Muere el cardenal Fernando Sebasti¨¢n, el hombre del papa Francisco en Espa?a
Te¨®logo de prestigio, ocup¨® cargos fundamentales en la Conferencia Episcopal
Pese a haber cumplido 89 a?os de edad, el cardenal Fernando Sebasti¨¢n Aguilar, fallecido en la tarde de este jueves en M¨¢laga, segu¨ªa activo y era una opini¨®n autorizada ante el papa Francisco, con quien conversaba con frecuencia y a quien ofrec¨ªa consejos sobre el complicado y no siempre pac¨ªfico devenir del catolicismo espa?ol.
El pont¨ªfice argentino premi¨® esos servicios haci¨¦ndolo cardenal, el ¨²nico espa?ol entre 16, en su primer consistorio, hace ahora cinco a?os. Rectificaba as¨ª una anomal¨ªa de los anteriores pontificados. Cada vez que Juan Pablo II o Benedicto XVI anunciaban la creaci¨®n de cardenales, Sebasti¨¢n figuraba en todas las listas de candidatos. Le sobraban prestigio, obra teol¨®gica, trayectoria eclesi¨¢stica y servicios a la Iglesia romana en Espa?a. Fue marginado una y otra vez. Que Francisco lo hiciera Pr¨ªncipe de la Iglesia, que es como se conoce a los cardenales, en la primera ocasi¨®n que tuvo no caus¨® extra?eza, aunque resultaba extra?o. En el catolicismo contempor¨¢neo, muy rara vez se conceden esos t¨ªtulos a personas de edad tan avanzada. Cardenal viene del lat¨ªn ¡®cardo¡¯ o bisagra, es decir, un punto de apoyo, un gozne. Son las bisagras que facilitan el funcionamiento del edificio clerical en torno a su m¨¢ximo dirigente, el Papa.
Precedentes al de Sebasti¨¢n se cuentan en los ¨²ltimos cien a?os con el dedo de una mano, entre otros los te¨®logos Yves Congar (franc¨¦s, nombrado a los 90 a?os) y Hans Urs von Balthasar (suizo, a los 83), distinguidos a punto de morir (el segundo, falleci¨® dos d¨ªas antes de tomar posesi¨®n), ambos despu¨¦s de haber sido perseguidos o ninguneados por los inquisidores de antes del Concilio Vaticanos II. En Espa?a, hay solo el precedente de Estepa Llaurens, cardenal en 2010 cuando ya ten¨ªa 84 a?os.
Fernando Sebasti¨¢n, claretiano, antes de ser obispo hab¨ªa sido el te¨®logo preferido del cardenal Vicente Enrique y Taranc¨®n, el prelado que lider¨® la lenta (quiz¨¢s a¨²n inacabada) transici¨®n del episcopado cat¨®lico desde el nacionalcatolicismo franquista hacia la actual democracia. Fue un elogio que marc¨® a la baja una carrera llamada a grandes misiones. La en¨¦rgica restauraci¨®n impuesta por el polaco Juan Pablo II releg¨® a Sebasti¨¢n a puestos de segund¨®n, que ejerci¨® en la Conferencia Episcopal con brillantez. A ¨¦l se deben algunos de los mejores documentos episcopales de esos a?os.?
Hace apenas dos a?os public¨® su autobiograf¨ªa con el t¨ªtulo Memorias con esperanza, en la que narraba sus vivencias durante la Transici¨®n, entre otras las negociaciones que lider¨® frente al Gobierno socialista de Felipe Gonz¨¢lez, con el vicepresidente Alfonso Guerra como interlocutor. Lo cont¨® as¨ª: ¡°Me ve¨ªa con Alfonso Guerra en La Moncloa. Nos entend¨ªamos bien. No era dif¨ªcil saber lo que se pod¨ªa hacer y lo que no. Guerra ten¨ªa mucho poder. En aquellas oficinas se revisaba todo lo que se hac¨ªa en los ministerios. Una vez me dijo: ¡°Os conviene llevaros bien con nosotros; la llegada de PSOE al poder es irreversible¡±. Me pareci¨® un poco fuerte y le respond¨ª: ¡°Bueno, ya veremos. La Iglesia ha tratado con varios ¡®Imperios irreversibles¡¯ que se han quedado en el camino¡±. En ocasiones hablamos de religi¨®n. Me resumi¨® as¨ª la esencia del ate¨ªsmo: ¡°El ate¨ªsmo es un punto de partida. Si Dios existe o no es un problema suyo¡±. En aquellos encuentros, generalmente por la tarde, busc¨¢bamos con sinceridad f¨®rmulas de compatibilidad y convivencia. Tengo la impresi¨®n de que las cosas han ido a peor. Ha resurgido la desconfianza¡±.
El fallecido cardenal cuanta as¨ª la ruptura con la dictadura. ¡°En los ¨²ltimos a?os del franquismo, los curas j¨®venes y los cristianos m¨¢s avisados est¨¢bamos convencidos de que la Iglesia ten¨ªa que despegarse del r¨¦gimen. Desde 1955, yo no estaba conforme por razones ¨¦ticas. Segu¨ªa pensando que el Alzamiento del 36 hab¨ªa sido inevitable, pero me parec¨ªa que el orden resultante no pod¨ªa ser definitivo. Lo m¨¢s negativo [de Franco] fue la implacable depuraci¨®n de los primeros a?os de la posguerra, detenciones, trabajos forzados, fusilamientos¡±,
Escribi¨® mucho, pero merece la pena se?alar sus ¨²ltimos libros, adem¨¢s de la autobiograf¨ªa ya citada: Diez cosas que el papa Francisco quiere que sepas sobre la familia?(2016),?Reflexionar con la Amoris Laetitia¡¯(2017) y La esperanza no defrauda?(2017).
Hab¨ªa nacido en Calatayud (Zaragoza), el 14 de diciembre de 1929, ingres¨® en la Congregaci¨®n de Misioneros Hijos del Inmaculado Coraz¨®n de Mar¨ªa (Misioneros Claretianos) en Vic en 1945, complet¨® estudios filos¨®ficos y teol¨®gicos en los seminarios de la congregaci¨®n, en Solsona y Valls y fue ordenado sacerdote en Valls en 1953 por el cardenal Arriba y Castro. Inmediatamente, fue enviado a Roma a especializarse en Teolog¨ªa, y m¨¢s tarde, en 1956, a la Universidad de Lovaina (B¨¦lgica)
En 1967 comienza su labor docente en la Universidad Pontificia de Salamanca, donde fue, en 1970, decano de la Facultad de Teolog¨ªa y solo un a?o m¨¢s tarde rector, cargo que desempe?¨® hasta 1979. Designado Gran Canciller de la Universidad Pontificia de Salamanca, en 2001 recibi¨® la Medalla de Oro de la instituci¨®n por sus servicios como catedr¨¢tico, decano, rector y Gran Canciller. Antes hab¨ªa fundado, en 1966, la revista Iglesia Viva, que dirigi¨®durante una d¨¦cada. Te¨®logo progresista en sus inicios, tuvo m¨¢s tarde severos encontronazos con sus colegas de congregaci¨®n, entre otros con Benjam¨ªn Forcano y Evaristo Villar, y promovi¨® castigos a otros colegas destacados. Tambi¨¦n se enfrent¨® con el Parlamento de Navarra por severas diferencias de juicio sobre los cr¨ªmenes de guerra del franquismo y la represi¨®n durante la postguerra en aquella comunidad.
Como prelado, tambi¨¦n vivi¨® una vida agitada. En 1979 fue nombrado obispo de Le¨®n; en 1991, administrador apost¨®lico de la di¨®cesis de M¨¢laga y en 1993 arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, donde se retir¨®. Con frecuencia represent¨® al episcopado espa?ol en Asambleas del S¨ªnodo de los Obispos, formando parte incluso de la comisi¨®n preparatoria para la Asamblea Extraordinaria del S¨ªnodo de los Obispos dedicada a Europa.
En la Conferencia Episcopal Espa?ola ocup¨® el cargo de secretario general (entre 1982 y 1988) y fue su vicepresidente entre 1993 hasta 2005, en varios mandatos. Desde 2007 resid¨ªa en M¨¢laga, donde segu¨ªa colaborando con la di¨®cesis muy activamente.
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