Las mujeres somos la esperanza del mundo
Los importantes avances en igualdad de los ¨²ltimos a?os no est¨¢n consolidados
Estos d¨ªas se ha escrito mucho sobre el 8M y la gran participaci¨®n de mujeres y de hombres que esperamos va a haber en nuestro pa¨ªs, no tanto quiz¨¢ en la huelga, como en las manifestaciones en la calle.
Soy mayor, y desde mis aproximadamente 20 a?os estoy en la acci¨®n pol¨ªtica, desde la izquierda primero y desde la izquierda feminista en cuanto me di cuenta de que solo las mujeres nos ¨ªbamos a sacar del fuego las casta?as de la igualdad. De manera que, a comienzos de los a?os ochenta ya militaba en el feminismo, en la Uni¨®n de Mujeres Feministas, organizaci¨®n que fund¨¦ con otras compa?eras, practicando la doble militancia, como hicimos tantas personas progresistas en aquella ¨¦poca, profundamente transformadora, que he tenido la suerte de poder vivir.
Las mujeres en particular pasamos de la desesperanza a la esperanza. De la negaci¨®n total, al t¨ªmido reconocimiento de derechos. Hemos conquistado derecho a derecho; d¨ªa a d¨ªa. Ha sido una lucha llena de dificultades de todas las clases que se pueda imaginar, comenzando por las personales.
La lucha por la igualdad de derechos para las mujeres y su conquista forma parte de los hitos hist¨®ricos de los ¨²ltimos 40 a?os. La despenalizaci¨®n de los anticonceptivos, la igualdad en el matrimonio, el divorcio, el aborto, la protecci¨®n integral contra la violencia de g¨¦nero, la ley de matrimonio entre personas del mismo sexo, nuestra Ley de Igualdad, son hitos en la historia de finales del siglo XX y comienzos del siglo XXI. Nuestro asidero jur¨ªdico para conseguir todos esos hitos han sido los art¨ªculos 14 y 9.2 de la Constituci¨®n. En ellos nos hemos apoyado para argumentar y fundamentar nuestras justas reivindicaciones.
Para comprender el alcance de las dificultades que hemos tenido las mujeres en este largo, pero fruct¨ªfero camino, baste se?alar que la primera sentencia que dict¨® el Tribunal Constitucional aplicando el art¨ªculo 14 de la Ley Fundamental fue en beneficio de los hombres: extendi¨® a los viudos los mismos requisitos que se exig¨ªan a las viudas para acceder a la pensi¨®n de viudedad. Porque la pensi¨®n de viudedad en su origen es muy machista, ya que su finalidad era que la viuda pudiera malamente subsistir a la muerte del marido, porque ella carec¨ªa de cotizaciones y por tanto de derecho a su propia pensi¨®n de jubilaci¨®n. Pensi¨®n que s¨ª ten¨ªan los hombres, generalmente. Pues bien. El TC, en la primera sentencia que interpret¨® el alcance del art. 14, la sentencia n? 103/1983, igual¨® a los hombres por arriba al declarar inconstitucional el precepto de la Ley de Seguridad Social que exig¨ªa m¨¢s requisitos a los hombres que a las mujeres para cobrar pensi¨®n de viudedad, suprimi¨¦ndolos.
Quiero decir con esto que los avances tan importantes que hemos tenido en estos a?os las mujeres no han estado exentos de dificultades y, adem¨¢s, no est¨¢n consolidados. Sabemos que hist¨®ricamente se han dado pasos atr¨¢s. La situaci¨®n de igualdad al menos formal pero muy avanzada que las mujeres consiguieron durante la Segunda Rep¨²blica en nuestro pa¨ªs, desapareci¨® absolutamente entre 1936 y 1939 y as¨ª permanecimos en la oscuridad de la noche, hasta que gracias al movimiento feminista comenzamos a remontar a partir del a?o 1975, declarado A?o Internacional de la Mujer por la ONU.
Los derechos de igualdad, como digo, no est¨¢n consolidados. Cuando el PP lleg¨® al poder a finales del a?o 2011, puso muy pronto en marcha la maquinaria para recortarlos. Como es sabido, cuando le toc¨® el turno al derecho al aborto, saltamos. Porque por ah¨ª no pasamos y demostramos que las mujeres tenemos un suelo de derechos que no estamos dispuestas a renunciar. El Tren de la Libertad aun¨® a mujeres y tambi¨¦n a hombres de todos los territorios que, sin organizaci¨®n previa, nos juntamos en Madrid y conseguimos parar el recorte que el PP pretend¨ªa llevar a cabo. Nuestra ley de aborto permanece casi en su integridad y Alberto Ruiz Gallard¨®n, protagonista del recorte de derechos, desapareci¨® del escenario pol¨ªtico.
El movimiento MeToo; el 8M del a?o pasado, las manifestaciones contra la sentencia de la Manada, son la prueba m¨¢s evidente de que las mujeres somos la fuerza revolucionaria de este siglo XXI. Somos la esperanza de una sociedad libre y de personas iguales en derechos y en oportunidades.
Ante nuestra determinaci¨®n, el patriarcado se ha rearmado. La contrarrevoluci¨®n, representada por los populismos y los fascismos, est¨¢, como dice Almudena Grandes, a las puertas del Congreso. Las mujeres seremos la barrera m¨¢s grande y m¨¢s determinada para impedirlo, porque ya sabemos c¨®mo se las gastan con la sociedad y con nosotras en particular y no estamos dispuestas a volver ah¨ª.
Por eso, este 8M queremos dejarlo claro. ?No daremos ni un paso atr¨¢s!
Altamira Gonzalo es abogada y presidenta del Consejo Asesor de Igualdad del PSOE.
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