Ser madre con enfermedad mental: ¡°Me dec¨ªan que lo mejor que me pod¨ªan hacer era quitarme a los ni?os¡±
Mujeres con trastornos psiqui¨¢tricos relatan las dificultades a las que se enfrentan y piden m¨¢s apoyos
Gema Juanas, de 43 a?os, desprende y contagia energ¨ªa. Vital y habladora, es la que rompe el hielo cuando se pide que alguna de las madres reunidas para este reportaje cuente su experiencia. Cuesta imaginarla hace ocho a?os, cuando estaba, como ella describe, ¡°rota, deshecha, porque lo hab¨ªa perdido todo¡±. Diagnosticada de esquizofrenia paranoide, de celos delirantes y con dos ni?os, entonces de cinco y tres a?os, no tomaba la medicaci¨®n. ¡°Hac¨ªa la vida imposible a mi pareja¡±, reconoce. As¨ª que cuando ¨¦l pidi¨® el divorcio, se qued¨® sin nada. ¡°Me quitaron la custodia de mis hijos, estaba en la calle, sin ingresos, con una vida absolutamente desestructurada¡±, recuerda con absoluta naturalidad.
Juanas forma parte del 43% de padres y madres con alg¨²n trastorno mental de la Comunidad de Madrid que, seg¨²n un estudio de la Universidad Complutense con la Fundaci¨®n Manantial, acaba perdiendo la tutela de sus hijos. Las enfermedades psiqui¨¢tricas, sobre todo en el caso de las madres, no solo las aboca en muchos casos a ser separadas de sus ni?os, con el sufrimiento que conlleva para todos, sino que tambi¨¦n afecta a la salud mental y al comportamiento de los peque?os. Para prevenir dicho riesgo y ayudar a estas mujeres, para las que ser madres es el mayor aliciente para cuidarse, la fundaci¨®n puso en marcha en 2011 Casa Verde.
¡°Es un proyecto para huir de los centros psiqui¨¢tricos, que parezca una casa, donde se sientan como en una familia¡±, explica su directora, la psic¨®loga Raquel del Amo. En este peque?o piso del barrio madrile?o de Vallecas reciben terapia embarazadas y madres con trastornos desde los m¨¢s graves, como la esquizofrenia o el bipolar, hasta otros que pueden afectar al v¨ªnculo con el ni?o, como el trastorno de ansiedad o el obsesivo compulsivo. Tambi¨¦n sus hijos y otros familiares que puedan suponer un apoyo y a la vez necesitarlo, como padres y abuelos. La entrevista tiene lugar en el sal¨®n, con un caf¨¦ y unos bollos para desayunar. Las seis madres presentes est¨¢n en confianza, y la reuni¨®n se convierte en una tertulia donde comparten experiencias por las que todas han pasado, como el miedo y el sentirse marcadas por los prejuicios sobre la enfermedad mental.
¡°Lo mejor que te pod¨ªan hacer es quitarte a los ni?os, porque no vas a poder¡±, le dec¨ªan a Juanas sus propios familiares. ¡°Nos hemos encontrado con ese tipo de obst¨¢culos; tenemos que luchar 20 veces m¨¢s que una madre normal¡±, dice. Al trastorno psiqui¨¢trico y a la dificultad inherente de la maternidad, que incluso en las mejores condiciones desborda a muchas mujeres, estas madres a?aden m¨¢s impedimentos. Muchas cuidan de sus hijos solas. En algunos casos, han sufrido malos tratos antes de ser abandonadas por sus parejas. La mayor¨ªa est¨¢ en paro o trabaja ¡°de lo que va saliendo¡±.
Tras perder la tutela, Juanas estuvo varios meses sin ver a sus hijos. Fue de las primeras en entrar en Casa Verde, derivada desde servicios sociales y el centro de salud mental. Aqu¨ª, el equipo, formado por una psic¨®loga de adultos y otra infantil, un trabajador social, una terapeuta ocupacional y un educador social, intercedi¨® para que pudiera ver a los ni?os varias horas a la semana, y la acompa?¨® en las distintas citas con el juez para ir cambiando el r¨¦gimen de visitas conforme mejoraba. ¡°Me animaron a buscar trabajo, a recuperar la autoestima, a creer que pod¨ªa salir adelante¡±. Y tambi¨¦n le dieron herramientas para criar y relacionarse con sus hijos. ¡°Te ense?an que no se les pega, a dialogar. Una madre ¡®normal¡¯, si el ni?o se porta mal en el parque, le da un par de azotes; si yo hago eso, el juez me los quita. Sientes que te est¨¢n juzgando por algo que no puedes evitar, que est¨¢ dentro de ti¡±, conf¨ªa.
"La enfermedad mental da miedo"
¡°La enfermedad mental da miedo, y cuando hay ni?os peque?os implicados, saltan todas las alarmas¡±, reconoce Carlos Rodr¨ªguez, el trabajador social de Casa Verde. Pero no solo a los dem¨¢s. ¡°El terror que ten¨ªa antes de ser madre era que mis hijos tuvieran lo mismo que yo. Ten¨ªa miedo, sobre todo por mi dolor¡±, cuenta Silvia Garc¨ªa, 45 a?os, con trastorno bipolar y dos ni?as de 13 y 8 a?os. ¡°Ves que la sociedad te dice que no puedes ser madre, y ese estigma se acaba convirtiendo en autoestigma y t¨² misma lo crees¡±, afirma. En su caso, el diagn¨®stico temprano, a los 20 a?os, y el trabajo con su psicoanalista le permitieron ¡°construir un proyecto de maternidad saludable¡±. ¡°Con el apoyo suficiente, una madre con un diagn¨®stico mental es capaz de cualquier cosa¡±, asegura.
Sin embargo, eso es lo dif¨ªcil. Por eso, las mujeres reunidas piden que se extiendan recursos como Casa Verde, un proyecto piloto que ha atendido en estos ocho a?os a 114 familias, con 135 ni?os y 147 adultos en total. ¡°Deber¨ªa haber una en cada barrio¡±, dice Rosa, de 49 a?os, y con dos hijas de 13 y 9 a?os. ¡°Nos orientan y dan pautas en situaciones en que no eres ni persona¡±. Auxiliar de geriatr¨ªa, ahora cuida de su exmarido, que padece esquizofrenia. Aunque se encuentra ¡°f¨ªsicamente fuerte¡±, se nota ¡°emocionalmente muy d¨¦bil¡±.
Joana Jim¨¦nez, de 37 a?os, acude aqu¨ª casi desde que se cre¨®. Lleg¨® con un trastorno adaptativo de la conducta con muchas crisis de ansiedad. ¡°Mi marido me abandon¨® cuando el ni?o ten¨ªa siete meses, venimos los dos a terapia semanal desde entonces¡±, cuenta. ¡°Ten¨ªa la autoestima muy baja, mi ex me maltrataba, mi hijo me estorbaba, no sab¨ªa qu¨¦ hacer con ¨¦l¡±, relata. En aquel momento, Jim¨¦nez trabajaba de noche en discotecas, y la abuela se hac¨ªa cargo del ni?o. ¡°Est¨¢bamos totalmente desconectados¡±, describe. ¡°No sab¨ªa ni c¨®mo jugar con ¨¦l, sent¨ªa que me quitaba tiempo para estar con otras personas. Ahora me lo paso mejor con ¨¦l que con nadie¡±, dice. En estos a?os, ha estudiado y cubre suplencias como auxiliar de enfermer¨ªa.
"Me siento mala madre"
Las veteranas consuelan a Mar Encinas, de 46 a?os, madre del peque?o Jairo, de casi tres a?os, que corre, pinta y juega en este centro que no parece un centro como si estuviera en su casa. ¡°Mi hijo es la raz¨®n para vivir¡±, dice entre l¨¢grimas, ¡°pero me siento mala madre¡±. ¡°No me quiero, estoy siempre depresiva, con ganas de llorar¡±, describe Encinas, que sufre un trastorno de personalidad. Tambi¨¦n dan ¨¢nimos a Chelo L¨®pez, de 44 a?os, que est¨¢ muy agobiada porque desde servicios sociales proponen que su hija, de tres a?os, pase unos d¨ªas a la semana en casa de una familiar para que la peque?a ¡°se estabilice¡±. El caso viene de un a?o y medio atr¨¢s, cuando L¨®pez, con trastorno bipolar, sufri¨® una crisis. Pero los propios expertos que la tratan creen que la medida, ahora, no tendr¨ªa sentido. ¡°Tengo p¨¢nico por si mi hija piensa que no la quiero¡±, dice sobre la posible separaci¨®n.
Y es que la enfermedad mental no altera en absoluto, seg¨²n Del Amo, la psic¨®loga, ¡°la capacidad de amar ni de transmitir amor¡± de estas madres, fundamental en los primeros a?os de vida de los ni?os. Juanas lo corrobora. ¡°Mis hijos han sido mi objetivo para luchar, si no qu¨¦ sentido tendr¨ªa mi vida. Lo que no pensaba es que de esa fuerza del amor madre-hijo fuera a salir algo tan bonito¡±, asegura. ¡°Mi hija dice que soy admirable, porque aunque est¨¦ enferma ven que los quiero y me preocupo por ellos¡±, se enorgullece.
El fantasma de la retirada de la custodia
La proporci¨®n de mujeres con trastornos mentales graves con al menos un hijo est¨¢ alrededor del 60%, duplicando al n¨²mero de hombres, seg¨²n un estudio de la Universidad Complutense. El 43% de los padres y madres con este tipo de diagn¨®stico en la Comunidad de Madrid acaba perdiendo la tutela de sus hijos menores.
La retirada de la custodia es uno de los principales fantasmas que persiguen a estas madres. La directora de Casa Verde explica que, pese a las palabras de agradecimiento que expresan, han tenido que vencer mucha desconfianza. ¡°Cuando las mandan aqu¨ª no nos conocen, piensan que las vamos a juzgar y les vamos a quitar a los ni?os. Tenemos que hacerles entender que somos la mejor garant¨ªa de que podr¨¢n mantener la custodia¡±.
De los 135 ni?os que han pasado por el centro, solo ha habido un caso, de dos hermanos, en el que ha sido necesario retirarla. Por su experiencia, cree que los jueces de familia ¡°suelen ser sensatos, saben de la importancia de mantener el v¨ªnculo¡±, y entienden que ¡°la enfermedad mental no determina la calidad del cuidado de los ni?os cuando se tienen apoyos¡±.
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