclaro que escapar de ese ciclo con ayuda del gobierno brit¨¢nico implica una tremenda carga adicional. Similar a la del contrato con un banco (y sus obligaciones de pago), que contraen mujeres liberadas, por ejemplo, de su ingreso en un ¡°correccional¡± de Somalia que pretend¨ªa su sumisi¨®n o de un matrimonio forzado en Bangladesh tildado por la legislaci¨®n brit¨¢nica de esclavitud moderna. Que el propio gobierno ayude a liberarse de esas cadenas implica empero, un pago
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