El violador m¨²ltiple de M¨¢laga sale de prisi¨®n con un permiso en contra del criterio de la junta de Tratamiento
Es el quinto permiso que le concede el juez de vigilancia penitenciaria en un a?o
Entre 1997 y 2002, Juan Carlos G¨®mez Rubio viol¨® a 13 mujeres y cometi¨® 11 agresiones sexuales en grado de tentativa. Es lo que consider¨® probado en 2005 la Audiencia de M¨¢laga, que conden¨® a este profesor de Educaci¨®n F¨ªsica a 271 a?os y medio de prisi¨®n. Solo deb¨ªa cumplir el m¨¢ximo posible con las leyes de aquel momento, es decir, 20 a?os. Hoy, tras algo m¨¢s de 17 a?os preso puede disfrutar de un permiso domiciliario de seis d¨ªas de la prisi¨®n de Albolote (Granada), donde ha estado recluido los ¨²ltimos nueve a?os. Su salida se produce a pesar de los informes en contra de la junta de tratamiento de la c¨¢rcel, que fueron avalados por la Secretar¨ªa General de Instituciones Penitenciarias, adem¨¢s de la oposici¨®n de la Fiscal¨ªa y de las v¨ªctimas.
Su destino durante estos d¨ªas ser¨¢ M¨¢laga, precisamente la ciudad en la que asaltaba a las mujeres, a las que no podr¨¢ acercarse porque G¨®mez Rubio cuenta con 18 ¨®rdenes de alejamiento. Estas le impiden estar a menos de 2.000 metros de las v¨ªctimas ni comunicarse con ellas en los 15 a?os posteriores a su salida de la c¨¢rcel. Las agresiones las realizaba principalmente en los domicilios de las agredidas, a los que acced¨ªa haci¨¦ndose pasar por fontanero, electricista o t¨¦cnico del gas. Una vez dentro, las amenazaba con un arma blanca.
Este es el quinto permiso de salida del recluso, que ahora tiene 46 a?os. Viene disfrut¨¢ndolos desde hace aproximadamente un a?o por decisi¨®n del juez de vigilancia penitenciaria. Es precisamente el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria n¨²mero 5 de Andaluc¨ªa, con sede en Granada, el que dispuso a comienzos del pasado mes de septiembre el pase a tercer grado del preso. Un cambio de r¨¦gimen que a¨²n no se ha producido porque las v¨ªctimas recurrieron dicha medida y Prisiones est¨¢ a la espera de que el juez tome una decisi¨®n sobre el recurso.
La Audiencia de M¨¢laga indic¨® en su sentencia de 2005 que los beneficios penitenciarios y el tiempo necesario para acceder a otros grados carcelarios se calcularan sobre el total de la condena, 271 a?os. Sin embargo, en 2017, justo cuando el violador cumpl¨ªa las tres cuartas partes de condena efectiva -15 a?os- solicit¨® la aplicaci¨®n del ¡°r¨¦gimen general de cumplimiento¡±. En octubre de ese a?o, el juzgado emiti¨® un auto en el que afirmaba que el C¨®digo Penal permit¨ªa la aplicaci¨®n de ese r¨¦gimen general, aunque apuntaba que se har¨ªa ¡°con pron¨®stico favorable de reinserci¨®n social y oyendo previamente al Ministerio Fiscal, las dem¨¢s partes e Instituciones Penitenciarias¡±.
El juez escuch¨® la opini¨®n de la junta de tratamiento de la prisi¨®n granadina de Albolote, al Ministerio Fiscal y a las v¨ªctimas. Todas dijeron estar en contra de la concesi¨®n de los permisos. M¨¢s tarde, el tribunal analiz¨® detenidamente los informes de la c¨¢rcel y, finalmente, el juez de vigilancia penitenciaria public¨® un auto en el que permit¨ªa la aplicaci¨®n del r¨¦gimen general. En el documento explicaba que ¡°el penado est¨¢ participando en un programa de control de impulsos sexuales¡± y que ¡°ha observado muy buena conducta¡±. Tambi¨¦n que tiene el ¡°apoyo incondicional de su familia¡± y que ¡°su entorno familiar de origen se encuentra normalizado y es vinculante¡±. Y aunque reconoc¨ªa la ¡°extrema gravedad¡± de los delitos perpetrados por Rubio, consideraba que ello no imped¨ªa el acceso a ¡°beneficios penitenciarios, permisos de salida, progresiones en grado y acceso a la libertad condicional¡±. ¡°Existe un bajo riesgo de reincidencia¡±, conclu¨ªa el juez, que otorgaba as¨ª el r¨¦gimen general de cumplimiento. En la pr¨¢ctica, su decisi¨®n deroga parcialmente la sentencia donde se indicaba que los beneficios penitenciarios se hicieran sobre los 271 a?os.
A principios de este a?o, el preso solicit¨® el paso al tercer grado, r¨¦gimen que le permitir¨ªa salir de la prisi¨®n granadina para ir a un centro de inserci¨®n social (CIS). Y aunque la c¨¢rcel emiti¨® un informe contrario, el juez concedi¨® el tercer grado tras tomar en cuenta el recurso interpuesto por el violador en serie. La decisi¨®n est¨¢ recurrida por las v¨ªctimas y por ello G¨®mez Rubio sigue en segundo grado. En el caso de que el juez tampoco tenga en cuenta los argumentos de las mujeres, el interno pasar¨ªa a un CIS donde la junta de tratamiento decidir¨¢ cu¨¢nto tiempo estar¨¢ sin salir a la calle y cu¨¢ndo puede pasar algunas horas fuera e incluso trabajar en el exterior. En cualquier caso, salvo nuevas decisiones, el violador recuperar¨¢ su libertad en el a?o 2022.
De las 24 agresiones sexuales cometidas, 13 fueron efectivamente realizadas y 11 lo fueron en grado de tentativa porque las v¨ªctimas consiguieron evitarlo. G¨®mez Rubio tambi¨¦n fue condenado por dos delitos de robo con intimidaci¨®n, dos de lesiones, cinco de amenazas condicionales y tres faltas de lesiones. Tuvo que pagar una indemnizaci¨®n que superaba los 800.000 euros, aunque no ha sido posible conocer si la ha hecho efectiva. La sentencia no estableci¨® ning¨²n responsable civil subsidiario que se hiciera cargo en caso de impago.
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