¡°Yo solo quer¨ªa que se callase el ni?o. No quer¨ªa matarle¡±
Ana Julia Quezada dice en su declaraci¨®n que quer¨ªa suicidarse y que coloc¨® la camiseta de Gabriel para que la detuvieran
-?Dio muerte al hijo de su pareja sentimental?
-S¨ª
Ana Julia Quezada ha contestado as¨ª a la primera pregunta de la fiscal Elena Fern¨¢ndez. Comenzaban los 100 minutos de declaraci¨®n en los que ha respondido solo a su abogado y al Ministerio Fiscal durante el juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Almer¨ªa por matar al peque?o Gabriel Cruz. Poco antes, la juez Alejandra Dodero le hab¨ªa preguntado si se declaraba culpable o inocente de los cargos de asesinato con premeditaci¨®n y da?o psicol¨®gico a los padres del ni?o de los que se le acusan. ¡°Inocente¡±, contest¨®.
Quezada, a ratos sollozando, otras elevando la voz, interrumpi¨¦ndose a si misma al pedir perd¨®n por su crimen, ha variado su versi¨®n de lo ocurrido el 27 de febrero de 2018 en una finca de Rodalquilar cuando mat¨® al ni?o de ocho a?os hijo de ?ngel Cruz, entonces su pareja. Y tambi¨¦n su relato sobre hechos relevantes de los 11 d¨ªas de b¨²squeda del peque?o y de las circunstancias de su detenci¨®n. Los nueve miembros del jurado y el tribunal han conocido dos novedades, que pretend¨ªa suicidarse y que coloc¨® la camiseta del ni?o no para despistar sobre su paradero, sino porque deseaba ser atrapada.
-Yo quer¨ªa que me encontraran. Quer¨ªa que me cogieran. No pod¨ªa m¨¢s.
Lo dijo con la voz transformada por el llanto.
La fiscal le hizo notar que, ante el juez instructor, hab¨ªa afirmado que puso la camiseta del pececito, como llamaban a Gabriel, un ni?o fascinado por el mar, en un ca?averal "porque quer¨ªa darle esperanzas" al padre.
Los integrantes del jurado, de tres en tres, tuvieron que acercarse para escuchar el susurro de la acusada dentro del coche despu¨¦s de desenterrar al peque?o y meterlo en el maletero el 11 de marzo, d¨ªa de su detenci¨®n. El audio reproducido en la sala solo permit¨ªa o¨ªr, rotundos e inquietantes, los portazos que daba Quezada. ¡¤¡±A ver lo que voy a hacer contigo. D¨®nde te voy a llevar. A un invernadero¡±, pudieron adivinar. Pero ella pretend¨ªa, seg¨²n cont¨® esta vez, llevar el cad¨¢ver del ni?o al garaje de V¨ªcar donde viv¨ªan, ¡°subir a casa y escribir dos cartas", una para ?ngel y otra para su hija, explic¨¢ndoles qu¨¦ hab¨ªa pasado.
-Pidiendo perd¨®n. Quer¨ªa dejar a mi perra en la cocina con agua y comida y la puerta de la terraza abierta. Y coger todos los medicamentos que llevaba, tom¨¢rmelos y echarme en el sof¨¢.
Quezada, a preguntas de la fiscal, ha relatado otra vez la muerte de Gabriel. Cuando llegaron a la finca de Rodalquilar que estaban rehabilitando, el ni?o se puso a jugar con un hacha.
-Le dije: 'D¨¦jala que te puedes hacer da?o'. Empez¨® a gritar: 'A m¨ª no me mandas que no eres mi madre. Eres negra, fea, tienes la nariz fea, no quiero que est¨¦s con mi padre. Quiero que mi padre se case con mi madre. Quiero que te vayas a tu pa¨ªs'. Chillando todo eso. Yo simplemente le tap¨¦ la boca, no quer¨ªa hacerle da?o al ni?o. Solo quer¨ªa que se callara. No quer¨ªa matar al ni?o¡±. Ah¨ª Quezada se alter¨®, sollozando.
Poco antes ella hab¨ªa dicho que Gabriel era un cr¨ªo educado con el que no hab¨ªa tenido problemas. Tambi¨¦n otro testigo, el psic¨®logo Francisco Mart¨ªn hab¨ªa recalcado que el ni?o era "especialmente correcto, sensible, de una nobleza espectacular"
.La fiscal ha querido mostrar que hubo premeditaci¨®n en la muerte: ¡°?Recuerda si lo lanz¨® contra la pared?¡± ¡°No¡± ¡°?Recuerda si el ni?o pataleaba?¡±No. ¡°?Ten¨ªa sangre en las manos?¡±No lo recuerdo¡±?Por qu¨¦ no llam¨® a una ambulancia?¡¯ ¡°?No pod¨ªa llamar a nadie!¡±, grit¨® la acusada. Estaba nerviosa, dijo. Bloqueada. No paraba de repetirlo.
"Empec¨¦ a fumar como loca. Sal¨ªa, entraba, sal¨ªa, entraba. No sab¨ªa lo que hac¨ªa. En ese tiempo fum¨¦ cuatro, cinco, seis, siete, ocho cigarros", ha proseguido. En ese momento, "veo una pala y decido hacer un agujero". "Dej¨¦ al ni?o y sal¨ª a hacer una peque?a fosa con una pala que hab¨ªa en el jard¨ªn. Esa pala la ¨ªbamos a usar para arreglar el jard¨ªn, como el hacha y otras herramientas¡±.
La pala, grande, con la plancha oxidada, y el hacha, de peque?as dimensiones, fueron mostradas al jurado. Tambi¨¦n la toalla rosa con la que Quezada cubri¨®, no totalmente, el cuerpo del ni?o tras desenterrarlo d¨ªas despu¨¦s.
La acusada cont¨® que arrastr¨® el cad¨¢ver fuera y lo meti¨® "en el agujero¡±. Regres¨® a la habitaci¨®n a por el hacha porque se le qued¨® "una manita fuera a Gabriel". Le dio varios golpes [le rompi¨® los huesos del brazo cerca de la mu?eca] pero no pudo seguir. "As¨ª que lo tap¨¦ con tierra", ha relatado.
El jurado pudo viajar tambi¨¦n al d¨ªa 11 de marzo, cuando Ana Julia, ya vigilada por la Guardia Civil, desenterr¨® al ni?o y aprovech¨® que el padre estaba con su expareja. ¡°Llego a la finca. Le tiro cuatro piedras a mi perra, destapo a Gabriel. Le intento tocar pero no puedo¡±.
Entonces se muestran las fotos realizadas por la Guardia Civil. El ir y venir de ella hacia el maletero y con el cuerpo del ni?o.
La fiscal le pregunta por sus b¨²squedas en el ordenador: ¡°?Busc¨® un video con las 10 plantas m¨¢s venenosas?¡± La acusada contest¨® que ten¨ªa una familiar esteticienne en la Rep¨²blica Dominicana que preparaba mascarillas con esos ingredientes.
A pesar de la negativa de Quezada a responder a sus cuestiones, el abogado de la acusaci¨®n particular, Francisco Torres, ha querido que estas consten en acta. Ha planteado c¨®mo se explicaba Quezada la hemorragia cerebral masiva que aparec¨ªa en la autopsia, si Gabriel le ayud¨® a bajar del coche la pala y el hacha, y si hab¨ªa intentado envenenar al ni?o con antelaci¨®n, ¡°ya que tuvo dos episodios de gastroenteritis despu¨¦s de estar los martes con la pareja¡± o si, al desnudarle, la acusada pensaba descuartizar el cad¨¢ver.
El abogado defensor, Esteban Hern¨¢ndez, s¨ª que pregunt¨® a Quezada por algunos de estos hechos: ella dijo que la pala y el hacha estaban en la finca, y que en ning¨²n momento intent¨® envenenar a Gabriel.
La sesi¨®n de ma?ana y tarde ha incluido la declaraci¨®n de 10 personas m¨¢s. Entre ellas, cuatro familiares directos de Gabriel: sus padres, ?ngel Cruz y Patricia Ram¨ªrez, su prima Mabel, y Carmen Sicilia, abuela del ni?o de ocho a?os. Lo han hecho por la tarde a puerta cerrada, sin presencia de prensa ni se?al de televisi¨®n. Tambi¨¦n separados por un biombo para no tener contacto visual en ning¨²n momento con Quezada, menos la madre del peque?o, que quiso prescindir del panel.
La mujer ha llegado minutos antes de las nueve de la ma?ana a la Audiencia Provincial de Almer¨ªa. Se enfrenta a una condena de prisi¨®n permanente revisable por asesinato con alevos¨ªa que pide tanto la Fiscal¨ªa como la acusaci¨®n particular, adem¨¢s de 10 a?os por dos delitos de lesiones ps¨ªquicas a los progenitores. Un jurado popular, conformado por siete mujeres y dos hombres, decidir¨¢ sobre la pena.
El proceso judicial arranc¨® ayer lunes bajo una gran expectaci¨®n medi¨¢tica con la conformaci¨®n del jurado y la lectura de los informes previos por parte del ministerio fiscal, la acusaci¨®n particular y la defensa de la principal acusada. El abogado de la familia de Gabriel asegur¨® que el menor estuvo agonizando entre 45 y 90 minutos desde que su presunta asesina le propinase los primeros golpes hasta que le asfixiara.
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