No busque par¨¢sitos en la inmigraci¨®n
Los altos ejecutivos que se autoadjudican salarios millonarios alimentan la desigualdad social
Hoy, 10 de abril, el presidente de Airbus deja su puesto. El alem¨¢n Tom Enders percibir¨¢ por su retiro 36,8 millones de euros. En Espa?a, el salario medio bruto de un trabajador es, redondeando al alza, 24.000 euros anuales. As¨ª, con lo que gana una sola persona viven en la Europa del sur 1.533 durante un a?o. Probablemente suena demag¨®gico, pero as¨ª es la realidad.
Las sociedades europeas parecemos dispuestas a renunciar a la redistribuci¨®n de rentas iniciada en la era contempor¨¢nea. Tienen raz¨®n quienes alegan que los empresarios generan empleo y, por tanto, riqueza. Pero conviene desbrozar los datos, porque no es lo mismo el emprendedor que monta una empresa que el ejecutivo con potestad de decidir sobre su propio sueldo con tanta generosidad, como denuncia a menudo el Nobel de Econom¨ªa Paul Krugman. Tampoco son equiparables todos los salarios. No es lo mismo que un directivo de Inditex cobre mucho a que lo haga, por ejemplo, Rafael Villaseca, que como consejero delegado de Naturgy se embols¨® el a?o pasado 15,45 millones. Naturgy es heredera de alguna compa?¨ªa p¨²blica, pero el sector fue privatizado en 2002. Una pena que no quedara en manos del Estado, que seguramente pondr¨ªa m¨¢s inter¨¦s en reducir las facturas de la luz y obtendr¨ªa beneficios mejor repartidos.
Los salarios no se recuperan al ritmo que lo hace la econom¨ªa. La p¨¦rdida de poder adquisitivo est¨¢ en el origen de las protestas de los chalecos amarillos e incluso los Gobiernos socialdem¨®cratas se resignan a este freno en la redistribuci¨®n de la riqueza. Los Estados alem¨¢n y franc¨¦s poseen cada uno el 11% de las acciones de Airbus, mientras que el espa?ol detenta el 4,16%. ?Tiene algo que decir sobre la indemnizaci¨®n millonaria de Enders el Gobierno socialista espa?ol? ?Y sobre su propia decisi¨®n de nombrar (con un salario de medio mill¨®n) al presidente de Red El¨¦ctrica Espa?ola, firma semip¨²blica que opera en monopolio?
Los beneficios del crecimiento se disipan antes de llegar al ciudadano y los directivos de grandes compa?¨ªas tienen algo que ver con ello. El populismo estigmatiza a los inmigrantes como ¡°par¨¢sitos¡±, pero tal condici¨®n resulta m¨¢s acorde con los anteriores. Muchos le dan la vuelta a principios b¨¢sicos de gesti¨®n ¡ªcomo cobrar primas de empresas en n¨²meros rojos¡ª con tal de seguir llen¨¢ndose los bolsillos. Tras una fusi¨®n suele haber despidos, pero Carlos Ghosn, hoy perseguido por la justicia nipona, se duplic¨® el sueldo (hasta los 15 millones) tras unir a Renault (participada por el Estado franc¨¦s) con Nissan.
Fijar salarios m¨ªnimos es una buena medida. Las propuestas de establecer topes no cuajan y, sin embargo, deber¨ªan aplicarse al menos a las compa?¨ªas en las que el Estado participa. La desigualdad, que aumenta tanto en Espa?a, tiene nombres y apellidos y suelen ser, por cierto, muy masculinos. Demasiadas brechas.
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