Greta Thunberg en Par¨ªs: ¡°No nos escuch¨¦is a los ni?os, escuchad a los cient¨ªficos¡±
La activista sueca, invitada de honor en la Asamblea Nacional francesa
![Silvia Ayuso](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F728fde18-e598-4c77-b0f3-a2aa9eedbbe5.png?auth=b16f7f1439293a8783b0efda8012053ee8d5475d3fa001455ae0914e51887b66&width=100&height=100&smart=true)
![Greta Thunberg (la segunda por la derecha) junto a un grupo de j¨®venes activistas medioambientales en la Asamblea Nacional de Par¨ªs.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/FDUDEW6BD3YU3ERT55S5SFEYWU.jpg?auth=75b6eaca7f8ca977aa3373e11dd634b449f459d2e3b9c16d866b011713041cb5&width=414)
La puesta en escena para Greta Thunberg en Par¨ªs no pod¨ªa ser m¨¢s elocuente. No porque estuviera invitada para debatir en la Asamblea Nacional francesa, un raro honor m¨¢s extraordinario a¨²n vista la corta edad de la joven, 16 a?os. Sobre todo, porque el Par¨ªs al que lleg¨® Thunberg este martes es una ciudad ¡ªy todo un pa¨ªs¡ª casi fundidos por una oleada de calor, la segunda en pocas semanas, que pone en evidencia que los riesgos del cambio clim¨¢tico contra los que lleva advirtiendo desde hace m¨¢s de un a?o la joven activista sueca son un problema que, m¨¢s que a la vuelta de la esquina, est¨¢n ya metidos en casa.
¡°De aqu¨ª a 2030, si no hacemos nada, no podremos revertir el cambio clim¨¢tico¡±, advirti¨®, muy seria, ante los casi 200 diputados que acudieron a escucharla.
La presencia de Thunberg ha provocado una fuerte controversia en Francia. Diputados sobre todo de derecha y de la extrema derecha criticaron en los ¨²ltimos d¨ªas la presencia de la joven, a quien llamaron a boicotear tras calificarla, entre otros, de ¡°profeta en pantalones cortos¡±, ¡°gur¨² apocal¨ªptico¡±, ¡°premio Nobel del miedo¡± o marioneta al servicio de lobbies ecologistas. Unas calificaciones y unas ausencias ¡ªThunberg y otros tres j¨®venes activistas franceses hablaron finalmente en una sala y no el hemiclo¡ª que no inmutaron a la adolescente sueca.
¡°Algunos han decidido no venir aqu¨ª hoy, algunos han decidido no escucharnos. No pasa nada. Ustedes no est¨¢n obligados a escucharnos, al fin y al cabo, no somos m¨¢s que chavales. Pero ustedes s¨ª tienen el deber de escuchar a la ciencia. Es todo lo que pedimos: que se unan tras la ciencia¡±, replic¨® Thunberg agitando en su mano el ¨²ltimo informe del grupo de expertos intergubernamentales sobre la evoluci¨®n del clima de la ONU, el Giec. Adem¨¢s de contra responsables pol¨ªticos, la joven tambi¨¦n carg¨® contra empresarios y periodistas, a quienes responsabiliz¨® de ¡°mentir¡± sobre lo que hacen j¨®venes como ella y de no contar lo que est¨¢ pasando ni de advertir de la seriedad de la emergencia clim¨¢tica para concienciar adecuadamente a la sociedad.
Mientras Thunberg hablaba, toda Francia sudaba. El pa¨ªs sufre su segunda oleada de calor en pocas semanas, tras haber registrado en junio el r¨¦cord absoluto jam¨¢s registrado: 46 grados en el sur del pa¨ªs. Par¨ªs se apresta a batir tambi¨¦n en los pr¨®ximos d¨ªas su propio r¨¦cord con temperaturas de hasta 41 grados. El ¨²ltimo r¨¦cord, recuerda la Agencia France Presse, data de 1947, cuando los term¨®metros capitalinos marcaron 40,4¡ãC.
La sequ¨ªa es ya una preocupaci¨®n nacional y sectores como el vin¨ªcola se preparan para el golpe que se avecina, con una ca¨ªda de la producci¨®n de entre 6 y 13% respecto al a?o pasado, seg¨²n estimaciones oficiales. En numerosas ciudades del pa¨ªs se han dispuesto salas ¡°de refresco¡±, se ha limitado la circulaci¨®n y se han decretado medidas dirigidas sobre todo a los mayores, la poblaci¨®n m¨¢s vulnerable en estos momentos, con vistas a evitar un episodio como el de la oleada de calor de 2003, que dej¨® 15.200 muertos en Francia.
Desde la Asamblea Nacional, Greta Thunberg tomaba sorbos de agua de una botella de aluminio reciclable ¡ªtambi¨¦n ha venido a Francia en tren para contaminar menos¡ª mientras segu¨ªa reclamando que los responsables pol¨ªticos y sociales act¨²en de una vez y lo hagan de verdad, no solo como ¡°bellas campa?as de relaciones p¨²blicas¡±. ¡°La emergencia clim¨¢tica es hoy y es ahora, y no acaba m¨¢s que comenzar, y solo va a empeorar¡±, insisti¨®.
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