El Papa sobre los abusos a menores: ¡°A veces el obispo no sabe qu¨¦ hacer¡±
Francisco cierra la puerta al celibato opcional en su pontificado y lo califica de "don de la Iglesia"
Las ruedas de prensa con el papa Francisco a 37.000 pies de altura siempre son una inc¨®gnita. Algunos d¨ªas, cansado por el viaje, esquiva las preguntas clave sobre el Vaticano y pide que se le interrogue sobre an¨¦cdotas del periplo. Otras, como el domingo, no tiene inconveniente en entrar al trapo con soltura en los asuntos m¨¢s espinosos. Tras cuatro d¨ªas en Panam¨¢ en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) y a las puertas de una hist¨®rica cita en el Vaticano para tratar la cuesti¨®n de los abusos con los presidentes de todas las conferencias episcopales, Francisco acept¨® convertir en el tema central de su intervenci¨®n la herida por la que sangra la Iglesia. Adem¨¢s, descart¨® rotundamente que vaya a permitir el celibato opcional para sacerdotes.
El Vaticano reunir¨¢ entre el 21 y el 24 de febrero a todos los presidentes de las conferencias episcopales para debatir y buscar soluciones a la plaga de los abusos a menores. Por primera vez, el Papa ha explicado directamente el origen del hist¨®rico encuentro y el objetivo que persigue. ¡°La idea naci¨® en el C9 [el consejo de cardenales que le asesora para las reformas]. Vimos que algunos obispos no sab¨ªan qu¨¦ hacer, no entend¨ªan¡ Hac¨ªan una cosa buena y otra mala. Entonces sentimos la necesidad de dar una catequesis sobre este problema a las conferencias episcopales. [¡] Primero deben ser conscientes de esto¡±, ha se?alado.
Pero las v¨ªctimas y los expertos exigen medidas concretas que permitan sentar una base para el cambio de rumbo que anuncia desde hace a?os la Iglesia, sin demasiados efectos palpables. La m¨²sica que emana de la ¡°tolerancia cero¡± suena bien, pero se necesitan leyes y reglas nuevas, creen todas las asociaciones. El problema, cree el Papa, es que todav¨ªa muchos obispos no tienen ni idea de c¨®mo tratar la cuesti¨®n. ¡°Deben saber lo que deben hacer, el procedimiento. Porque a veces el obispo no sabe qu¨¦ hacer. Es necesario que se hagan programas, generales, pero que lleguen a todas las conferencias episcopales: qu¨¦ tiene que hacer el obispo, el arzobispo, el presidente de la conferencia¡ Protocolos que sean claros: esto es lo principal¡±.
La reuni¨®n, tal y como ya adelantaron los organizadores y ha confirmado Francisco durante el vuelo, se realizar¨¢ a puerta cerrada, ser¨¢ moderada por el padre Federico Lombardi [portavoz del Papa en la ¨¦poca de Benedicto XVI] y contar¨¢ con v¨ªctimas que relatar¨¢n sus experiencias para que los numerosos obispos que todav¨ªa son impermeables a ese sufrimiento lo conozcan directamente. ¡°Lo primero es ser conscientes. Se rezar¨¢, se escuchar¨¢n testimonios, habr¨¢ liturgias de penitencia y pedir perd¨®n para toda la Iglesia¡±, se?al¨® antes de a?adir algo de agua al vino. ?Un antes y un despu¨¦s en el tratamiento de los abusos? ¡°Me permito decir que he percibido un poco una expectativa inflada. Hace falta desinflar las expectativas a estos puntos de los que yo hablo. Porque el problema de los abusos continuar¨¢: es un problema humano que se da en todos lados¡±, se?al¨® en referencia a la culpa compartida a la que suele aludir la Iglesia en esta cuesti¨®n.
Uno de los grandes debates alrededor de los abusos del clero a menores suele invocar la conveniencia de eliminar el celibato. Pero Francisco ha sido muy tajante al ser interrogado sobre si permitir¨ªa en alg¨²n momento ejercer como sacerdotes a hombres casados. La pregunta se circunscrib¨ªa a la posibilidad de una apertura similar a la de la Iglesia anglicana, que facilite la decisi¨®n a los j¨®venes que tienen una vocaci¨®n y dudan por la dificultad del camino. Pero la respuesta permite tambi¨¦n descartar definitivamente la opci¨®n de eliminar el celibato como soluci¨®n a la plaga de abusos. ¡°Me viene a la mente una frase de San Pablo VI. ¡®Prefiero dar la vida antes que cambiar la ley del celibato¡¯. Es una frase valiente, en un momento m¨¢s dif¨ªcil que este. Personalmente, creo que el celibato es un don a la iglesia. Adem¨¢s, yo no estoy de acuerdo en que se permita el celibato opcional, no. [¡] Es algo personal, no lo har¨¦. Pero no me siento capaz de ponerme delante de Dios con esta decisi¨®n¡±.
?Curas casados como en el rito oriental de la Iglesia? Francisco considera que solo ser¨ªa posible contemplar esa posibilidad en lugares donde por su aislamiento no es viable encontrar vocaciones o sacerdotes que permitan la eucarist¨ªa y otras funciones b¨¢sicas. ¡°El problema debe abrirse en ese sentido, donde hay problemas pastorales por la falta de sacerdotes. Ah¨ª se debe pensar en los fieles. No digo que se deba hacer porque no he reflexionado suficiente, pero los te¨®logos tienen que estudiarlo. Esos son los puntos donde se puede hacer¡±. Esa es una figura conocida como viri probati, a cuyo estudio ya hab¨ªa la puerta el Papa en otras ocasiones.
¡°Aconsejo a las mujeres que han abortado cantar una nana a su hijo¡±
La posici¨®n del papa Francisco en el tema del aborto es igual de dura que la de sus predecesores. Sin embargo, el Pont¨ªfice abri¨® hace alg¨²n tiempo la puerta a la absoluci¨®n de las mujeres que hayan tomado esa decisi¨®n y se arrepientan. El domingo, volvi¨® sobre esa idea y record¨® lo que, seg¨²n ¨¦l, es el verdadero drama de esta cuesti¨®n. ¡°El mensaje de la misericordia es para todos, tambi¨¦n para la persona humana en gestaci¨®n. Despu¨¦s de haber cometido este error, hay misericordia tambi¨¦n. Una misericordia dif¨ªcil, porque el problema no est¨¢ en dar el perd¨®n, el problema est¨¢ en acompa?ar a una mujer que ha tomado conciencia de haber abortado. Son dramas terribles. Hace falta estar en el confesionario, y ah¨ª dar consolaci¨®n, no atacar, por eso abrir la potestad de absolver el aborto por misericordia¡±.
Francisco asegura que a trav¨¦s del confesionario se percibe el verdadero drama de una mujer arrepentida por haber tomado una decisi¨®n de este tipo. ¡°Cuando lloran y tienen esta angustia, yo les digo que su hijo est¨¢ en el cielo, que hablen con ¨¦l, que le canten la nana que no pudieron cantarle. Y ah¨ª se da una reconciliaci¨®n de la madre con el hijo, porque Dios ya ha perdonado. Para entender bien el drama de un aborto hace falta estar en un confesionario¡±.
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