¡°El boom latinoamericano fue totalmente machista¡±
Costamagna, finalista del Premio Herralde con ¡®El sistema del tacto¡¯, integra un flamante colectivo feminista en su pa¨ªs que busca visibilizar la escritura hecha por mujeres
En el pa¨ªs de la poeta Gabriela Mistral, Chile, donde naci¨® Alejandra Costamagna en 1970, la inequidad contra las mujeres tambi¨¦n es evidente en el mundo del libro: desde que en 1942 se concedi¨® el primer Premio Nacional de Literatura, por ejemplo, apenas cinco escritoras han recibido el galard¨®n. Es una de las ingratas realidades que intenta visibilizar un nuevo colectivo chileno que integran mujeres del ¨¢mbito literario ¨Cescritoras, editoras, ilustradoras¨C que se encontraron en la Alameda el pasado del 8 de marzo, en una concentraci¨®n feminista que solo en Santiago de Chile convoc¨® a unas 500.000 personas, seg¨²n la organizaci¨®n. ¡°Luego de marchar juntas, nos hemos autoconvocado para seguir trabajando. Nos mueve el deseo de reparar la desigualdad hist¨®rica que las mujeres han vivido en nuestra ¨¢rea y tambi¨¦n las ganas de celebrar la escritura hecha por mujeres, potenci¨¢ndola y visibiliz¨¢ndola¡±, relata Costamagna, en una peque?a cafeter¨ªa del tradicional barrio de ?u?oa de la capital chilena.
Autora de novelas como En voz baja o los cuentos reunidos en Animales dom¨¦sticos, es una de las grandes y prol¨ªficas escritoras chilenas de la actualidad. Roberto Bola?o, una de las ¨²ltimas grandes estrellas de la literatura nacional, se?al¨® que hab¨ªa ¡°una generaci¨®n de escritoras chilenas que promete com¨¦rselo todo¡±. ¡°A la cabeza, claramente, se destacan dos. Estas son Lina Meruane y Alejandra Costamagna, seguidas por Nona Fern¨¢ndez y por otras cinco o seis j¨®venes armadas con todos los implementos de la buena literatura¡±, indic¨® antes de morir el autor de Los detectives salvajes o 2666.
La propia Costamagna incluye en el listado de Bola?o a varias otras. ¡°Alia Trabucco Zer¨¢n, Cynthia Rimsky, Carolina Melys, Carmen Garc¨ªa, Julieta Marchant, Victoria Ram¨ªrez, Elvira Hern¨¢ndez o Ver¨®nica Zondek¡±, enumera esta autora amable y risue?a que parece sentirse como en casa en el peque?o restaurante: apenas llega se saca los zapatos y, como si estuviese en la sala de su piso, conversa sin pensar en el tiempo ni mirar el reloj. Sobre la agrupaci¨®n que integra junto a otro centenar de mujeres ¨Cque todav¨ªa no ha sido bautizada¨C, agrega: ¡°Somos un colectivo feminista, por lo tanto, con una inclinaci¨®n de trabajo profundamente pol¨ªtica. Estamos al comienzo de un camino, sabemos que nos queda mucho por madurar y decidir¡±.
La batalla en las universidades
En Chile el movimiento feminista es fuerte. En mayo de 2018, la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres explot¨® en las universidades y su punta de lanza fueron las j¨®venes y las universitarias. Las conquistas sociales, aunque lentamente, avanzan: este viernes entr¨® en vigencia la ley que penaliza el acoso sexual callejero, aprobado recientemente en el Parlamento, y mujeres conquistan espacios de poder que en otros tiempos pertenecieron exclusivamente a varones ilustres. La Academia Chilena de la Lengua, por ejemplo, liderada siempre por hombres en sus 133 a?os de historia, desde enero pasado es dirigida por la ensayista Adriana Vald¨¦s.
Pero existen desigualdades hist¨®ricas que probablemente necesitar¨¢ de d¨¦cadas para reparar: ¡°Si analizamos c¨®mo en Chile nos han ense?ado literatura en el colegio, vemos c¨®mo han sido absolutamente silenciadas mujeres relevantes, comenzando por Marta Brunet. Los cr¨ªticos de la ¨¦poca dec¨ªan para alabarla: ¡®No es una escritora, es un escritor¡¯. Es decir, era buena en tanto escrib¨ªa como un hombre¡±, detalla Costamagna, que abre su mirada para analizar el escenario de la regi¨®n. Ejemplifica: ¡°El boom latinoamericano fue totalmente machista. Comandando absolutamente por hombres, no hay ni una sola mujer y, por favor, estaban Elena Garro, Clarice Lispector, Rosario Castellanos y una de sus precursoras, Mar¨ªa Luisa Bombal¡±.
Lo de Costamagna y el feminismo no es nuevo. En su ¨²ltima novela, El sistema del tacto, finalista del Premio Herralde, narra el viaje de Ania desde Chile a Campana, una peque?a ciudad de la provincia de Buenos Aires, para acudir el funeral de su t¨ªo Agust¨ªn. Es un texto que tiene algunas l¨ªneas autobiogr¨¢ficas: los padres de la escritora son argentinos ¨Cllegaron en 1967 a Chile huyendo de la dictadura del general Juan Carlos Ongan¨ªa?¨C y ante la mirada de su familia argentina, Costamagna siempre fue la chilenita.
¡°Este libro surgi¨® primero como una investigaci¨®n documental sobre los procesos migratorios de fines del siglo XIX y comienzos del XX desde Italia y Espa?a hacia Argentina. Buscaba centrarme en figuras particulares, como mis bisabuelos, que hicieron ese trayecto. Porque... ?qu¨¦ se pierde en t¨¦rminos de identidad?¡±, explica la escritora sobre los or¨ªgenes de su ¨²ltimo libro que, en alg¨²n momento, pas¨® a la ficci¨®n: ¡°Pero no entendiendo la ficci¨®n como invenci¨®n, sino como una articulaci¨®n de los materiales que ponen en di¨¢logo lo real y lo imaginario¡±.
Intimidad e historia, el desgarro de la huida, la pregunta por los or¨ªgenes, la pertenencia, el mundo de la familia y las disyuntivas inherentes a las mujeres. ¡°Ania se ve conflictuada con un deber ser que le pisa los talones todo el tiempo. Tanto en el ¨¢mbito laboral ¨Cser la profesora que forma seres rectos¨C como en el espacio familiar y, particularmente, en su condici¨®n de mujer¡±, reflexiona la escritora sobre su protagonista.
¡°Hay un mandato impl¨ªcito de la maternidad al que ella se resiste. A ella le parece mucho m¨¢s deseable un gato que un hijo. Incluso que un novio. Se resiste a hacer un nido, a formar una familia con todas las de la ley, a reproducirse, a integrarse a la manada. En definitiva, Ania no se halla con los par¨¢metros de lo que es ser una buena profesional, una buena hija, una buena novia, una cabeza de familia, un sujeto ¨²til para la sociedad¡±, se?ala Costamagna sobre El sistema del tacto, que presentar¨¢ este s¨¢bado en el marco de la Feria del Libro de Bogot¨¢.
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