El grito feminista retumba en M¨¦xico

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'Los peligros del relato patriarcal', por Brenda Lozano

El ?ngel de la Independencia de Ciudad de M¨¦xico amaneci¨® hace unos d¨ªas con pintadas que narraban la realidad de un pa¨ªs: ¡°M¨¦xico feminicida¡±, porque cada cuatro minutos una mujer sufre una violaci¨®n; ¡°Autodefensa ya¡±, porque las denuncias por delitos sexuales han aumentado un 20% en lo que va de a?o en un pa¨ªs donde el 93% de los delitos queda sin resolver. Tambi¨¦n ¡°Nunca m¨¢s tendr¨¢n la complicidad de nuestro silencio¡±, porque cientos de mujeres mexicanas han decidido que su grito de hartazgo resuene cada vez con m¨¢s fuerza, por las miles, millones, que no lo pueden hacer.

La violaci¨®n de una menor de 17 a?os presuntamente por cuatro polic¨ªas fue el detonante de las ¨²ltimas protestas ante la inacci¨®n de las autoridades de Ciudad de M¨¦xico, gobernada por una mujer, progresista, Claudia Sheinbaum, cuya primera reacci¨®n fue decir que no caer¨ªa en provocaciones cuando lanzaron glitter (brillantina, diamantina) contra uno de sus funcionarios. Las manifestaciones de los ¨²ltimos d¨ªas, no obstante, son la constataci¨®n del auge del movimiento feminista en M¨¦xico.

La movilizaci¨®n de las mujeres no es nueva. En 2016, despu¨¦s de que la etiqueta #MiPrimerAcoso visibilizara la frecuencia con la que las mexicanas padecen el acoso en las calles, las mujeres salieron a denunciar. Tres a?os despu¨¦s, la situaci¨®n es igual o m¨¢s alarmante: el movimiento Me Too logr¨® que las mujeres rompieran el silencio con una ¨²nica voz; las manifestaciones han subido el tono y cuentan con m¨¢s participaci¨®n. A trav¨¦s de s¨ªmbolos como la diamantina, las mujeres se han plantado en las principales calles de la ciudad. El movimiento feminista ha encontrado en las mexicanas tanto el hartazgo ante una situaci¨®n que las pone en desventaja, como un alto potencial de organizaci¨®n para la movilizaci¨®n social. ¡°El feminismo est¨¢ en las calles, en los medios y en las redes. Algunas veces llega diluido, pero existen diferentes corrientes. Es una nueva generaci¨®n que no tiene canales de di¨¢logo, no tiene oportunidades y que no les queda m¨¢s que manifestarse¡±, describe Valentina Zendejas, subdirectora del Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir.

El auge del movimiento feminista en M¨¦xico va en consonancia con las movilizaciones globales, caso de pa¨ªses como Espa?a, Argentina, Brasil o Estados Unidos. La marea verde de Argentina ¡ªque promueve el derecho al aborto en ese pa¨ªs¡ª lleg¨® a tocar a la mujeres mexicanas, que tambi¨¦n adoptaron el pa?uelo verde para exigir su derecho a decidir sobre sus cuerpos. Pese a que existen diferencias culturales, las mujeres de esos pa¨ªses han encontrado puntos en com¨²n que se difunden con rapidez a trav¨¦s de las redes sociales. ¡°Son mujeres muy j¨®venes que protestan en una reacci¨®n a la violencia patriarcal. Usan mucho las redes sociales y le dan un car¨¢cter internacional a la protesta¡±, explica.

M¨¦xico tiene, no obstante, un claro elemento que lo diferencia de cualquier pa¨ªses del mundo: la violencia generalizada y la falta de respuesta de las autoridades. En el pa¨ªs latinoamericano son asesinadas en promedio unas 100 personas al d¨ªa, al menos tres son v¨ªctimas de feminicidios, seg¨²n los datos oficiales. La perpetua imagen de la violencia ha permeado entre los mexicanos todos los d¨ªas desde hace m¨¢s de una d¨¦cada y ya ha exacerbado a varios grupos, entre ellos a las mujeres. ¡°Existe un contexto generalizado de violencia en M¨¦xico y la violencia contra las mujeres es mucho m¨¢s extrema que en otro pa¨ªses. Es curioso que sea el movimiento feminista el que sale a las calles a manifestarse contra la violencia y contra un sistema de justicia inoperante¡±, asegura la experta del Simone de Beauvoir . Como recalca Zendejas, la mecha que ha prendido y que lejos de apagarse por la organizaci¨®n de diferentes colectivos va camino de convertirse en llamarada, es el resultado de una ¡°rabia leg¨ªtima ante la inoperancia del Gobierno durante much¨ªsimos a?os¡±.

La llegada al poder del primer presidente de izquierda del pa¨ªs, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador y de la primera mujer electa jefa de gobierno de la capital insufl¨® un atisbo de esperanza para los movimientos por los derechos civiles. L¨®pez Obrador ha prometido, en general, abordar con una perspectiva distinta a la de sus antecesores los principales problemas de M¨¦xico. La expectativa sobre las acciones del Gobierno mexicano respecto a la violencia contra las mujeres es alt¨ªsima. El Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) se encuentra evaluando las principales problem¨¢ticas alrededor de las mexicanas, aunque ya reconoce que este g¨¦nero carece de acceso a la justicia y que padecen significativamente la brecha salarial.

Sin embargo, hasta ahora L¨®pez Obrador no ha conseguido disminuir los niveles de violencia que asolan al pa¨ªs ni reducir el n¨²mero de feminicidios. El presidente que ha hecho de los s¨ªmbolos y los gestos su bandera de gobierno, no ha logrado siquiera tener uno para con las mujeres. Despu¨¦s de las protestas de los ¨²ltimos d¨ªas, cuando se le pregunt¨® si ten¨ªan un plan para reducir los feminicidios, su respuesta fue decir que la Guardia Nacional, es decir, los militares, ten¨ªan una estrategia para erradicarlos.