Afrontar la emergencia clim¨¢tica sin olvidar la transici¨®n justa

En los ¨²ltimos tiempos, y gracias al empuje de la sociedad civil y de la comunidad cient¨ªfica, hemos logrado resumir en dos palabras el mayor desaf¨ªo al que, probablemente, se ha enfrentado la humanidad: la emergencia clim¨¢tica.

Los efectos del cambio clim¨¢tico impactan en las personas y en la econom¨ªa, destruyen nuestro patrimonio natural ¡ªuna riqueza de la que no somos propietarios¡ª y comprometen el futuro, que tampoco es nuestro sino de nuestros hijos y nietos.

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Editorial | Objetivo: salvar el planeta

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La cumbre clim¨¢tica m¨¢s europea

La buena noticia es que podemos convertir la acci¨®n frente a la emergencia clim¨¢tica en una oportunidad para construir una nueva prosperidad m¨¢s sostenible y equitativa. La ambici¨®n de los compromisos clim¨¢ticos debe ir de la mano de la modernizaci¨®n de la industria y los servicios, de la robustez de la econom¨ªa, del impulso a los nichos de empleo y adecuaci¨®n de las demandas laborales, y de una mayor protecci¨®n social para que los cambios que se produzcan no afecten negativamente a los m¨¢s vulnerables.

Por eso es relevante que el secretario general de Naciones Unidas, Ant¨®nio Guterres, fijara a la transici¨®n justa como uno de los ejes de la Cumbre de Acci¨®n Clim¨¢tica, que se celebra el lunes en Nueva York. La ONU reclama mayor ambici¨®n clim¨¢tica pero tambi¨¦n quiere que los pa¨ªses se comprometan a hacerlo con justicia social.

Hace unos meses, Espa?a asumi¨® con responsabilidad el encargo de liderar este eje de acci¨®n de cara a la cumbre. Hoy, podemos decir que, en Nueva York, m¨¢s de 30 pa¨ªses se comprometer¨¢n a desarrollar Planes Nacionales de Transici¨®n Justa, Trabajo Decente y Empleos Verdes. Con ellos, los pa¨ªses podr¨¢n identificar las nuevas oportunidades de empleo, las nuevas habilidades y capacidades, y las nuevas necesidades de formaci¨®n.

Los Gobiernos pueden y deben liderar, pero el desaf¨ªo nos corresponde a todos. Las empresas, por ejemplo, han de reflexionar sobre las implicaciones para el clima de su producci¨®n a lo largo la cadena de valor, y sobre c¨®mo desarrollan las l¨ªneas de negocio del futuro, c¨®mo actualizan la formaci¨®n y capacidades de los trabajadores, y c¨®mo garantizan que se cumpla los est¨¢ndares de la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo.

Es este sentido, multinacionales importantes, entre ellas algunas espa?olas, se han comprometido en nuestra coalici¨®n a que los empleos de sus nuevas operaciones, sus empleos verdes, respeten los derechos fundamentales en el trabajo y ofrezcan salarios decentes, derecho a pensiones y protecci¨®n de la salud en todos los pa¨ªses donde operen. Y a contratar solo con empresas auxiliares que tambi¨¦n lo hagan.

Las organizaciones sindicales, por su parte, deben combinar la negociaci¨®n sobre las condiciones de los trabajos de hoy con una apuesta por los empleos de ma?ana, por defender los intereses de los trabajadores j¨®venes.

Los efectos del cambio clim¨¢tico impactan en las personas y en la econom¨ªa, destruyen nuestro patrimonio y comprometen el futuro, que no nuestro sino de nuestros hijos y nietos

El trabajo que presentamos en la cumbre se nos encomend¨® por la labor realizada alrededor de la Transici¨®n Justa y el Plan de Acci¨®n Urgente para comarcas mineras y centrales en cierre en Espa?a. Se trata de uno de los tres pilares de nuestro trabajo en el Marco Estrat¨¦gico Energ¨ªa y Clima, junto con el Plan Nacional Integrado de Energ¨ªa y Clima y el anteproyecto de ley de cambio clim¨¢tico.

Hemos decidido mirar de frente a la emergencia clim¨¢tica, comenzar a afrontar los desaf¨ªos de cara a la descarbonizaci¨®n y trabajar en un proyecto para el pa¨ªs que priorizar¨¢ la protecci¨®n de los m¨¢s vulnerables y la cohesi¨®n territorial.

?gilmente hemos tenido que buscar soluciones innovadoras para mantener y generar empleo local en las zonas donde estaban previstos cierres mineros. Estamos elaborando convenios de transici¨®n en los territorios afectados, una parte importante de los cuales deber¨¢ pivotar en la transici¨®n energ¨¦tica local. Por eso, y por justicia con los territorios, entendemos la capacidad de acceso de evacuaci¨®n para nuevas instalaciones como un activo del propio territorio. En su concesi¨®n, se ponderar¨¢n los beneficios econ¨®micos, ambientales y sociales que se aporten a la zona.

Adem¨¢s, trabajamos en los instrumentos para organizar subastas de renovables espec¨ªficas que acerquen, por otro ¨¢ngulo, los desarrollos renovables a los territorios que pierden su producci¨®n t¨¦rmica; y en la convocatorias de ayuda que empiecen a apoyar proyectos de almacenamiento.

Sabemos que el futuro de estas zonas pasar¨¢ por la explotaci¨®n econ¨®mica de sus recursos end¨®genos, que no tienen por qu¨¦ ser energ¨¦ticos, y que hay que apoyar inversiones en las explotaciones industriales, agr¨ªcolas o tur¨ªsticas que conformen un contexto econ¨®mico de oportunidades que sirva de barrera frente a la despoblaci¨®n.

La acci¨®n clim¨¢tica es una obligaci¨®n moral con los m¨¢s vulnerables y con las futuras generaciones, pero tambi¨¦n supone una oportunidad sin precedentes para transformar nuestro modelo econ¨®mico, crear empleo de calidad, ganar en seguridad energ¨¦tica, salud e innovaci¨®n, y posicionar a nuestro pa¨ªs en el liderazgo de las tecnolog¨ªas que dominaran las pr¨®ximas d¨¦cadas. Y, ante todo, estamos decididos a hacerlo de manera justa.

Teresa Ribera es ministra para la Transici¨®n Ecol¨®gica del Gobierno de Espa?a en funciones.