Una acci¨®n clim¨¢tica para el empleo

Cuando el secretario general de Naciones Unidas, Ant¨®nio Guterres, convoc¨® la reciente Cumbre del Clima, su intenci¨®n declarada era la de conseguir elevar los compromisos de los pa¨ªses para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero. Seg¨²n alerta la comunidad cient¨ªfica, los acuerdos actuales son insuficientes para evitar que la concentraci¨®n de dichas emisiones en la atm¨®sfera dispare el aumento de la temperatura media del planeta por encima de los dos grados cent¨ªgrados, lo que causar¨ªa un cambio clim¨¢tico de consecuencias medioambientales, econ¨®micas y sociales literalmente catastr¨®ficas.

M¨¢s de 70 pa¨ªses han elevado sus compromisos, destacando la Uni¨®n Europea, que ha anunciado que sus objetivos de reducci¨®n para 2030 se elevar¨¢n del 40% al 50% e incluso podr¨ªan elevarse al 55%. Esos son resultados tangibles de la cumbre. Sin embargo, este avance es claramente insuficiente para despejar el problema, ya que las emisiones seguir¨¢n aumentado a niveles alarmantes pues los que mayores cantidades emiten no han modificado sus compromisos.

Pero el secretario general de Naciones Unidas no ten¨ªa solo ese objetivo, sino tambi¨¦n ¡ªconociendo las dificultades que presentan algunos Gobiernos para asumir sus responsabilidades clim¨¢ticas¡ª otros complementarios: dar un toque de atenci¨®n a la opini¨®n p¨²blica y al mundo sobre la emergencia clim¨¢tica, as¨ª como favorecer la articulaci¨®n de iniciativas por parte de los Gobiernos m¨¢s comprometidos y la sociedad civil para hacer avanzar una agenda transformadora.

La medi¨¢tica presencia en Nueva York de la adolescente Greta Thunberg ¡ªque se ha erigido leg¨ªtimamente en la voz de las generaciones futuras¡ª, con un mensaje implacable en su denuncia y exigente en sus demandas, dando lugar a un movimiento juvenil sin precedentes, ha logrado un enorme impacto en la opini¨®n p¨²blica de consecuencias duraderas.

Por su parte, los demoledores informes cient¨ªficos del Panel Intergubernamental de Cambio Clim¨¢tico, que alertan sobre el indudable incremento de la velocidad de deshielo de los glaciares y ¨¢reas polares, y de la alarmante subida del nivel del mar en las ¨¢reas pobladas, han encontrado un enorme eco en la opini¨®n p¨²blica, y han contribuido tambi¨¦n a volver a situar la emergencia clim¨¢tica en la agenda pol¨ªtica.

Adem¨¢s, uno de los hechos m¨¢s prometedores de la cumbre ha sido la presentaci¨®n de numerosas propuestas y programas de acci¨®n que involucran a Gobiernos, instituciones y sociedad civil, incluidos los sindicatos y las empresas, para articular mecanismos de transici¨®n justa en el proceso de transici¨®n energ¨¦tica, que han confluido en la iniciativa Acci¨®n clim¨¢tica por el empleo. Porque para reducir las emisiones no basta con decirlo, hay que organizar la sustituci¨®n de los combustibles f¨®siles, que son la base de los sistemas energ¨¦ticos desde los albores de la revoluci¨®n industrial hasta nuestros d¨ªas, por fuentes renovables de energ¨ªa; y hay que reducir dr¨¢sticamente el consumo energ¨¦tico.

La transici¨®n ecol¨®gica y los impactos medioambientales afectar¨¢n a mil millones de puestos

Una transici¨®n de esa envergadura es muy compleja, porque solo se puede hacer con enormes cambios en los sistemas de generaci¨®n de energ¨ªa el¨¦ctrica, en los modos de transporte y movilidad, en las t¨¦cnicas y materiales de edificaci¨®n y en los procesos productivos y de consumo agroalimentarios, con enormes impactos positivos y negativos en los empleos asociados. Mil millones de puestos de trabajo, un tercio del empleo mundial, se ver¨¢n afectados de alguna manera por los impactos medioambientales y por los procesos de transici¨®n ecol¨®gica. Seg¨²n los estudios de la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo (OIT), los empleos que se perder¨¢n para 2030 a causa de los programas de transici¨®n energ¨¦tica hacia econom¨ªas bajas en carbono ser¨¢n seis millones; son muchos empleos, pero son cuatro veces menos de los 24 millones que se crear¨¢n. El problema por lo tanto no es el volumen de empleo, que saldr¨¢ beneficiado con la transici¨®n, sino que los empleos que se crean no lo hacen en el mismo momento ni en el mismo lugar que los que se destruyen, lo que requiere organizar un proceso de transici¨®n justa para que nadie se quede en la cuneta.

Por eso es tan estimulante el lanzamiento de la iniciativa Acci¨®n clim¨¢tica por el empleo, que llama a los pa¨ªses a formular planes nacionales para una transici¨®n justa, mientras crean trabajo decente y empleos verdes, con medidas espec¨ªficas que incluyen pol¨ªticas de protecci¨®n social innovadoras para proteger a los trabajadores y los grupos vulnerables, incentivos econ¨®micos para apoyar e incentivar la transici¨®n de las empresas hacia la producci¨®n de bienes y servicios respetuosos del medio ambiente, y mecanismos de di¨¢logo social inclusivo para alcanzar un consenso a favor del cambio. Las protestas de los llamados chalecos amarillos son reveladoras de hasta qu¨¦ punto es necesario ese di¨¢logo en la toma de decisiones controvertidas por su impacto social inmediato.

Espa?a, que ha venido desempe?ando un rol destacado en esta cumbre, coliderando en el seno de Naciones Unidas la agenda social del cambio clim¨¢tico, ha anunciado expresamente su compromiso de situarse a la vanguardia para promover junto a la OIT esta iniciativa a favor de una transici¨®n justa.

As¨ª sea.

Joaqu¨ªn Nieto es director de la Oficina de la OIT para Espa?a.