Alexis Rivera, el S¨ªsifo del pl¨¢stico en La Graciosa

Los problemas medioambientales ¨Cya sea el calentamiento global, la p¨¦rdida de biodiversidad o la contaminaci¨®n¨C no entienden de fronteras. Bien lo saben en este peque?o punto del Atl¨¢ntico, al que las corrientes marinas traen basura procedente de medio planeta cada d¨ªa. Y, entre todos esos residuos, el pl¨¢stico es el rey en la hermosa playa del ?mbar de la isla de La Graciosa, que forma parte del Archipi¨¦lago Chinijo, el espacio protegido mar¨ªtimo-terrestre m¨¢s importante de Canarias.

Alexis Rivera (Arrecife, Lanzarote, 1971) lleva media vida dedicado a la conservaci¨®n de Chinijo. Estudi¨® Biolog¨ªa en la Universidad de La Laguna y, tras participar en varios proyectos de protecci¨®n de este archipi¨¦lago, entr¨® a formar parte en 2001 de la organizaci¨®n ecologista WWF en el proyecto de Chinijo, donde a¨²n contin¨²a.

Desde 2001, y durante tres meses al a?o, Alexis es un S¨ªsifo del pl¨¢stico. Seg¨²n la mitolog¨ªa griega, los dioses castigaron a S¨ªsifo a empujar eternamente colina arriba una enorme roca que cada d¨ªa volv¨ªa a caer. Alexis cada jueves durante los tres meses que dura la campa?a de WWF -normalmente en verano- se marcha con una enorme bolsa negra llena de residuos que ¨¦l y los voluntarios han recogido de la playa del ?mbar.

Botes, envases, colillas, peines, botellas de pl¨¢stico, maderos, redes de pesca... De vez en cuando Alexis cuelga una foto en las redes sociales (con el hashtag #EstoQu¨¦HaceAqu¨ª) de lo que se encuentran en esta hermosa playa virgen. Un disco de vinilo, un aparejo de las bateas de mejillones de Galicia (con su etiqueta de la Xunta), redes, maromas...

Su afici¨®n por los animales llev¨® a Alexis hasta la carrera de Biolog¨ªa y esos estudios universitarios le llevaron a su vez hasta el lugar que ha marcado toda su vida: el islote Alegranza, que forma parte tambi¨¦n del Archipi¨¦lago Chinijo. "Recuerdo que desembarcamos all¨ª al amanecer y fue muy impactante", dice sobre la primera vez que puso un pie en Alegranza para un proyecto de seguimiento de la pardela en este islote. Se enamor¨® del lugar y ya nunca se alej¨® demasiado.

A unas pocas millas de ese islote esta esa playa del ?mbar que limpia cada jueves con los voluntarios que van rotando cada semana. A veces, admite, se puede caer en el des¨¢nimo, porque cada semana las corrientes vuelven a llenar este lugar id¨ªlico de desechos.

"Los voluntarios muchas veces lamentan la continua llegada de la ingente cantidad de pl¨¢stico, pero yo les transmito que el objetivo es poner ese granito de arena que supone recoger el pl¨¢stico para conservar el espacio protegido y, al mismo tiempo, hacer labor de sensibilizaci¨®n", explica Alexis. "Yo me quedo con que la visibilidad que estamos logrando las entidades y los particulares est¨¢ haciendo que los ciudadanos presionen a las Administraciones y a las empresas para que cambien y solucionen el problema del pl¨¢stico en el origen", a?ade. "Siempre les digo: no se desesperen, lo importante es divulgar, que nos vean los habitantes del resto de la isla y los turistas y ellos mismos transmitan el mensaje".

Y el mensaje parece que empieza a cuajar. Por ejemplo, el Parlamento Europeo le dio el visto bueno con una ampl¨ªsima mayor¨ªa esta primavera a la directiva que vetar¨¢ a partir de 2021 la venta de varios productos de usar y tirar. Desaparecer¨¢n los cubiertos, vasos y platos de pl¨¢stico y los envases de poliestireno expandido como los utilizados en las cajas de comida r¨¢pida, recipientes para bebidas o palitos de globos.

Es un peque?o paso, pero es un reflejo de la concienciaci¨®n creciente ante un problema que no tiene ni un siglo de historia. En 1950 la producci¨®n mundial no llegaba ni a los dos millones de toneladas anuales; en 2016 se produc¨ªan ya 335 millones y para 2050 se estima que se pueda llegar a superar ampliamente los 1.000 millones. El problema no es tanto la producci¨®n, sino la mala gesti¨®n de los residuos que hacen que solo un porcentaje muy peque?o de ese pl¨¢stico se recicle o reutilice. Muchos de esos residuos no reciclados acaban en los vertederos y en el mar.

"Chinijo es un lugar muy importante, un sitio concreto del planeta que sufre una amenaza global y est¨¢ sirviendo para concienciar en el ¨¢mbito local, nacional e internacional", expone sobre la atenci¨®n que los medios de comunicaci¨®n prestan desde hace un a?o a este lugar contaminado por el pl¨¢stico. Alexis recuerda que hace unos a?os, cuando los turistas y los habitantes de la zona les ve¨ªan recoger las basuras pensaban que eran "unos locos". "El otro d¨ªa en la playa del ?mbar la gente tambi¨¦n se puso a recoger pl¨¢stico con nosotros. Y se sacaban fotos y para compartirlas en las redes. Es muy positivo que la poblaci¨®n local vea como algo bueno la conservaci¨®n del medio ambiente".