Bruselas sobre la denuncia a Espa?a: ¡°No valen excusas, hay que actuar contra la contaminaci¨®n¡±

La Comisi¨®n Europea sentar¨¢ a Espa?a en el banquillo por no haber hecho lo suficiente para disminuir la contaminaci¨®n del aire. Tras a?os de avisos, ultim¨¢tums y perdones in extremis, Bruselas ha dicho basta.?Como adelant¨® el martes EL PA?S, ha anunciado que presentar¨¢ una denuncia contra Espa?a ante el Tribunal de Justicia de la Uni¨®n Europea que la expone a una sanci¨®n millonaria si no toma medidas para mejorar la calidad del aire y satisfacer as¨ª las exigencias comunitarias. Los problemas se centran, seg¨²n Bruselas, en tres zonas: Madrid, Barcelona y Baix Llobregat, donde se incumplen los l¨ªmites de di¨®xido de nitr¨®geno (NO₂), un contaminante vinculado al tr¨¢fico y la quema de combustibles f¨®siles responsable de problemas respiratorios y cardiacos. "La contaminaci¨®n atmosf¨¦rica est¨¢ en aumento. No valen excusas, hay que actuar contra la contaminaci¨®n", ha pedido el comisario de Medio Ambiente, Karmenu Vella.

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El periodo de gracia concedido por Bruselas en febrero de 2017, cuando abri¨® procedimientos de infracci¨®n a Alemania, Francia, Italia, Ruman¨ªa, Hungr¨ªa y Reino Unido, pero eximi¨® a Espa?a a ¨²ltima hora, ha tocado a su fin en pleno intento del Ayuntamiento de la capital espa?ola por revertir Madrid Central. El prop¨®sito del Consistorio de convertir a Madrid en la primera ciudad del continente que revierte una zona de bajas emisiones ¡ªque vetaba el acceso de los coches m¨¢s contaminantes al ¨¢rea c¨¦ntrica de la ciudad¡ª, ha actuado como detonante para quebrar la confianza del Ejecutivo comunitario en que exista una voluntad real de atajar el problema. Si bien las vulneraciones de la directiva de calidad del aire se remontan a mucho m¨¢s atr¨¢s, concretamente a su entrada en vigor en 2010. "Los ¨²ltimos datos sobre la calidad del aire facilitados por Espa?a confirman el incumplimiento sistem¨¢tico de las normas de la UE relativas a los valores de di¨®xido de nitr¨®geno", ha alertado la Comisi¨®n en un comunicado.

Ahora ser¨¢ la justicia europea, la que de no detectar progresos, dictamine si Espa?a debe pagar por ello como ya sucede en el expediente abierto por la falta de depuraci¨®n de las aguas urbanas. La denuncia no obligar¨¢ a Espa?a a rascarse el bolsillo a corto plazo. Primero debe haber una sentencia que constate que se ha quebrantado la ley, pero si no se corrige, Bruselas volver¨ªa a los tribunales para castigar econ¨®micamente esa inacci¨®n, en un proceso que puede durar a?os.

Donde s¨ª puede tener repercusiones inmediatas el movimiento de la Comisi¨®n es en el terreno pol¨ªtico. Si el debate ideol¨®gico ha sido insuficiente ¡ªal menos en el caso de Madrid¡ª para convencer a los dirigentes municipales de la necesidad de evitar contener las emisiones, la posibilidad, cada vez m¨¢s real, de ser se?alados como culpables del varapalo judicial y econ¨®mico a Espa?a, y en ¨²ltima instancia a sus propias arcas municipales, puede acelerar nuevas medidas para mejorar la calidad del aire. Aunque los Ayuntamientos tienen la mayor¨ªa de competencias para frenar las emisiones nocivas en sus municipios, en caso de sanci¨®n europea es el Estado el que paga inicialmente. No obstante, el Gobierno dispone de instrumentos para trasladar su coste a las Administraciones responsables.

El fen¨®meno de la contaminaci¨®n atmosf¨¦rica, visibilizado en la capital por las intermitentes boinas de poluci¨®n que ti?en de oscuro el cielo de Madrid, provoca, seg¨²n la Comisi¨®n Europea, la muerte prematura de 430.000 personas cada a?o solo en la UE, diez veces m¨¢s que los accidentes de tr¨¢fico. Sus c¨¢lculos estiman que la mala calidad del aire acorta la vida una media de siete meses, est¨¢ detr¨¢s de enfermedades como el asma o la bronquitis, da?a la vegetaci¨®n y la vida animal, y tiene un impacto econ¨®mico multimillonario por sus efectos sobre las cosechas, las bajas laborales, los cuidados sanitarios y el deterioro de los edificios.