12 a?os de prisi¨®n para el franciscano que abus¨® y pag¨® a una menor y a un discapacitado
La Audiencia de Lugo concluye que Jos¨¦ Quintela, fraile en el Camino de Santiago, se aprovech¨® de la "precaria situaci¨®n personal, familiar y econ¨®mica" de la muchacha
La chica de 16 a?os declar¨® ante la Guardia Civil que el fraile le daba dinero antes, durante o despu¨¦s del sexo, y que la cantidad depend¨ªa de la afluencia de visitantes y peregrinos que llegasen al Santuario do Cebreiro (Pedrafita, Lugo), m¨ªtica puerta a Galicia del Camino Franc¨¦s a Santiago. Jos¨¦ Quintela Arias, la cara amable que recib¨ªa a los caminantes en el templo prerrom¨¢nico, ha sido condenado por la Audiencia de Lugo a 12 a?os de prisi¨®n y otros 10 de libertad vigilada por abusar de L. de forma continuada y del primo discapacitado de esta en una ocasi¨®n. Tambi¨¦n de elaborar material pornogr¨¢fico utilizando a la menor para ello, de lo que quedaron sobradas pruebas en su tel¨¦fono m¨®vil: desde la cr¨ªa desnuda y adornada de flores de Pascua en la sacrist¨ªa hasta el pene del religioso envuelto en billetes de 50 euros.
Los magistrados Mar¨ªa Luisa Sandar, Jos¨¦ Manuel Varela y Ana Rosa P¨¦rez Quintana consideran probado en la sentencia que el procesado, entre 2014 y 2015, cuando ¨¦l ten¨ªa 56 a?os, abus¨® sexualmente de la ni?a de 16 y de su primo de 20. Ella presenta "un cociente pr¨®ximo a una capacidad intelectual l¨ªmite" y el muchacho, "una minusval¨ªa ps¨ªquica del 40% y una discapacidad intelectual leve que le impide poseer un juicio cr¨ªtico" . Estas condiciones, sumadas a la pobreza, eran el caldo de cultivo que seg¨²n los jueces aprovech¨® el religioso para conseguir los favores sexuales. "Se prevali¨® de una situaci¨®n de superioridad manifiesta", afirman, que le daba no solo la "enorme" diferencia de edad, sino "su condici¨®n de religioso y la precaria situaci¨®n personal, familiar y econ¨®mica de la menor".
Jos¨¦ Quintela entabl¨® contacto con la ni?a antes del verano de 2014 y fue gan¨¢ndose su confianza a trav¨¦s de Facebook. En septiembre, le propuso que lo acompa?ase a su casa familiar en A Pobra de Trives (Ourense) con el pretexto de que le ayudase a limpiarla y los padres de la v¨ªctima accedieron porque confiaban en la palabra del franciscano. Al llegar all¨¢ la chica se extra?¨® porque todo estaba limpio y ordenado. "?Qu¨¦ pasa?", le pregunt¨®. Y ¨¦l le respondi¨® que quer¨ªa "desconectar" y que se encontraba "muy solo" para "suscitar su compasi¨®n", describe el fallo de la Audiencia. A la noche, el fraile entr¨® en la habitaci¨®n de la muchacha y "comenz¨® a besarla y a tocarle los pechos, la zona vaginal y todo el cuerpo". Ella le pidi¨® que parara y ¨¦l lo hizo, pero se qued¨® a dormir en la misma cama. A la ma?ana siguiente le entreg¨® "unos 100 euros" y regresaron a O Cebreiro.
Despu¨¦s de aquello la menor empez¨® a evitarlo, no le contestaba a trav¨¦s de Facebook, pero pasado el tiempo el acusado le pidi¨® perd¨®n y ella lo perdon¨®. La condici¨®n que puso la muchacha era que aquel episodio no volviera a suceder. Sin embargo, Quintela recurri¨® de nuevo al relato de su vida solitaria y ella se compadeci¨®. En noviembre de 2014 lo acompa?¨® otra vez a la casa familiar de Ourense y all¨ª "despu¨¦s de cenar y tomar diversas bebidas" el fraile, "con ¨¢nimo l¨²brico, se acost¨® con ella" y mantuvieron "por primera vez relaciones sexuales con penetraci¨®n vaginal", considera probado la sentencia. Al d¨ªa siguiente, el religioso le dio a la ni?a m¨¢s dinero. Ella declar¨® que nunca vio aquellas entregas como un pago a cambio de sexo, pero la Audencia entiende que Quintela aprovech¨® su "situaci¨®n de prevalencia derivada de la superioridad manifiesta en el ¨¢mbito econ¨®mico" para "debilitar la voluntad de la menor".
Las fotos que el fraile no borr¨®
Desde entonces, "entre noviembre de 2014 y febrero de 2015", cuando el fraile ya estaba siendo investigado por la Guardia Civil y se orden¨® su arresto, el procesado, "con ¨¢nimo libidinoso, mantuvo diversos encuentros sexuales con penetraci¨®n vaginal con la menor en la sacrist¨ªa del Santuario de O Cebreiro". Y le daba "diversas cantidades" cada vez, "desde 100 euros, 200 otras veces" a "300 o 400 en alguna ocasi¨®n". En aquellas citas en la sacrist¨ªa, Quintela hac¨ªa fotos con la c¨¢mara del m¨®vil de las m¨¢s s¨®rdidas escenas de su abuso. La Guardia Civil las descubri¨® en carpetas que el fraile nunca lleg¨® a borrar.
La Audiencia enumera toda suerte de fantas¨ªas: hay primeros planos "mientras practicaban relaciones sexuales vaginales", im¨¢genes "de la menor realiz¨¢ndole una felaci¨®n" al hombre, "de la menor desnuda con dos billetes de 20 euros entre los labios de la vagina", "con una botella de Coca-Cola de pl¨¢stico parcialmente introducida", "con el babero de fraile alrededor de su cuello" o "con adornos de flores de Pascua y bolas de Navidad que hab¨ªa en el santuario colocados en sus pechos y en sus genitales". El religioso tambi¨¦n le ped¨ªa a ella que le hiciera fotos desnudo, "de su pene envuelto en dos billetes de 50 euros o en una c¨¢scara de pl¨¢tano" y "con diversos objetos, como unas gafas, colocadas" sobre sus genitales o "una botella de cerveza sosteni¨¦ndolos". Luego, la v¨ªctima regresaba a su casa familiar, en una aldea deprimida a unos cuantos kil¨®metros del santuario, y el fraile volv¨ªa a sus labores habituales: recibir a los visitantes con su h¨¢bito marr¨®n y su barba franciscana.
La secci¨®n segunda de la Audiencia de Lugo ha tardado tres meses en madurar la sentencia despu¨¦s del juicio celebrado a principios de febrero. La fiscal del caso reclamaba una pena de 17 a?os de prisi¨®n para Quintela, pero los magistrados la han dejado finalmente en 12: siete a?os por el abuso continuado, con prevalimiento y acceso carnal, sobre la menor; dos por el abuso sexual sobre el primo de esta, que en el momento de los hechos ten¨ªa 20 a?os; y tres por un delito continuado de utilizaci¨®n de menor para elaboraci¨®n de material pornogr¨¢fico. Adem¨¢s de esta condena y de los 10 a?os de libertad vigilada que llevar¨¢ el religioso a continuaci¨®n, los jueces le imponen la prohibici¨®n de comunicarse y aproximarse a la chica a menos de medio kil¨®metro durante 12 a?os y las mismas condiciones, durante tres a?os, respecto del joven. Tambi¨¦n el pago de sendas indemnizaciones de 2.500 y 2.000 euros.
Cuando Quintela ya se hab¨ªa labrado la confianza de la chica, despu¨¦s de llev¨¢rsela a su casa de Trives "en varias ocasiones", el franciscano le pidi¨® que buscase a "una tercera persona" para que "resultase m¨¢s interesante" el encuentro. A ella no le gust¨® la idea, pero acab¨® proponi¨¦ndole a su primo J. El padre del chico tampoco puso impedimento porque los muchachos iban con el fraile. "Al llegar, cenaron y bebieron diversos licores, entre ellos whisky y ron que el procesado hab¨ªa llevado", narran los jueces. Y luego el religioso "les incit¨® a jugar a las cartas; a un juego en el que, cada vez que uno perdiera, deber¨ªa quitarse una prenda", detalla el fallo.
Acabaron "los tres desnudos" y entonces Quintela, "prevali¨¦ndose nuevamente de su situaci¨®n de superioridad manifiesta y abusando y aprovech¨¢ndose del d¨¦ficit intelectual" del chico, "se puso detr¨¢s de este, le hizo tocamientos por todo el cuerpo e intent¨® penetrarlo analmente". No lo consigui¨® porque J. se neg¨®, pero a cambio pidi¨® a los dos primos que "mantuviesen relaciones sexuales" entre ellos. Los chicos se hicieron "tocamientos" ante el franciscano, sin embargo la Audiencia explica que "no qued¨® determinado si hubo penetraci¨®n". No obstante, a continuaci¨®n y tambi¨¦n a la ma?ana siguiente antes de regresar a O Cebreiro, el religioso mantuvo con la cr¨ªa relaciones sexuales completas, confirma una vez m¨¢s la sentencia.
Aquella vez el fraile pag¨® a cada uno de los j¨®venes 150 euros, y especific¨® a la menor que era para que callasen "la boca"; para que no dijeran "nada a nadie¡±. "En dos o tres ocasiones", a?aden los magistrados, Jos¨¦ Quintela volvi¨® a proponer a L. llevar a Pobra de Trives a "terceras personas", pero ella no quiso repetir jam¨¢s aquella experiencia.
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