B¨¦lgica | Casi cinco millones de euros para las v¨ªctimas de abusos de la Iglesia
Las autoridades han recabado 1.054 denuncias de v¨ªctimas de pederastia
La Iglesia cat¨®lica belga vivi¨® durante d¨¦cadas sumida en un pl¨¢cido silencio sobre los abusos cometidos por algunos de sus representantes m¨¢s insignes. El velo de oscuridad se descorri¨® abruptamente el 20 de abril de 2010, cuando el entonces obispo de Brujas, Roger Vangheluwe, se vio forzado a dimitir tras reconocer que a lo largo de 13 a?os abus¨® en reiteradas ocasiones de uno de sus sobrinos. En medio de la estupefacci¨®n por sus revelaciones, la tormenta creci¨® al admitir que en realidad hab¨ªa abusado de otro sobrino m¨¢s. El esc¨¢ndalo provoc¨® una cascada de anulaciones de actas de bautismo, y sobre todo, abri¨® un proceso irreversible que llev¨® a la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica a pedir perd¨®n y colaborar con las autoridades para ayudar a las v¨ªctimas y desenmascarar a los ped¨®filos, muchos de los cuales salieron indemnes al haber prescrito sus delitos.
As¨ª llega cada pa¨ªs a la cumbre
El tratamiento de la cuesti¨®n de la pederastia en cada conferencia episcopal es muy desigual. Pinche aqu¨ª para conocer la magnitud del problema y c¨®mo lo han abordado en una veintena de pa¨ªses
El primer esfuerzo, pocas semanas despu¨¦s de la confesi¨®n de Vangheluwe, fue una comisi¨®n presidida por el profesor Peter Adriaenssens. En su informe, retrata los horrores sufridos por las v¨ªctimas a trav¨¦s de sus testimonios, y cita a 320 autores de agresiones, la mayor¨ªa sacerdotes o religiosos ya fallecidos que hab¨ªan cometido sus delitos entre los a?os cincuenta y ochenta del siglo XX. La entidad recibi¨® 474 quejas de las propias v¨ªctimas o sus parientes pr¨®ximos, la mitad remitidas por correo electr¨®nico, y document¨® el suicidio de 13 afectados y seis intentos m¨¢s de quitarse la vida. La investigaci¨®n judicial de esos abusos tuvo episodios rocambolescos. Un juez orden¨® abrir las tumbas de dos cardenales y se llev¨® el ordenador personal de otro religioso de su mismo rango, Godfried Dannels, lo cual provoc¨® una protesta del Vaticano ante las autoridades belgas.
El registro y la incautaci¨®n de los archivos de denuncias almacenados en la comisi¨®n por parte de un magistrado supusieron su final en medio del choque entre los jueces y los responsables de recoger los testimonios. Sin embargo, la caja de Pandora ya se hab¨ªa destapado, y el Parlamento belga puso en marcha una investigaci¨®n y un centro de arbitraje independiente para recabar denuncias de pederastia. En paralelo, la Iglesia acept¨® crear una decena de "puntos de contacto", a los que las v¨ªctimas pod¨ªan acudir para tratar las reparaciones pendientes.
En total, hubo 1.054 denuncias, 628 ante el centro de arbitraje y 426 a la Iglesia. No todas ellas fueron aceptadas o consideradas lo suficientemente graves como para tener derecho a compensaci¨®n econ¨®mica. En el primer caso fueron 506 personas las que recibieron dinero, y en el segundo 349, con lo que 855 v¨ªctimas fueron indemnizadas con 4,6 millones de euros, una media de 5.356 euros a cada una. Seg¨²n la gravedad y duraci¨®n de los abusos, las cantidades fijadas oscilaban entre los 5.000 y los 25.000 euros. El dinero lo abon¨® la fundaci¨®n Dignity, una entidad p¨²blica que adelanta los pagos mientras trata de que los culpables hagan el desembolso.
Un extenso informe de 401 p¨¢ginas titulado Abusos sexuales a menores en una relaci¨®n pastoral en la Iglesia de B¨¦lgica vio la luz el 12 de febrero, a pocos d¨ªas de la cumbre de Roma convocada por el papa Francisco. "La Iglesia de B¨¦lgica ha querido ser transparente", se?ala a este diario el portavoz de la Conferencia Episcopal, Tommy Scholtes. El texto, obra del profesor Manu Keirse, presidente de la Comisi¨®n interdiocesana para la protecci¨®n de ni?os y j¨®venes, detalla que el 73% de las v¨ªctimas ten¨ªan entre 10 y 18 a?os cuando fueron agredidas, y el 19% eran menores de 10 a?os. Sobre el lugar de los abusos, el 43% se produjeron en escuelas, y el 28% en parroquias.
El informe es esc¨¦ptico sobre las responsabilidades asumidas por los depredadores sexuales del clero: cree que el n¨²mero de casos es muy superior al de denuncias. "En Pa¨ªses Bajos, la Comisi¨®n Deetman ha determinado que hubo decenas de miles de v¨ªctimas. No hay razones para pensar que en la Iglesia belga sea diferente. Hay quien no ha tenido ni la fuerza ni el ¨¢nimo para denunciar. Numerosas v¨ªctimas murieron antes de ser reconocidas como tales. Y otras optaron por el suicidio ante un dolor tan fuerte", se?ala.
Ante la cercan¨ªa de la convocatoria papal, los responsables de la Iglesia belga dicen haber hecho prop¨®sito de enmienda, y piden una hoja de ruta com¨²n. "Tratamos de tomar las medidas necesarias para poner fin a los abusos. Espero que la reflexi¨®n en Roma permita llegar a una pol¨ªtica coherente para toda la Iglesia Cat¨®lica", afirm¨® en un comunicado el cardenal Joseph de Kesel.
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