El cultivo legal de cannabis divide a los Ayuntamientos en Holanda
El Gobierno quiere experimentar durante cuatro a?os con droga sembrada bajo supervisi¨®n en el pa¨ªs, pero los due?os de 'coffeeshops' temen regresar al circuito ilegal despu¨¦s
El consumo de cinco gramos de marihuana por persona, a partir de los 18 a?os, en un coffeeshop, es legal en Holanda desde 1976. El cultivo, sin embargo, est¨¢ prohibido. El due?o del local se ve por tanto obligado a comprar en el mercado negro un producto que luego ofrece sin problemas. Ning¨²n Gobierno ha conseguido cerrar esta laguna legal porque su intenci¨®n era reducir la demanda y los riesgos en la calle, por eso la polic¨ªa solo act¨²a si el coffeeshop almacena m¨¢s de 500 gramos diarios, el l¨ªmite permitido. El ¨²ltimo intento de enderezar la situaci¨®n tampoco parece despegar.
El Congreso aprob¨® en enero un ensayo propuesto en 2017 para que una decena de Ayuntamientos cultiven legalmente, durante cuatro a?os, la droga que debe llegar al cliente. Sin embargo, los alcaldes no se ponen de acuerdo. Se quejan de que la prueba no erradicar¨¢ a los traficantes que manejan la parte ilegal de la venta, y preguntan qu¨¦ ocurrir¨¢ con unas cosechas que pasar¨¢n a ser ilegales si fracasa.
En 2017 hab¨ªa en el pa¨ªs 567 coffeeshops repartidos en 103 Ayuntamientos. Ese mismo a?o, el Ejecutivo holand¨¦s calcul¨® que cerca del 80% de su facturaci¨®n procede de la venta de marihuana (hojas y flores trituradas) de cultivo aut¨®ctono. Para los traficantes que la proporcionan a estos locales, supone unos de 600 millones de euros al a?o que desaparecen literalmente por la puerta de atr¨¢s.
El hach¨ªs (obtenido de la resina de la planta de cannabis) suele ser importado [igualmente sin licencia] de Nepal, Pakist¨¢n, Afganist¨¢n o Marruecos, donde hay grandes plantaciones. Durante el experimento, que no entrar¨¢ en vigor hasta finales de 2019 o principios de 2020, los propietarios de un coffeeshop solo podr¨¢n adquirir la droga controlada por el Gobierno. Despu¨¦s, dispondr¨¢n de seis meses para regresar a la compra en el circuito ilegal, porque los resultados tardar¨¢n en estar listos. Los locales situados en la frontera con otro pa¨ªs (Alemania, B¨¦lgica) no podr¨¢n vender a los turistas.
En estas condiciones, la Asociaci¨®n de Municipios teme "que el apoyo inicial se reduzca porque los coffeeshop no quieren ir y venir entre la compra legal e ilegal", indican sus portavoces. Para el responsable del coffeeshop supondr¨¢ dejar una forma de aprovisionamiento ilegal, pero hoy tolerada, y abrazar una legalidad temporal. Cuatro a?os despu¨¦s, deber¨ªa regresar al circuito perseguido con mayor incertidumbre que nunca. De momento, ?msterdam y R¨®terdam se mantienen al margen. Femke Halsema, alcaldesa de la capital, dice que ¡°el plan est¨¢ condenado al fracaso¡±. Ahmed Aboutaleb, primer edil, de la ciudad portuaria, quiere ¡°m¨¢s ensayos, y m¨¢s diversos, en mayor n¨²mero de localidades¡±.
?Qu¨¦ dicen los coffeeshops? La organizaci¨®n que los re¨²ne prefiere esperar a ver cu¨¢ntos se apuntan. Temen, eso s¨ª, que el consumidor viaje a otros municipios para hacerse con la marihuana legal, con el consiguiente peligro de que la otra acabe despachada en la calle. Sin olvidar que el Gobierno quiere reducir tambi¨¦n la concentraci¨®n de tetrahidrocannabiol (THC), el ingrediente psicoactivo de la droga. Si supera el 15% se considera dura y peligrosa para la salud, pero se ha convertido en un producto de exportaci¨®n de dif¨ªcil control.
El proyecto de cultivo legal est¨¢ ahora en el Senado, aunque su paso por el Congreso no ha sido f¨¢cil. La coalici¨®n de centro derecha en el poder est¨¢ formada por cuatro partidos, con ideas diversas. As¨ª, mientras los liberales de izquierda promueven el experimento, cristianodem¨®cratas y la Uni¨®n Cristiana (de inspiraci¨®n protestante), est¨¢n en contra. Los liberales de derecha, grupo del primer ministro, Mark Rutte, tienen dudas, pero todos acabaron cerrando filas porque ¡°un acuerdo es un acuerdo¡±, dijo Madeleine van Toorenburg, el pasado 22 de enero, antes de la votaci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.