Usera construye su identidad multirracial alrededor de un parque
Pradolongo, en el sur de Madrid, muestra c¨®mo la lucha vecinal de los emigrantes espa?oles se ha convertido en una reivindicaci¨®n eco-social a la que se unen bolivianos, ecuatorianos y chinos
Miguel ?ngel Gonz¨¢lez las ha visto de todos los colores en la lucha vecinal. Con 67 a?os reci¨¦n cumplidos, este madrile?o vivi¨® de joven la pelea que libraban los habitantes de Orcasitas (en el distrito de Usera, al sur de Madrid) para que no fueran expulsados del barrio y los realojaran en viviendas de nueva construcci¨®n. Se implic¨® en el asociacionismo a mediados de los noventa. Y desde la creaci¨®n de los espacios de participaci¨®n Foros Locales, es miembro de Pradolongo se mueve, una mesa de actuaci¨®n vecinal que ha impulsado mejoras en el parque Pradolongo y que naci¨® en la Fundaci¨®n Tomillo. ¡°Aqu¨ª siempre ha habido mucha necesidad. Mucha falta de todo¡±, cuenta este inform¨¢tico jubilado. Sus compa?eros de batalla en los noventa eran emigrantes espa?oles de las comunidades aut¨®nomas lim¨ªtrofes. Los de ahora son los hijos de estos m¨¢s los bolivianos, ecuatorianos y chinos que han llegado al segundo distrito con la renta per c¨¢pita m¨¢s baja de Madrid ¨Csolo superado por Puente de Vallecas¨C, seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica.
Las reivindicaciones sociales de hace medio siglo se centraban en cubrir las necesidades b¨¢sicas: agua corriente y alcantarillado. Las de la actualidad, representadas en el parque ??¨Cel cuarto m¨¢s grande de Madrid con 72 hect¨¢reas?¨C, tienen un car¨¢cter medioambiental y de fomento de la convivencia. Borja Sobrino es el miembro de Pradolongo se mueve. Estudia Ingenier¨ªa de Montes. ¡°Las encuestas revelaron que la limpieza era uno de los principales problemas¡±, explica. Desde su creaci¨®n en 2015, esta agrupaci¨®n ha impulsado la instalaci¨®n de ba?os y fuentes, ha mejorado el alumbrado, ha puesto en marcha huertos comunitarios y ha promovido actividades de cohesi¨®n social.
El 22% de los habitantes de este distrito ubicado entre la M-30 y la M-40 en el sur de Madrid son extranjeros, seg¨²n el padr¨®n de este a?o. El n¨²mero de emigrantes explica la figura del mediador intercultural. ¡°Informamos, asistimos en el idioma, instruimos a vecinos para que sean agentes activos, apoyamos el tejido asociativo¡±, explica Chema Fern¨¢ndez, que coordina la intervenci¨®n de otros mediadores en las mesas vecinales. La Junta ha puesto en marcha la campa?a Usera antirumores para frenar el brote xen¨®fobo que existe a escala nacional. ¡°Desmontamos estas falsas creencias de que los extranjeros acaparan las ayudas¡±, ilustra.
Pradolongo vertebra el barrio
En el parque caben todos. En el discurso de las partes implicadas queda claro que la integraci¨®n no pasa por juntar un d¨ªa a un chino, un boliviano, un ecuatoriano y un espa?ol a jugar un partido de dobles de pimp¨®n. La convivencia consiste en que el ecuatoriano pueda jugar al ecuav¨®ley (una variante del voleibol), el chino hacer taich¨ª, el boliviano bailar en honor de la virgen de Urkupi?a (una actividad que se realiza al menos desde hace dos d¨¦cadas) y el jubilado espa?ol echar una partida de chito, un juego que consiste en lanzar un tejo (disco met¨¢lico) contra un cilindro situado a 20 metros.
Numerosos grupos de sudamericanos de otros distritos pueblan este parque cada s¨¢bado. Los bolivianos realizan acciones de sensibilizaci¨®n de limpieza en sus fraternidades. ¡°Entiendo que los vecinos, que han peleado por tener un parque mejor, se enfaden si viene gente de fuera. Necesitamos que las partes empaticen¡±, argumenta el mediador intercultural. ¡°Ahora bien, si no hay recintos para jugar al ecuav¨®ley lo l¨®gico es que vayan al parque. Todos necesitamos un lugar de esparcimiento¡±, explica.
El mediador distingue entre multiculturalidad (convivencia entre diferentes nacionalidades) e interculturalidad (interacci¨®n). Los migrantes de segunda generaci¨®n van juntos al colegio. ¡°Las relaciones deber¨ªan ir a mejor. Los chavales no prestan atenci¨®n a las nacionalidades. Si se caen bien, salen juntos y listo¡±, a?ade.
La Fundaci¨®n Tomillo ha promovido iniciativas como la de Pradolongo se mueve a trav¨¦s de su plataforma Barrios Sostenibles. Las propuestas se votan y cada grupo las defiende como una campa?a electoral. ¡°No es raro ver a representantes con meg¨¢fonos para animar a los vecinos a que participen¡±, cuenta Juan Oyono, t¨¦cnico de la fundaci¨®n. Existe una brecha digital grande. Un atraso que tiene que ver m¨¢s con la econom¨ªa y no tanto con el porcentaje de mayores de 65, m¨¢s bajo que en una decena de distritos. Antonio Gumiel lleg¨® de Cuenca en 1952 cuando a¨²n no ten¨ªa la mayor¨ªa de edad. Hace una d¨¦cada recogi¨® firmas para que la Junta habilitara una zona para jugar al chito. ¡°Tira, chaval. Como no la des te jubilo¡±, bromea con su compa?ero de 75 a?os Jos¨¦ Luis Garc¨ªa.
Gonz¨¢lez no distingue entre los de fuera y los de dentro: ¡°En Usera todo el mundo ha sido inmigrante en alg¨²n momento¡±. Los chinos, que pueblan la zona norte, apenas aparecen en la conversaci¨®n. ¡°Se est¨¢n quedando con todo pero no hay problemas personales con ellos¡±, explica mientras se saca un pa?uelo de tela del bolsillo.
La calidad del aire, pr¨®ximo objetivo
La lucha se concentra en resolver los problemas internos m¨¢s que en convertirse en un barrio atractivo para los de fuera. ¡°Ya pod¨ªan hacer una operaci¨®n Chamart¨ªn aqu¨ª [un plan que prev¨¦ la construcci¨®n de viviendas y oficinas en el norte de la capital]. Siempre se piensa en el sur para que acoja lo que el resto no quiere¡±, sostiene Sobrino.
El 7% del censo de Usera lo constituyen ciudadanos chinos (Oyono saca en la conversaci¨®n la palabra "Chinatown"). Se ha hablado de peatonalizar la calle de Dolores Barranco para atraer a turistas. Para Sobrino, el debate no est¨¢ encima de la mesa. Gonz¨¢lez, que vivi¨® hasta los ochenta en la zona china, tercia: ¡°C¨®mo van a moverlo los propios vecinos si a lo mejor salen perjudicados¡±. Sobrino apostilla: ¡°La acci¨®n ciudadana siempre es positiva¡±. La m¨¢s reciente se debe al proyecto de construir un centro log¨ªstico al lado de la M-40, lo que incrementar¨ªa el tr¨¢fico y la contaminaci¨®n. Ya ha habido varias manifestaciones. ¡°Esto es una zona residencial, no industrial¡±, apunta Gonz¨¢lez.
Plaza El¨ªptica, en el extremo occidental del distrito, es el punto que registra las tasas de contaminaci¨®n m¨¢s altas de la ciudad. Se ha pasado de satisfacer las necesidades b¨¢sicas a mejorar los espacios p¨²blicos. La tercera fase apunta a la calidad del aire. ¡°De eso se preocupa m¨¢s el Ayuntamiento. A los vecinos les importa tener trabajo primero¡±. Usera, con un 10,41%, ostenta la tercera tasa de paro m¨¢s alta de la ciudad.
Gonz¨¢lez es, adem¨¢s, presidente de la central t¨¦rmica autogestionada de Orcasitas, ubicada en el barrio hom¨®nimo, en la parte m¨¢s meridional del distrito, suministra calefacci¨®n a 2.360 familias por 36,90 euros al mes. Al ser una mancomunidad garantiza un mayor volumen de gas y por tanto pagan un precio inferior. En marcha desde 1980, se erige en la plaza de la Asociaci¨®n, que toma el nombre de la Asociaci¨®n de Vecinos de Orcasitas. Este organismo vecinal, pionero en la causa, fue el encargado de que hubiera alcantarillado y alumbrado en las calles. Una pancarta con la fecha 8 de marzo pintado en morado preside la plaza. Las causas cambian, la lucha no tanto.
Barrios Sostenibles
La Fundaci¨®n Tomillo, que tiene presencia en siete distritos de la capital, impuls¨® dentro del proyecto Barrio Sostenibles la mesa Pradolongo se mueve. Este grupo vecinal forma parte de los foros locales que impuls¨® el Ayuntamiento en 2017, unos espacios de participaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro. Desde 2015 Pradolongo se mueve ha conseguido la aprobaci¨®n para transformar la Iglesia Rota (un templo sin culto desde hace d¨¦cadas y que recibe su nombre de su c¨²pula bombardeada durante la Guerra Civil) en un centro de interpretaci¨®n medioambiental, la creaci¨®n de huertos comunitarios, ha impulsado festivales interculturales y ha organizado jornadas de concienciaci¨®n bajo el nombre Pradolongo se cuida.
La Fundaci¨®n Tomillo tiene una sede en Orcasur y un edificio en el que imparte clases de formaci¨®n profesional b¨¢sica y de grado medio a chavales del barrio. ¡°Algunos alumnos que estudian electricidad van a las casas de los vecinos a hacer peque?as reparaciones como cambiar una l¨¢mpara o instalar una regleta para mejorar la eficiencia energ¨¦tica¡±, afirma Juan Oyono, coordinador de la fundaci¨®n.
Esta noticia, patrocinada por el proyecto FeliZiudad, de Renault, ha sido elaborada por un colaborador de EL PA?S.
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