Buscar a Gabriel cost¨® 200.000 euros
El jurado popular ve las fotos del cad¨¢ver del ni?o en el maletero del coche de la autora confesa de la muerte
Buscar al peque?o Gabriel durante las 12 intensas jornadas de febrero y marzo de 2018 cost¨® al menos 200.000 euros. Es un c¨¢lculo de m¨ªnimos, seg¨²n expuso este viernes el coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Almer¨ªa, Arturo Prieto Bozec, ante el jurado popular que juzga a Ana Julia Quezada por matar el peque?o de ocho a?os, hijo de su pareja de entonces.
Bozec abri¨® las comparecencias de la sesi¨®n. Cont¨® entonces que la b¨²squeda supuso la ¡°implicaci¨®n de un mont¨®n de unidades diferentes¡±, con unas circunstancias de b¨²squeda espec¨ªficas: ¡°El hecho de ser un ni?o y tener movimientos m¨¢s imprevisibles implica m¨¢s personal, m¨¢s tiempo¡±. Y explic¨® que el c¨¢lculo de los 200.203,38 euros se hab¨ªa hecho teniendo en cuenta el coste del personal con menor graduaci¨®n y los gastos de alojamiento y manutenci¨®n.
En la sesi¨®n el jurado tuvo que ver las fotos m¨¢s duras del juicio hasta el momento. Las del cad¨¢ver del ni?o en el maletero del peque?o Nissan azul de la acusada, incorporadas al sumario. Una silueta cubierta por una toalla de playa rosa y recostada en el habit¨¢culo. Mientras la sala, ante las preguntas de la fiscal al guardia civil, conten¨ªa la respiraci¨®n, Quezada miraba al suelo. Los agentes fueron aportando mucha informaci¨®n y muchos detalles sobre el hallazgo seg¨²n las preguntas de la fiscal. Hallaron un pa?uelo de papel usado, un cubo de fregona, unos guantes negros y una mochila con varios juegos de llaves, la parte superior de una llave partida y medicinas.
Una zanja m¨ªnima
Otros dos guardias civiles detallaron los movimientos de Quezada el d¨ªa del crimen. Concluyeron que la mujer estuvo en la finca de Rodalquilar donde dio muerte al ni?o m¨¢s de tres horas. Por la ma?ana, Quezada estuvo en Campohermoso ( N¨ªjar). Sobre las dos de la tarde se march¨® a la casa de la abuela, en Las Hortichuelas Bajas. A las 15.46 es la ¨²ltima conexi¨®n a su tel¨¦fono. Estuvo una hora y 52 minutos sin usar el m¨®vil, volvi¨® a estar activo a las 17.39. Seg¨²n los agentes, ¡°no se puede saber de qu¨¦ tipo al no estar intervenido¡±. A las 19.04 ya es otra antena la que da cobertura al m¨®vil de la autora confesa del crimen, un repetidor del casco urbano de Rodalquilar. Minutos m¨¢s tarde una c¨¢mara la graba pasando por all¨ª.
Ana Julia Quezada enterr¨® al ni?o en una m¨ªnima zanja de 10 cent¨ªmetros de profundidad, 40 de ancho y 60 de longitud, junto a una alberca, seg¨²n contaron los dos agentes que practicaron la inspecci¨®n ocular tras producirse la detenci¨®n. Al otro lado lado hab¨ªa un martillo, un hacha apoyada en un muro de hormig¨®n, una peque?a mancha de sangre en el marco de aluminio de la puerta que daba de la casa al jard¨ªn y un resto biol¨®gico en un interruptor.
El final de la sesi¨®n centr¨® la atenci¨®n en el ADN hallado en el hacha con la que supuestamente jugaba el peque?o Gabriel la tarde de su muerte y con la que la aurora confesa del crimen trat¨® de seccionar su mu?eca derecha. Se encontraron restos del peque?o en la cabeza de la herramienta y en la parte superior del mango. ¡°?Significa eso que solo la toc¨® ¨¦l o que alguien que le hubiera tocado, como Quezada, pudiera dejar ese rastro?¡±, pregunt¨® la fiscal. Los agentes respondieron, con todas las reservas, que las dos posibilidades exist¨ªan.
¡°?Y tambi¨¦n lo es que esos restos est¨¢n as¨ª porque pudieron golpear con el hacha a Gabriel?¡±, inquiri¨® Francisco Torres, el abogado de la familia. ¡°S¨ª, por supuesto¡±, respondi¨® uno de ellos.
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