Un bot¨®n y dos clics contra la violencia machista
Durango ha desarrollado un dispositivo conectado con la Polic¨ªa Local para disuadir a agresores
Un intenso color rojo aparece en la pantalla de un ordenador en las dependencias de la Polic¨ªa Local de Durango, y un sonido intermitente y grave, como la bocina de un barco, resuena en la habitaci¨®n. Si esto no fuese un simulacro, ser¨ªa una mujer quien habr¨ªa hecho saltar esa alarma al pulsar dos veces un bot¨®n gris con forma de l¨¢grima; una mujer que se encontrar¨ªa ante una situaci¨®n de violencia machista en alg¨²n punto de esta localidad de 29.000 habitantes. Y si esto no fuese una simulaci¨®n, esa agente abrir¨ªa una pantalla nueva, ver¨ªa qui¨¦n y d¨®nde ha pulsado ese peque?o pedazo de pl¨¢stico, levantar¨ªa el tel¨¦fono para contactar con la patrulla de guardia y les dar¨ªa un nombre y una localizaci¨®n a la que tendr¨ªan que acudir de forma inmediata. Esa alerta es nivel 1 de prioridad.
El dispositivo, que ya tienen 20 duranguesas, es una iniciativa del Ayuntamiento ¡ªgobernado por el Partido Nacionalista Vasco en coalici¨®n con los socialistas¡ª y empez¨® a repartirse la pasada semana. El bot¨®n, financiado con los 5.968,04 euros del pacto de Estado contra la violencia de g¨¦nero, tiene como objetivo empoderar y proteger a las mujeres y disuadir a los agresores. En apenas cuatro d¨ªas lo han solicitado 50 ciudadanas m¨¢s.
Sonia Oceja (Durango, 1968) recogi¨® el suyo el pasado jueves en la Andragunea ¡ªla casa de las mujeres donde cualquier vecina del municipio puede rellenar el formulario para solicitar uno¡ª y lo estrenar¨¢ en cuanto vuelva a salir a entrenar. Llega a ese edificio de piedra bajo el paraguas y con una voluminosa mochila a la espalda. Saca el cacharrito al que ella ha colgado una pulsera morada con un bordado en blanco: ¡°No es no¡±, en euskera y castellano. Apenas mide cinco cent¨ªmetros, funciona con una pila, se sincroniza con el m¨®vil, necesita que el GPS est¨¦ conectado a la red m¨®vil o al wifi, y est¨¢ conectado a la Polic¨ªa Local. ¡°Cuando lo recog¨ª pens¨¦ ¡®espero no tener que usarlo jam¨¢s¡¯, pero da tranquilidad tenerlo¡±.
El feminismo crece
Aunque ya se le conoce como bot¨®n del p¨¢nico, para esta atleta y profesora de Educaci¨®n F¨ªsica es m¨¢s bien un bot¨®n de seguridad. Esa, dice, que ha ido perdiendo. ¡°Vivo a las afueras y antes ni se me pasaba por la cabeza preocuparme. Ahora oigo un ruido o veo a alguien o un coche hace algo raro y me pongo alerta¡±, cuenta tensando el cuerpo. Las cosas, seg¨²n ella, han cambiado en los ¨²ltimos a?os. Asegura que ha crecido el movimiento feminista y se ha modificado la perspectiva sobre la violencia machista. Lo percibe en la calle, en sus clases y en su casa: ¡°Tengo tres chicos de 25, 19 y 14 y dos chicas de 23 y 21. Antes me dec¨ªan cosas como ¡®venga mam¨¢, ya est¨¢s con tus cosas esas radicales¡¯. Ahora van a las manifestaciones con sus amigas y participan en las actividades en torno al tema¡±.?
Aparte de ense?ar en un colegio p¨²blico y de entrenar j¨®venes, Oceja forma parte de un grupo de 30 corredoras que comparten algo m¨¢s all¨¢ que calzarse las zapatillas los mi¨¦rcoles por la tarde: ¡°Participamos en actividades de la Andragunea: charlas sobre trata o cursos de defensa personal¡ Y se va generando una conciencia com¨²n sin que te des cuenta. Lo del miedo al salir era algo de lo que no habl¨¢bamos jam¨¢s, hasta que en una conversaci¨®n sobre una agresi¨®n sexual alguna sac¨® el tema y nos dimos cuenta de que a todas nos pasaba lo mismo¡±.
El pasado a?o, el protocolo de actuaci¨®n frente a la violencia contra las mujeres del Duranguesado ¡ªla comarca de la que Durango es la localidad m¨¢s importante¡ª atendi¨® 83 casos, siete m¨¢s que en 2017. Uno de ellos, recuerda Oceja, el de una chica que, entrenando en uno de los montes que rodean Durango, se cruz¨® con un hombre que comenz¨® a masturbarse. ¡°Se refugi¨® en un caser¨ªo y la cosa no fue a m¨¢s, pero hay que tener cuidado¡±. Ahora, el bot¨®n les proporciona la seguridad de que la Polic¨ªa est¨¢ a dos pulsaciones, pero no es su primera herramienta contra la violencia machista. Crearon una app en 2017 para compartir su ubicaci¨®n y avisar a la Polic¨ªa.
¡°El bot¨®n es la evoluci¨®n de aquella aplicaci¨®n¡±, apunta Pilar R¨ªos, la teniente de alcalde y concejala de Igualdad, que lleva la alarma junto a un pu?ado de pulseras colgando de su mu?eca izquierda. ¡°La app requer¨ªa tenerla abierta y buscar la opci¨®n. El bot¨®n es inmediato¡±. Y recuerda que llevan a?os ¡°poniendo los cimientos de una ciudadan¨ªa concienciada¡±. Cree que lo han conseguido: ¡°El compromiso del pueblo frente a la violencia machista es un¨¢nime y creciente¡±.
Compromiso simb¨®lico
Idoia Agorria, sentada frente a R¨ªos en el despacho de esta, asiente. Esta inform¨¢tica y asesora de Igualdad fue quien dise?¨® la appy es optimista por ¡°la cantidad de vecinos que han firmado el Pacto de la Ciudadan¨ªa¡±. Un documento que compromete de forma simb¨®lica a quien lo firma a rechazar la violencia machista y denunciarla si es testigo. ¡°Simb¨®lica pero en firme¡±, apostilla Agorria, que se queda pensando mientras mira su mu?eca derecha, donde tambi¨¦n cuelga el bot¨®n. ¡°Todo esto empez¨® mucho antes, en 2005¡±, dice. ¡°Cuando Felipe asesin¨® a Ofelia¡±, dice. Felipe Ardanza acuchill¨® a Ofelia Hern¨¢ndez el 15 de enero de aquel a?o, delante de la hija com¨²n, de cuatro a?os, y de otro hijo de 11 que ella hab¨ªa tenido con una pareja anterior. ¡°Desde entonces, los jueves, un grupo de mujeres nos manifestamos contra la violencia¡±. Cada jueves. Desde 2005.
¡°Hace falta sensibilizar, no es un juguete¡±
En octubre de 2017, el Ayuntamiento de Durango desarroll¨® Agrestop/Erastop, una app disponible para iOS y Android que acumula m¨¢s de 10.000 descargas y que ya han copiado Pamplona, Bilbao, Zarauz y Alcal¨¢ de Henares. Sobre un fondo morado, la aplicaci¨®n da dos opciones: "acompa?ar", para compartir la ubicaci¨®n en tiempo real con otro usuario, o "avisos". Esta ¨²ltima advierte: "Utilizar solo en casos reales de agresi¨®n o al ser testigos de una agresi¨®n. Hacer uso responsable de esta aplicaci¨®n ya que se movilizan servicios de emergencia". Pilar R¨ªos, la teniente de alcalde y concejal de Igualdad, recuerda ese inicio: "Cuando sacamos la app, ense?amos a usarla reuni¨¦ndonos con colectivos". Ahora, con el bot¨®n, tambi¨¦n lo han hecho, han organizado reuniones por grupos para mostrar c¨®mo funciona y c¨®mo ha de usarse. Y explica que para poner en marcha iniciativas como esta hace falta algo m¨¢s que la tecnolog¨ªa o el presupuesto: "Es necesaria la sensibilizaci¨®n, no es un juguete".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.