El doble estigma de la depresi¨®n posparto
Una de cada diez madres sufre esta patolog¨ªa, que en los casos m¨¢s graves puede llevar a ideas suicidas y afectar al desarrollo del beb¨¦
El parto ideal para el que se hab¨ªa preparado Luz Ruiz Peinado se convirti¨® en una pesadilla. Se complic¨® y acab¨® en una ces¨¢rea de urgencia que sufri¨® en vivo al no hacerle efecto la epidural. Estuvo varias horas separada de su beb¨¦, ingresada en la UCI. Esta experiencia traum¨¢tica fue el inicio de una depresi¨®n posparto que esta polic¨ªa de 33 a?os pas¨® sola, sin buscar asistencia m¨¦dica. "Ten¨ªa una tristeza extrema, lloraba por todo, cualquier cosa me costaba, engord¨¦ 20 kilos por un trastorno alimenticio, y con la ni?a ten¨ªa obsesi¨®n: sent¨ªa que ten¨ªa que compensarla por esas primeras horas en las que no estuve con ella, y aunque no pod¨ªa m¨¢s de no dormir, era incapaz de dejarla con otra persona para descansar", recuerda. Ahora, cinco a?os despu¨¦s, Ruiz puede entender lo que le ocurri¨®. "No busqu¨¦ ayuda porque sent¨ªa que estaba mal visto. ?C¨®mo no voy a poder yo sola, si un hijo es lo m¨¢s bonito que te puede pasar? Tengo que poder, me dec¨ªa".
La depresi¨®n posparto es la patolog¨ªa materna m¨¢s frecuente. La sufren al menos una de cada 10 madres en pa¨ªses industrializados, el doble en pa¨ªses en desarrollo, seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS). Algunos expertos elevan el porcentaje hasta el 35%. El estigma que arrastran las enfermedades mentales, y en este caso, por partida doble al producirse en un momento en teor¨ªa feliz, hacen que est¨¦ infradiagnosticada. "Las madres no lo suelen decir espont¨¢neamente, y muchos profesionales sanitarios no est¨¢n formados para detectarla", explica Ibone Olza, psiquiatra perinatal e infantil.
No hay una causa ¨²nica para la depresi¨®n posparto. Se han encontrado, entre otros, factores psicol¨®gicos, sociales, gen¨¦ticos y hormonales. Sufrir depresi¨®n durante el embarazo -la padecen al menos una de cada 10 futuras madres-, ser muy perfeccionista, la soledad y la falta de apoyo familiar, tener problemas econ¨®micos, traumas o estr¨¦s elevan el riesgo. "El posparto es una etapa de mucha vulnerabilidad a la depresi¨®n", afirma Llu?sa Garc¨ªa, coordinadora del Hospital de D¨ªa Madre-Beb¨¦ del Cl¨ªnic de Barcelona. Es el ¨²nico en Espa?a que atiende de forma conjunta a madres con trastornos psiqui¨¢tricos tras el parto y a sus peque?os, algo normal en pa¨ªses como Francia o Reino Unido.
En su a?o de funcionamiento, el centro, con un equipo con psiquiatras, psic¨®logas, enfermeras, y trabajadoras sociales, ha atendido a unas 45 madres, el 40% por depresi¨®n. Algunas presentan trastornos, como el obsesivo compulsivo o el bipolar, que empeoran o reaparecen tras dar a luz. Mucho menos frecuente, pero muy grave, es la psicosis posparto, explica Garc¨ªa, por el peligro de que se hagan da?o a s¨ª mismas o a sus beb¨¦s. Aparte del sufrimiento que conllevan estos trastornos, hay un riesgo real para sus vidas: seg¨²n la OMS, el suicidio es una "causa importante" de fallecimiento entre embarazadas y pu¨¦rparas. "El 40% de las madres que hemos recibido tra¨ªa ideas de muerte", confirma la psiquiatra con sorpresa.
Pero tambi¨¦n el reci¨¦n nacido se ve afectado. La depresi¨®n puede hacer que la madre, como en el caso de Ruiz, se obsesione por su cuidado, pero tambi¨¦n que caiga en el extremo opuesto y no sea capaz de establecer el v¨ªnculo con ¨¦l. "Puede sentir que no quiere a su beb¨¦, que se ha equivocado, o pensar, 'pobrecito, qu¨¦ mala madre le ha tocado", describe Olza. "Hasta que comienza a mejorar, todo el sistema de vinculaci¨®n que la madre ha de poner en marcha con el beb¨¦ para que se desarrolle de forma ¨®ptima se altera", a?ade Garc¨ªa. As¨ª, puede distanciarse del ni?o porque no lo siente como suyo o evitarlo por miedo a hacerle da?o.
¡°No busqu¨¦ ayuda porque sent¨ªa que estaba mal visto. ?C¨®mo no voy a poder, si un hijo es lo m¨¢s bonito que hay?¡±
De ah¨ª, recalcan ambas expertas, la importancia de que el proceso de recuperaci¨®n incorpore al beb¨¦. En el Cl¨ªnic, al que acuden las pacientes de 9.30 a 16.00 durante 60 sesiones, las enfermeras ense?an, por ejemplo, a madres temerosas o reacias a ba?ar a sus peque?os. "Antes, esta formaci¨®n la hac¨ªa la tribu, la familia. Ahora se encuentran solas en casa, intentando lidiar con un beb¨¦ por el que puede que no sientan mucho afecto, o al que no entienden, y culpabiliz¨¢ndose por ello", explica.
Los peque?os, de hasta un a?o de edad, se quedan atendidos mientras las madres asisten a terapia, clases de mindfulness o grupos con otras mujeres. "Es muy importante compartir lo que les ocurre, no pasarlo en silencio. A veces les es dif¨ªcil por el estigma, cuesta entender que no pueden ejercer de madres por una enfermedad mental. O¨ªr que les pasa al 10% de mujeres les hace bien", cuenta Garc¨ªa.
La psicoterapia es parte fundamental del tratamiento. "Hay que estabilizarlas cuanto antes", explica Diana S¨¢nchez, psic¨®loga y fundadora de la Asociaci¨®n Espa?ola de Psicolog¨ªa Perinatal. "Lo primero es darles herramientas para que est¨¦n tranquilas y desculpabilizarlas. Se les explica que se cura, y se trabaja para que se sientan capaces de hacer las cosas bien". Es conveniente incluir a la pareja, pues "es el principal apoyo y tambi¨¦n lo pasa fatal, porque no entiende que aunque se desviva, ella va a tardar en mejorar", aconseja Olza. Si es necesario, se administra medicaci¨®n, normalmente antidepresivos y ansiol¨ªticos. Las tres expertas consultadas recalcan que la mayor¨ªa de los f¨¢rmacos son compatibles con la lactancia materna, algo que para las afectadas suele ser positivo. "Favorece el v¨ªnculo con el beb¨¦ y la sensaci¨®n de autoeficacia de las madres, a veces es lo ¨²nico bueno que encuentran en ellas", explica Garc¨ªa.
La formaci¨®n de los profesionales de atenci¨®n primaria es fundamental para la detecci¨®n precoz
La recuperaci¨®n, en cualquier caso, es lenta. "Como m¨ªnimo cuatro o seis meses", calcula S¨¢nchez, aunque puede llegar al a?o, y si no se trata, la depresi¨®n corre el riesgo de hacerse cr¨®nica. Por eso, las psiquiatras observan con inter¨¦s la aprobaci¨®n en Estados Unidos del brexanolone, el primer f¨¢rmaco dise?ado para la depresi¨®n posparto, que comienza a hacer efecto en dos o tres d¨ªas frente a las tres semanas, como m¨ªnimo, de un antidepresivo normal. "Un medicamento que d¨¦ la vuelta de forma r¨¢pida al estado de la madre ser¨ªa muy positivo para ella y para el beb¨¦", valora Garc¨ªa. "Los resultados parecen prometedores", opina Olza, aunque llama a la cautela, pues "el seguimiento solo se hizo a 30 d¨ªas, y las mujeres que recibieron placebo tambi¨¦n mostraron una mejor¨ªa importante".
"Si funciona, bienvenido sea. Pero deber¨ªa mejorarse mucho en otros aspectos", afirma Olza. "Me temo que la salud mental materna no es una prioridad, y como es una patolog¨ªa de mujeres, aunque sea grave, tiene menos atenci¨®n y recursos", critica. Olza, directora del Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal, que trata de formar y sensibilizar a los profesionales en estos temas, destaca la importancia de mejorar la detecci¨®n precoz. En este campo, destaca Catalu?a, donde desde 2018 existe un protocolo de seguimiento de la salud mental materna desde el embarazo, algo que no hay a nivel nacional. Las tres expertas coinciden en la importancia de que se haga desde la atenci¨®n primaria. "Con unas simples preguntas por la matrona o el pediatra, que es la ¨²nica persona a la que sabemos que la madre va a ir seguro, se podr¨ªa detectar", concluye S¨¢nchez.
Signos de alarma para detectar una posible depresi¨®n
Tristeza continua y profunda, llanto, cambios de humor repentino, irascibilidad, trastornos alimenticios, sensaci¨®n de no ser una buena madre o dificultad para vincularse con el beb¨¦ son s¨ªntomas comunes de la depresi¨®n posparto. Pero muchas veces es dif¨ªcil de detectar, porque la madre, de puertas afuera, intenta aparentar que todo va bien. Algunos signos que, seg¨²n las expertas consultadas, pueden indicar que se est¨¢ ante esta patolog¨ªa son:
Excesiva preocupaci¨®n por la salud del beb¨¦: acudir al pediatra cada poco, o presentar conductas obsesivas, como miedo a sacar al ni?o a la calle por si enferma.
Problemas de sue?o: no dormir cuando el beb¨¦ s¨ª lo hace, por miedo a que se despierte, o por controlar si respira, puede indicar una depresi¨®n. Tambi¨¦n al contrario, un exceso de somnolencia.
Fatiga extrema: es normal sentirse agotada las primeras dos semanas tras el parto. Pero despu¨¦s, puede indicar el inicio de una depresi¨®n.
No disfrutar con el beb¨¦: el miedo a no ser buena madre o a da?ar al beb¨¦, o la dificultad para vincularse con el reci¨¦n nacido, afecta a la relaci¨®n.
Dificultades con la lactancia materna: es un c¨ªrculo vicioso, si existen, puede ser un detonante de la depresi¨®n, y cuando la madre est¨¢ deprimida, es habitual tener complicaciones en la lactancia.
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