Par¨ªs y otras cuatro grandes ciudades francesas proh¨ªben los pesticidas

Par¨ªs y otras cuatro grandes ciudades francesas han anunciado este jueves que prohibir¨¢n por decreto el uso de pesticidas en su territorio. La medida, como ha recordado de inmediato la ministra de Transici¨®n Ecol¨®gica, Elisabeth Borne, y admiten los propios alcaldes de la capital y de Clermont-Ferrand, Grenoble, Lille y Nantes, es m¨¢s que nada simb¨®lica. De hecho, el uso de pesticidas en grandes zonas urbanas est¨¢ ya muy restringido por ley. Pero supone, y as¨ª lo han declarado abiertamente los regidores municipales, un gesto que busca aumentar la presi¨®n para que el Gobierno, que acaba de lanzar una consulta popular para determinar una distancia de seguridad entre los cultivos que usen plaguicidas y zonas habitadas, act¨²e de forma m¨¢s decidida contra unos productos que cada vez m¨¢s ciudadanos consideran un riesgo para la salud y el medioambiente.

¡°Se trata de iniciar una acci¨®n concertada para obligar a cambiar la ley y lograr la salvaguarda del patrimonio inestimable de la biodiversidad de nuestros territorios y de la salud de nuestros ciudadanos¡±, explican las cinco ciudades en un comunicado conjunto.

Con su anuncio, las grandes urbes se unen a la batalla de los alcaldes rurales iniciada este verano en todo el pa¨ªs. Un tribunal administrativo ratific¨® en agosto la suspensi¨®n del decreto del alcalde de la localidad bretona de Langou?t, Daniel Cueff, que en mayo prohibi¨® la utilizaci¨®n del glifosato y otros pesticidas a menos de 150 metros de ¡°toda parcela catastral que comprenda un edificio de residencias u oficinas¡±. Seg¨²n los jueces, con esta medida Cueff se hab¨ªa excedido en sus funciones, ya que la reglamentaci¨®n de los pesticidas, indicaron, es potestad del Ministerio de Agricultura. Aun as¨ª, durante el verano, varias decenas de alcaldes emitieron decretos similares, en desaf¨ªo al Gobierno central. Muchas de estas medidas han sido ya recurridas ante la justicia por los prefectos ¡ªlos representantes del Estado en los territorios del pa¨ªs¡ª de todo el mapa. En su comunicado, las alcaldesas socialistas de Par¨ªs, Anne Hidalgo; de Lille, Martine Aubry, y de Nantes, Johanna Rolland, as¨ª como sus colegas de Clermont-Ferrand, el tambi¨¦n socialista Olivier Bianchi, y de Grenoble, el ecologista ?ric Piolle, subrayan su ¡°apoyo a los alcaldes que ya han emitido decretos prohibiendo el uso de productos fitosanitarios qu¨ªmicos¡±.

La respuesta de la ministra de Transici¨®n Ecol¨®gica ha sido la iron¨ªa. ¡°Gracias a las cinco comunas por haber confirmado que respetar¨¢n la ley: desde el 1 de enero de 2017, est¨¢ prohibido el uso de pesticidas en espacios p¨²blicos y, desde el 1 de enero de 2019, en los de particulares¡± que solo pueden usar desde comienzos de a?o productos fitofarmac¨¦uticos de origen natural, tuite¨® Borne, para quien, por tanto, el anuncio no es m¨¢s que un ¡°golpe de efecto propagand¨ªstico¡±.

De hecho, indica la Agencia France Presse, el ¨²nico espacio donde ser¨ªa a¨²n aplicable el nuevo decreto en las grandes ciudades son los espacios verdes privados no abiertos al p¨²blico, como las copropiedades de terrenos gestionadas por empresas. Por ejemplo, la compa?¨ªa nacional de ferrocarril SNCF, que es una de los grandes usuarios de glifosato para quitar las hierbas de sus v¨ªas y sus alrededores.

Este lunes, el Gobierno lanz¨® una consulta de tres semanas para determinar un per¨ªmetro de seguridad entre los cultivos que usan pesticidas y las zonas habitadas en todo el pa¨ªs, aunque la medida afecta sobre todo a las comunidades rurales donde los campos colindan a menudo con las viviendas. Pero su propuesta de establecer una distancia de entre diez y cinco metros ha sido muy criticada por organizaciones ecologistas ¡ªy los propios alcaldes rurales ¡°rebeldes¡±¡ª que las consideran insuficientes.

La teniente alcalde de Par¨ªs C¨¦lia Blauel respondi¨® a la ministra por la misma v¨ªa, Twitter, y con similar tono, indicando que el susodicho ¡°golpe de efecto representa en Par¨ªs 600 hect¨¢reas¡± y que adem¨¢s, esta medida ¡°arroja luz sobre un verdadero problema de salud y de medioambiente¡±. ¡°Pero es verdad, seamos serios, la limitaci¨®n a diez metros es la soluci¨®n¡±, ironiza la tambi¨¦n presidenta de la empresa p¨²blica que gestiona el agua potable en la capital francesa.