Los delfines del mar de Albor¨¢n tienen contaminantes qu¨ªmicos en el h¨ªgado y en el cerebro
Un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC) ha encontrado retardantes de llama y plastificantes en los cuerpos
La fauna marina no sufre solo las consecuencias de trozos de pl¨¢stico que ingieren, sino de los compuestos qu¨ªmicos que desprenden. Un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC), realizado en muestras de 11 delfines hallados muertos en el Mar de Albor¨¢n, ha localizado restos de sustancias como retardantes de llama y plastificantes denominados organofosforados. Las sustancias se encontraban en la grasa, el m¨²sculo, el h¨ªgado o el cerebro de los ejemplares, llegando a concentraciones de hasta 25 microgramos por gramo de grasa. Ethel Eljarrat, cient¨ªfica del CSIC responsable del trabajo, indica que les han ¡°sorprendido los niveles elevados de estas sustancias detectadas por primera vez en mam¨ªferos marinos, aunque ya se hab¨ªan hallado en peces de r¨ªo¡±.
Los cient¨ªficos piensan que probablemente la presencia de estos productos en los delfines se deba a que su organismo los acumula despu¨¦s de la ingesti¨®n de pl¨¢stico. Un hecho que indica la necesidad de evaluar ¡°no solo los da?os f¨ªsicos, sino tambi¨¦n su impacto qu¨ªmico¡±. Ranaud de Stephanis, de la asociaci¨®n de Conservaci¨®n, Investigaci¨®n y Estudio de los Cet¨¢ceos (CIRCE), pone el foco en los invernaderos que utilizan gran cantidad de pl¨¢sticos, porque muchos de ellos ¡°acaban flotando en la costa¡±.
Las sustancias analizadas se a?aden a los pl¨¢sticos para aumentar su dureza, flexibilidad, darles color... ¡°Existen m¨¢s de 3.000 compuestos distintos de este tipo, y al menos hay 60 que son da?inos para el hombre¡±, matiza. Eljarrat destaca que al realizar el estudio sobre muestras dispon¨ªan de todos los tejidos y ¨®rganos, algo que no es posible cuando se realizan biopsias en el mar con ejemplares vivos, porque solo se pueden obtener los valores de la grasa.
Los organofosforados se comenzaron a utilizar en los a?os sesenta del siglo pasado. Su uso aument¨® cuatro d¨¦cadas m¨¢s tarde, cuando la Convenci¨®n de Estocolmo de 2009 prohibi¨® otros productos por su toxicidad. ¡°A pesar de ser menos perjudiciales que sus precedentes, hay estudios que muestran que pueden causar da?os neurol¨®gicos, disrupci¨®n endocrina, c¨¢ncer y problemas de fertilidad¡±, explica el CSIC en un comunicado.
Los mayores niveles han aparecido en la grasa y los m¨¢s bajos en el h¨ªgado. De los 12 productos controlados, siete hab¨ªan llegado hasta el cerebro atravesando la membrana hematoencef¨¢lica. ¡°Esto nos preocupa porque algunos poseen potencial para provocar da?os neurol¨®gicos¡±, explica la cient¨ªfica. ¡°Todos los mam¨ªferos cuentan con esa membrana que impide que las sustancias t¨®xicas alcancen el cerebro, pero hay compuestos que la atraviesan y sus efectos peligrosos est¨¢n demostrados¡±, aclara. Por ello, los investigadores se plantean si podr¨ªa ocurrir algo similar en el hombre. Las dos v¨ªas de entrada en el organismo en este caso ser¨ªan la dieta, al comer pescado contaminado, o la inhalaci¨®n en espacios interiores como casas u oficinas. ¡°Son lugares donde estamos rodeados de pl¨¢stico y los niveles de organofosforados son bastante elevados¡±, describe.
¡°No es una problem¨¢tica del mar de Albor¨¢n, es a nivel global¡±, aclara Eljarrat. Los resultados de otros estudios del CSIC en delfines de la costa catalana y en el oc¨¦ano ?ndico dan resultados similares. ¡°En el oc¨¦ano ?ndico, uno de los m¨¢s contaminados del mundo, los niveles son entre 10 o 100 veces m¨¢s¡±, resalta.
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