El despertar clim¨¢tico en el instituto: ¡°Queremos un futuro¡±
As¨ª piensan los estudiantes que este jueves han vuelto a tomar, por sexta semana consecutiva, las calles de Bruselas contra el cambio clim¨¢tico
Sus detractores les acusan de estar manipulados, de utilizar el clima como excusa para perder clase, o simplemente, de ser demasiado j¨®venes e ingenuos como para abordar temas tan complejos. Los llamados estudiantes por el clima, el movimiento que ha sacado a las calles de media Europa a decenas de miles de alumnos de instituto para pedir medidas contra el cambio clim¨¢tico, nacieron al calor de los discursos de la joven activista sueca Greta Thunberg, pero la contestaci¨®n ha echado ra¨ªces y contradice a los que le auguraban una vida ef¨ªmera.
Thunberg, de 16 a?os, mirada de hielo y verbo incendiario, lleva 25 viernes consecutivos haciendo huelga para atraer la atenci¨®n sobre el deterioro del planeta. Y es capaz de soltar a la cara a los pol¨ªticos, sin pesta?ear, frases como esta de la cumbre del clima organizada por la ONU en Katowice el pasado diciembre: "En 2078 celebrar¨¦ mi 75? cumplea?os. Si tengo hijos, quiz¨¢ pasen ese d¨ªa conmigo. Quiz¨¢ me pregunten por vosotros, sobre por qu¨¦ no hicisteis nada cuando todav¨ªa hab¨ªa tiempo para actuar. Dec¨ªs que am¨¢is a vuestros hijos sobre todas las cosas, y sin embargo les est¨¢is robando el futuro ante sus propios ojos".
La protesta estudiantil por el clima en Bruselas no tiene lanzamiento de adoquines, agresiones o paradas de autob¨²s rotas como el movimiento de los chalecos amarillos en Francia. El ambiente es reivindicativo pero festivo #YouthStrike4Climate #YouthForClimate pic.twitter.com/WkF9MzcBkj
— ?lvaro S¨¢nchez (@Alvaro1984) February 14, 2019
En B¨¦lgica, Holanda, Alemania o Irlanda la han escuchado. El 15 de marzo hay convocada una huelga estudiantil internacional que se espera masiva. Los pupitres belgas suman seis jueves seguidos vaci¨¢ndose en una serie de manifestaciones nunca antes vistas, ni por la tem¨¢tica, ni por la edad temprana de sus promotores, la mayor¨ªa sin derecho a voto o a conducir. Los resultados est¨¢n ah¨ª: 3.400 cient¨ªficos belgas han firmado una carta abierta pidiendo al Gobierno medidas urgentes. La ministra flamenca de Medio Ambiente ha dimitido tras reconocer que minti¨® al decir que los servicios de seguridad la hab¨ªan informado de que los alumnos estaban manipulados. Y un grupo de constitucionalistas y expertos en derecho ha preparado una nueva ley clim¨¢tica, m¨¢s ambiciosa, que tiene opciones de ser votada en el Parlamento. Este jueves han sido 13.000 manifestantes en Bruselas y, por primera vez, han marchado juntos universitarios y estudiantes de secundaria. Thunberg fue la inspiraci¨®n y las redes sociales el medio para su expansi¨®n por el continente. Pero ?qu¨¦ piensan y qu¨¦ quieren?
"Quiero que se act¨²e contra los veh¨ªculos contaminantes"
Huele a gofres en la Estaci¨®n del Sur de Bruselas. Una furgoneta con el dulce belga por excelencia est¨¢ aparcada en una esquina. Su due?o sabe que miles de personas caminan hacia all¨ª en ese momento y la hora de comer se acerca. Hay oportunidad de negocio. La multitudinaria marcha de estudiantes termina ante la infraestructura tras recorrer las calles de la ciudad de norte a sur. Muchos se internan en sus instalaciones rumbo al tren o al metro. Otros se quedan fuera para seguir coreando consignas. A diferencia de las caras de enfado de otras protestas, hay muchas sonrisas. Un petardo. Patinetes. Disfraces. M¨²sica a todo volumen. Bailes. Un ambiente festivo, a veces incluso discotequero, acorde a la edad de los manifestantes.
La manifestaci¨®n termina, pero cuatro adolescentes bruselenses de 13 a?os, Salom¨¦, Clara, Manon y Juliette, compa?eras de clase, alargan el momento de irse. Una de ellas tiembla de fr¨ªo. La temperatura ronda los cero grados. Es la segunda movilizaci¨®n a la que acuden. "Estoy aqu¨ª hoy para decir que no estoy de acuerdo con las decisiones de los gobernantes sobre el clima. Quiero que se act¨²e contra los veh¨ªculos contaminantes. Que se mejore la gesti¨®n de la ecolog¨ªa", reclama Salom¨¦. Han ido a clase las dos primeras horas, y tras la pausa reivindicativa, volver¨¢n al centro para las dos ¨²ltimas horas. "Nuestros profesores est¨¢n de acuerdo. Tienen hijos y quieren un futuro para nosotros". La unanimidad no es total. "Algunos compa?eros no vienen porque sus padres no est¨¢n de acuerdo", explican. En su centro, los docentes no cuentan la ausencia como falta ni ponen ex¨¢menes los jueves para facilitar que acudan a las marchas. Y el debate clim¨¢tico tambi¨¦n penetra en las aulas en las clases de ¨¦tica y ciencias.
"Los pol¨ªticos no hacen nada por el clima"
Emi Marshall y Esthelle de Vriend, de 17 a?os, han tomado el tren. Llegaron a la marcha de Bruselas desde Gante. No se han perdido ninguna desde el comienzo de las huelgas el 10 de enero. Marshall va enfundada en un disfraz de unicornio porque le apetece. De Vriend empieza a hablar. "Queremos un futuro, no solo para nosotros, sino para nuestros nietos. Los pol¨ªticos no hacen nada por el clima. Por ejemplo, tenemos nuevas leyes que proh¨ªben circular a los coches de m¨¢s de 20 a?os de antig¨¹edad, pero si pagas 36 euros te dan permiso para hacerlo 10 veces al a?o. Es una licencia para contaminar. En vez de esas reglas, el Estado debe comprar esos coches viejos, sustituirlos por el¨¦ctricos, e invertir m¨¢s en transporte p¨²blico", concluye.
A su lado, Marshall recuerda que el cuidado del planeta ha dejado de ser solo misi¨®n de la alta pol¨ªtica. "En B¨¦lgica te ense?an que es importante reciclar desde que eres peque?o. En lugar de usar pl¨¢stico, envuelvo los bocadillos con envoltorios reutilizables. No tiro los cigarrillos al suelo. Trato de no gastar demasiada agua ni comprar comida que no necesito. Se destruye demasiada comida", critica.
"Como no podemos votar, esta es nuestra forma de expresarnos"
Corentin Melchior ya estaba interesado por la pol¨ªtica, pero no hab¨ªa encontrado hasta ahora motivaci¨®n suficiente para implicarse. "Cuando o¨ª hablar de este movimiento no tuve dudas. Dicen exactamente lo que pienso", afirma mientras permanece concentrado, solo, con un cartel que dice: "la contaminaci¨®n es terreno minado". Como la mayor¨ªa, admira a la sueca Greta Thunberg. "Es la pionera". ?Por qu¨¦ ha venido? "Es una causa noble. ?De qu¨¦ sirve ir a la escuela si no tenemos futuro? El clima no es una prioridad para los pol¨ªticos y eso nos decepciona enormemente como j¨®venes. Como no podemos votar, esta es nuestra forma de expresarnos", dice antes de poner rumbo de nuevo al instituto. "Intento defender mis ideas perdiendo el menor n¨²mero de horas posible".
"Los j¨®venes me han despertado"
Wim de Coster triplica la media de edad de los asistentes, pero no se ha equivocado de marcha. Director de bachillerato de un instituto, este jueves desfilaba por las calles de Bruselas para dar su apoyo a los j¨®venes que cada d¨ªa se sientan en el pupitre frente a ¨¦l. "Comprendo muy bien el sentimiento de los j¨®venes. Me han despertado. Todo el mundo sabe que hay un problema con el clima, pero est¨¢n las pol¨¦micas del d¨ªa a d¨ªa y hace que se nos olvide. No hay m¨¢s tiempo que perder. Hay que actuar. Nuestro Gobierno debe ser m¨¢s ambicioso. Creo que en B¨¦lgica es un buen momento para hacerlo porque las elecciones est¨¢n al caer. Podemos cambiar la mentalidad de los partidos. Es importante que conozcan el sentir de miles de j¨®venes, pero tambi¨¦n del resto de la sociedad". De Coster tambi¨¦n quiere que su centro, la Luca School of Arts, con m¨²ltiples sedes por todo el pa¨ªs, aporte su granito de arena: est¨¢ escribiendo una carta a la direcci¨®n para poner en marcha un plan clim¨¢tico en sus edificios.
"Los pol¨ªticos tienen que rendir cuentas cada d¨ªa"
El profesor Marc Francaux, alto cargo de la Universidad Cat¨®lica de Lovaina, una de las m¨¢s prestigiosas del pa¨ªs, tambi¨¦n camina entre los estudiantes para mostrar el respaldo de la comunidad educativa a las reivindicaciones. "Es una llamada de atenci¨®n al Gobierno. Hay que recordar que los pol¨ªticos son elegidos por el pueblo", afirma. Francaux detecta una nueva forma de interacci¨®n entre la pol¨ªtica y los ciudadanos.? "Antes eleg¨ªamos a gente para que resolviera nuestros asuntos y nos olvid¨¢bamos varios a?os. Ahora esas personas tienen que rendir cuentas de forma casi cotidiana. Es una manera diferente de ver a la pol¨ªtica y en eso hay algo nuevo".
Protesta de estudiantes de la Universidad de Girona
A la vanguardia de Europa en movimientos como los Indignados o las movilizaciones por los derechos de las mujeres, las huelgas estudiantiles para exigir medidas contra el cambio clim¨¢tico son, de momento, minoritarias en Espa?a. Un grupo de alumnos de la Universidad de Girona ha estado entre los pioneros y este viernes no han acudido a clase para concentrarse ante la sede de la Generalitat en Girona. Es su quinta semana consecutiva de protestas. "Vemos que los pol¨ªticos hacen caso omiso a informes como los del IPCC (organismo asesor de la ONU sobre el calentamiento global). Y no se toman medidas para mitigar y adaptarnos al cambio clim¨¢tico de forma justa", lamenta Lucas Barrero, uno de sus promotores.
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