El Parlamento Europeo pide acabar con el cambio de hora en 2021

Fracasado el intento de la Comisi¨®n Europea de acabar con el cambio de hora en 2019, el proceso entra en una fase que se antoja larga y compleja. Bruselas pretend¨ªa terminar con el h¨¢bito de mover las manecillas del reloj dos veces al a?o por la v¨ªa expr¨¦s. La intenci¨®n era demostrar que la UE puede actuar con agilidad en un asunto que despert¨® un inter¨¦s ciudadano sin precedentes: la consulta realizada por el Ejecutivo europeo tuvo 4,6 millones de respuestas, la mayor realizada nunca. En ellas, un 84% de votantes dijo ser favorable a la abolici¨®n del cambio de hora. "No podemos esperar m¨¢s", insisti¨® Jean-Claude Juncker en su discurso sobre el estado de la Uni¨®n de septiembre. Un mes despu¨¦s, los ministros de Transporte europeos daban un ba?o de realismo al presidente de la Comisi¨®n y reclamaban m¨¢s tiempo para llevar a cabo un debate en profundidad sobre la cuesti¨®n. La fecha de 2019 quedaba as¨ª enterrada para siempre.

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A pocos d¨ªas de que los ciudadanos de la UE adelanten sus relojes de nuevo ¡ªen la madrugada del s¨¢bado al domingo, a las 2.00 ser¨¢n las 3.00¡ª, el Parlamento Europeo ha respaldado la iniciativa de la Comisi¨®n, y ha colocado una nueva marca en el calendario. La C¨¢mara ha aprobado este martes en Estrasburgo apoyar el fin del cambio de hora para 2021 por 410 votos a favor, 192 en contra y 52 abstenciones. Eso significa que los eurodiputados quieren que los ciudadanos de la UE alteren por ¨²ltima vez la hora en marzo u octubre de ese a?o, seg¨²n sus pa¨ªses opten por mantener el horario de invierno o el de verano.

Una vez conocida la posici¨®n de la Euroc¨¢mara, llega lo m¨¢s dif¨ªcil: poner de acuerdo a los socios europeos para que fijen una postura com¨²n. Los ritmos de un club de 28 Estados son a veces pausados. Al menos cuando no apremia una fecha l¨ªmite. Y en las capitales no existe de momento unanimidad sobre la supresi¨®n. El Gobierno portugu¨¦s ya dijo en octubre que seguir¨ªa cambiando la hora como le recomienda el Observatorio Astron¨®mico de Lisboa dijera lo que dijera Bruselas. Y la comisi¨®n de expertos puesta en marcha por el Ejecutivo espa?ol ha sido incapaz de alcanzar una resoluci¨®n concluyente. En cambio, otros como Finlandia son abiertamente favorables a su final, y han celebrado consultas internas que denotan un apoyo abrumador a suprimirlo.

Ese enredo preocupa en Bruselas. Cada Estado miembro es soberano para decidir su horario, pero la mayor pesadilla para la Comisi¨®n es una eventual falta de coordinaci¨®n, con pa¨ªses vecinos aplicando decisiones distintas. El Ejecutivo cree que la disparidad de opiniones puede desencadenar un desbarajuste monumental, desastroso para el tr¨¢fico a¨¦reo y el mercado interior hasta el punto de aumentar los costes del comercio transfronterizo y provocar molestias para desplazarse dentro de la UE. El informe aprobado por la Euroc¨¢mara no obvia este punto: llama a dejar tiempo a los Gobiernos para que discutan y logren un marco armonizado. Y ofrece a la Comisi¨®n retrasar un a?o el inicio de la entrada en vigor de la directiva si sospecha que puede haber problemas.

Los argumentos a favor y en contra son numerosos. La Comisi¨®n considera que cambiar la hora ten¨ªa sentido para ahorrar energ¨ªa en tiempos de guerra o durante la crisis del petr¨®leo de la d¨¦cada de los setenta. Superada esa etapa, los estudios que maneja recogen que el ahorro es hoy m¨ªnimo, y no compensa los posibles efectos adversos para la salud por su impacto en los biorritmos, si bien admite que fundamenta esa idea en las quejas ciudadanas, y no existen evidencias cient¨ªficas concluyentes sobre su perjuicio para el cuerpo humano.

Si la necesidad o no de poner fin al cambio de hora genera debate, los beneficios de mantener de forma perenne el de invierno o el de verano es motivo de bronca incluso dentro de un mismo pa¨ªs. En Espa?a, Baleares y Comunidad Valenciana aprobaron sendas declaraciones llamando a mantener el horario de verano para favorecer el turismo. Pero Galicia, como escenific¨® en septiembre la eurodiputada del BNG Ana Miranda sacando un reloj durante su discurso en el hemiciclo, es partidaria del de invierno, dado que de lo contrario no amanecer¨ªa hasta cerca de las diez de la ma?ana en diciembre.

La modificaci¨®n tiene numerosas implicaciones cotidianas sobre las que no existe una visi¨®n clara. Por ejemplo para la seguridad vial. De implantarse el horario de verano, la Comisi¨®n teme que la privaci¨®n de sue?o que supone levantarse una hora antes en primavera aumente el riesgo de accidentes de tr¨¢fico, pero lo contrapone con que el incremento de las horas de luz en la tarde contribuye a evitarlos. En la actividad ganadera, Bruselas estima que los sistemas de iluminaci¨®n artificial pueden contrarrestar sus efectos para los biorritmos animales, sobre todo las rutinas de orde?o.

En la UE conviven actualmente tres husos horarios. El de Europa Occidental, del que forman parte Reino Unido, Portugal e Irlanda. El de Europa Central, con pa¨ªses como Espa?a, Alemania o Italia. Y el Oriental, con Grecia, Finlandia o Ruman¨ªa.