Los padres que mataron a sus hijos creyendo salvarlos
La detenida en Valencia recib¨ªa asistencia psiqui¨¢trica desde 2017 y cre¨ªa que los ni?os se reencarnar¨ªan en ella, seg¨²n su marido
Mar¨ªa Gombau y su novio Gabriel Carvajal quer¨ªan a sus hijos y se preocupaban por ellos. En eso coinciden media docena de fuentes consultadas, dos de ellas cercanas a la pareja acusada de matar, entre el mi¨¦rcoles por la noche y el jueves por la ma?ana a sus dos hijos en Godella (Valencia), Amiel, de tres a?os y medio, e Ixchel, que iba a cumplir seis meses. No solo los quer¨ªan; se desviv¨ªan por ellos, los cuidaban, en palabras de una amiga de la joven de 27 a?os, como a dos ¡°angelitos de cornisa¡±. Lo que pocos sab¨ªan era que ambos llevaban tiempo escurri¨¦ndose en un torbellino de locura. Y lo que nadie imaginaba era que ese camino pod¨ªa conducir al horror.
Los menores no estuvieron bajo supervisi¨®n de los servicios sociales hasta el mi¨¦rcoles porque, seg¨²n aseguran fuentes municipales y coinciden personas pr¨®ximas a la familia, la pareja no hab¨ªa dado razones para ello. Las im¨¢genes que han publicado los medios, tomadas desde donde permit¨ªa hacerlo el per¨ªmetro establecido por la Guardia Civil, no muestran la casa okupada donde Gombau y Carvajal resid¨ªan con sus hijos, sino un almac¨¦n abandonado anexo. La vivienda ten¨ªa agua corriente y luz el¨¦ctrica gracias a las placas solares que hab¨ªan instalado, estaba limpia y hab¨ªa sido rehabilitada con esmero, asegura un amigo. Los ni?os iban limpios, el mayor estaba matriculado en el colegio, ambos acud¨ªan a clases de nataci¨®n, jugaban en el parque con otros cr¨ªos, estaban bien alimentados y no mostraban signos de maltrato. Al rev¨¦s, seg¨²n aseguran seis personas que los conocieron y defend¨ªa este viernes tambi¨¦n la abuela, recib¨ªan de sus progenitores mucho afecto, algo especialmente visible en el caso de la madre.
Hasta esta semana, la pareja figuraba en los expedientes municipales a ra¨ªz de la petici¨®n realizada en 2016 por el Juzgado de Instrucci¨®n 2 de Paterna para que los servicios sociales de Godella intervinieran en un ¡°conflicto de convivencia vecinal¡±, inform¨® este viernes la alcaldesa de Godella, Eva Sanchis. El expediente se cerr¨® porque la familia dej¨® temporalmente el municipio. Gombau, que particip¨® en el 15-M y en otro movimiento estudiantil coet¨¢neo, la Primavera Valenciana, fue detenida en una protesta y condenada por resistencia a la autoridad a realizar trabajos comunitarios en la biblioteca de Rocafort.
Tratamiento psiqui¨¢trico
La joven recib¨ªa desde 2017 tratamiento psiqui¨¢trico en el centro de salud de Godella, pero eso no constituye en s¨ª un motivo para la retirada de la custodia, afirman fuentes municipales. La Generalitat no hab¨ªa intervenido porque nadie se lo hab¨ªa pedido, dicen. La Fiscal¨ªa de Menores, la otra v¨ªa para retirar la custodia, no recibi¨® una alerta hasta esta semana, cuando la abuela denunci¨® el caso. Primero llam¨® el lunes a la polic¨ªa, porque Gombau no contestaba a los mensajes, pero los agentes no vieron nada anormal en la casa. Como segu¨ªa sin saber nada de la hija y los nietos, la mujer llam¨® de nuevo el mi¨¦rcoles al tel¨¦fono de atenci¨®n a la infancia de la Generalitat valenciana, desde donde se avis¨® a los servicios sociales de Godella, que abrieron un expediente: pidieron datos a la abuela de los ni?os, al colegio p¨²blico de Rocafort donde asist¨ªa Amiel y al centro de salud de Godella. Los mecanismos se pusieron en marcha, pero no consiguieron evitar la tragedia inesperada: esa misma noche, o quiz¨¢ el jueves por la ma?ana, la madre presuntamente mat¨® a los ni?os y los enterr¨® con una participaci¨®n del padre todav¨ªa por determinar, pero que seg¨²n los investigadores fue, como m¨ªnimo, de encubrimiento.
?C¨®mo lleg¨® Gombau a ese punto? Sus amigas explican que la filosof¨ªa alternativa de la joven deriv¨® en una ¡°paranoia de control¡± cada vez m¨¢s intensa mezclada con teor¨ªas m¨ªsticas sobre la existencia de vidas anteriores. Gombau y Carvajal hablaban desde hac¨ªa tiempo de que el mundo estaba dominado por una secta de pederastas. Pero el proceso experiment¨® un salto exponencial hace un mes y medio, cuando su comportamiento adopt¨®, seg¨²n se?alan fuentes de la investigaci¨®n y dos de sus conocidos, las caracter¨ªsticas de un brote psic¨®tico avivado probablemente por el consumo regular de drogas psicotr¨®picas, especialmente marihuana. ¡°A principios de febrero empezaron a decir que todo el mundo formaba parte de esa secta y que los persegu¨ªan. Los maestros del colegio de Amiel, la gente del pueblo... dudaban hasta de la madre de Mar¨ªa y de sus amigos¡±, afirma una amiga de la pareja.
Evaluaci¨®n psiqui¨¢trica
Mar¨ªa Gombau fue trasladada este viernes a un centro hospitalario para que se determine, por parte de especialistas en psiquiatr¨ªa, si est¨¢ en condiciones mentales de prestar declaraci¨®n.
La joven y su pareja, Gabriel Carvajal, consum¨ªan regularmente, al menos, marihuana, coinciden varias personas que los conocieron. Miguel del Nogal, psic¨®logo experto en adicciones, se?ala que las sustancias psicotr¨®picas y en particular los alucin¨®genos pueden provocar la aparici¨®n de dos tipos de cuadros psic¨®ticos. Por un lado, las llamadas psicosis inducidas por una sustancia, que con la medicaci¨®n adecuada suelen remitir en el plazo de dos semanas o un mes. Pero los alucin¨®genos pueden desatar tambi¨¦n ¡°un cuadro psic¨®tico latente en la persona, y en este caso la huella puede quedar para toda la vida", advierte Del Nogal.
Solo el c¨ªrculo m¨¢s cercano sab¨ªa que la pareja llevaba meses turn¨¢ndose para pasar las noches en vela, haciendo guardia para evitar que la supuesta secta entrara en casa por la noche y se llevara a sus hijos. Y ni sus amigos m¨¢s cercanos imaginaban que el jueves, ante los interrogadores de la Guardia Civil, Carvajal iba a declarar que, al matarlos, Gombau esperaba que los ni?os se reencarnaran en el cuerpo de ella. Como si as¨ª fuera a protegerlos.
A mediados de febrero, el padre fue despedido del trabajo por su impuntualidad. Y la madre llam¨® para dar de baja al ni?o del colegio porque, afirm¨®, iban a irse del pueblo. En el centro les dijeron que ten¨ªan que ir a tramitar la baja en persona. Durante las semanas siguientes, el colegio telefone¨® dos veces a Gombau para preguntarle por qu¨¦ ni llevaban a clase al ni?o ni hab¨ªan ido a la escuela para comunicarle su nuevo colegio ¡ªa pesar de que la escolarizaci¨®n solo es obligatoria a partir de los seis a?os¡ª. La joven dijo en ambos casos que estaban preparando la mudanza, que lo har¨ªan. Nunca fueron.
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