¡°Lo que quieren es dejarle morir de hambre y de sed¡±
Pulso judicial y debate social por el posible cese del tratamiento de un hombre en estado vegetativo
¡°No estamos en un combate de la vida por la vida de forma absoluta¡±, dice David Philippon, hermano mayor de Vincent Lambert, que en 2008 sufri¨® un accidente de tr¨¢fico y qued¨® en estado vegetativo. El caso Lambert desencaden¨® una batalla judicial que ha durado a?os. Esta semana la batalla ha entrado en un nuevo cap¨ªtulo tras avalar el Tribunal Europeo de Derechos Humanos la posibilidad de que los m¨¦dicos dejen de mantenerle con vida.
¡°Si un d¨ªa Vincent tuviese una patolog¨ªa o un problema que requiriese volver a una fase de reanimaci¨®n, estar¨ªamos de acuerdo en no encarnizarnos y dejar que la naturaleza siguiese su curso¡±, argumenta Philippon, hermano de Vincent por parte de madre y miembro del sector de la familia contrario a dejar de alimentarle e hidratarle. ¡°Lo que se quiere hacer ahora, por decirlo de manera cruda, es dejar morir a Vincent de hambre y sed¡±.
Philippon, de 47 a?os, esgrime as¨ª un argumento central para quienes est¨¢n en contra de permitir la ¡°desconexi¨®n¡±, t¨¦rmino inapropiado, seg¨²n ¨¦l, porque Vincent Lambert no est¨¢ conectado m¨¢s que a la comida y al agua que le permite seguir viviendo. Philippon cree que Lambert no sufre una enfermedad "m¨¢s all¨¢ de su gran discapacidad". Su estado cl¨ªnico, dice Philippon, est¨¢ ¡°estabilizado¡±. No es que crea que vaya a recuperarse, pero explica que respira solo y est¨¢ despierto y duerme. Disputa la idea de la ley francesa que regula el fin de la vida, seg¨²n la cual en ciertas circunstancias pueden retirarse los tratamientos ¡°irrazonables¡±, puesto que, en su opini¨®n, dar de comer y de beber a su hermano no es un tratamiento.
¡°A veces llegamos a captar una mirada, se le llama y gira la cabeza¡±, dice Philippon, que lamenta poder visitar a Vincent Lambert con menos frecuencia de lo que desear¨ªa en la habitaci¨®n del hospital de Reims donde se encuentra. Lo achaca a los l¨ªmites que Rachel Lambert, esposa del paciente y tutora legal, ha impuesto a estas visitas. Y explica que para entrar en la habitaci¨®n hace falta ense?ar un documento de identidad, y que esta est¨¢ cerrada con llave. Su ¨²ltima visita fue este mi¨¦rcoles. ?Cree que Vincent desea vivir? ¡°No sabemos lo que Vincent desea¡±, responde.
El caso Lambert ha dividido a una familia. Los desacuerdos probablemente ya exist¨ªan antes del accidente de tr¨¢fico que dej¨® a Lambert tetrapl¨¦jico. Pero las fracturas se hicieron visibles tras la decisi¨®n, en 2013, de un m¨¦dico de desconectar al paciente sin consultar con los padres. La fractura tambi¨¦n es religiosa: la parte contraria a la desconexi¨®n es cat¨®lica; la otra, laica. Un argumento de esta parte, que incluye a Rachel Lambert, es que antes del accidente Vincent expres¨® su voluntad de no encontrarse en una situaci¨®n como la actual. Philippon replica que estos argumentos solo empezaron a mencionarse despu¨¦s de 2013. Y expone que, al trabajar su hermano en el sector hospitalario, estaba informado de la posibilidad de dejar un testamento vital. Nunca lo hizo.
¡°No sabemos si Vincent tiene conciencia de s¨ª mismo, no tenemos ni idea¡±, dice Philippon. ¡°Siempre se me dice que est¨¢ al final de su vida, pero no es as¨ª. No est¨¢ mantenido con vida artificialmente con tratamientos curativos, solo est¨¢ alimentado e hidratado. Pero no se le aplican cuidados apropiados a su estado. Ya no tiene fisioterapia, no le levantan, no le sientan, no le sacan de su habitaci¨®n a tomar el aire. Est¨¢ en un pasillo de la muerte, esperando que los m¨¦dicos decidan si paran su alimentaci¨®n e hidrataci¨®n. Lo que quieren hacer los m¨¦dicos y los miembros de la familia favorables es una eutanasia que no admite su nombre¡±.
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