¡°Ya no hay ning¨²n rinc¨®n en el mundo sin feminismo¡±
Varela escribi¨® 'Feminismo para principiantes' cuando casi nadie hablaba del asunto. 15 a?os y 50.000 ejemplares despu¨¦s saca la segunda parte, contada casi en tiempo real
Nuria Varela (Mieres, Asturias, 1967) escribi¨® un libro cuando casi nadie hablaba del asunto. Feminismo para principiantes ha vendido m¨¢s de 50.000 ejemplares. Tras 15 a?os y un despertar feminista sin precedentes, publica Feminismo 4.0. La cuarta ola (Ediciones B). ¡°Si no contamos nosotras nuestra historia, la perdemos y tenemos que fijarla, reflexionar y avanzar¡±, reclama en una entrevista con EL PA?S este mi¨¦rcoles en la sala Matadero de Madrid. La periodista y escritora fue la primera directora de gabinete del primer Ministerio de Igualdad, que encabez¨® Bibiana A¨ªdo en 2008. Desde hace un mes y medio, es directora General de Igualdad del Principado Asturias. Y sigue escribiendo, una tarea a la que anima a todas sus amigas: ¡°Tenemos mucha historia que no est¨¢ contada. Sigue muy oculto lo que hacemos las mujeres en general y el feminismo en particular¡±.
Pregunta. Lo dice al inicio y al final del libro: ¡°El silencio se ha roto¡±. ?Ser¨ªa la caracter¨ªstica principal de esta cuarta ola?
Respuesta. Siempre hemos puesto el foco donde nadie lo hab¨ªa puesto , pero nunca se hab¨ªa roto en las voces de millones de mujeres del mundo. En el MeToo y en iniciativas como Cu¨¦ntalo. Estamos denunciando temas como la violencia sexual, de la que no habl¨¢bamos ni entre nosotras.
P. Pero romper ese silencio tiene costes muy altos para las mujeres.
R. Para las mujeres sigue siendo muy caro ser feminista y denunciar. A pesar de eso, est¨¢n denunciando por millones en los tribunales, medios y redes. La sumisi¨®n nunca nos ha salvado. Lo que deber¨ªa ser a estas alturas, y m¨¢s en pa¨ªses democr¨¢ticos, es que a las mujeres se les creyera. Todav¨ªa no las creen. Se cuestiona hasta el propio concepto de violencia de g¨¦nero, hay negacionistas. La impunidad sigue.?
P. ?Hasta qu¨¦ punto son relevantes las j¨®venes en esta cuarta ola?
R.Otra caracter¨ªstica de la cuarta ola es la toma de conciencia tan temprana. En Espa?a tenemos grupos feministas en los institutos. Es muy bueno que tengan esa herramienta pronto. Pero me preocupa mucho un aspecto para el que nos faltan m¨¢s datos. Esa toma de conciencia viene provocada porque est¨¢n sufriendo mucha violencia sexual y en las primeras relaciones de pareja. Est¨¢n dando la voz de alarma.
¡°Hay violencia contra las mujeres porque no hemos entrado en el aula¡±
P. ?Por qu¨¦ ocurre?
R. La violencia contra las mujeres sigue ocurriendo porque no hemos conseguido entrar en el aula. Desde la educaci¨®n infantil a la Universidad, estamos en los m¨¢rgenes, con proyectos de coeducaci¨®n pero no dentro. Todo el primer cap¨ªtulo de la ley integral contra la violencia de g¨¦nero est¨¢ dedicado a la educaci¨®n. Lo que tiene que ver con la igualdad parece cosa de segunda. Todo el mundo est¨¢ contra la violencia , pero no lo relaciona con la igualdad. No podemos acabar con la violencia de g¨¦nero si no trabajamos, educamos y vivimos en igualdad.
P. No hay relevo generacional en las manifestaciones, dice usted, porque nadie se ha ido. Abuelas y nietas con la pancarta.
R. Es lo m¨¢s rico que tenemos, lo que m¨¢s nos est¨¢ aportando. Del feminismo es dif¨ªcil irse. Una vez que tomas conciencia de g¨¦nero y te pones las gafas moradas es bastante complicado quit¨¢rtelas.
P. Considera el 8 de marzo de 2018 un punto de inflexi¨®n. ?Fue relevante el papel de la movilizaci¨®n espa?ola?
R. El feminismo espa?ol no fue relevante en la ¨¦poca sufragista , pero en siglo XXI es muy especial. Es mucho m¨¢s pol¨ªtico que el resto. Tardamos 17 d¨ªas en hacer el primer congreso feminista desde que muri¨® Franco. El feminismo ya estaba organizado, en los partidos, en la oposici¨®n. Nos enfrentamos a un r¨¦gimen que negaba los derechos a todas las mujeres. Tuvimos que hacer el discurso y la investigaci¨®n pero tambi¨¦n cambiar las costumbres y la sociedad. El feminismo espa?ol tiene una historia propia que lo hace ser vanguardia. Pero otra caracter¨ªstica de la cuarta ola es que es global: por primera vez no hay ning¨²n rinc¨®n en el mundo donde no haya feminismo de una u otra manera.
P.?El 8-M puso el foco en los cuidados, de los que a¨²n se hacen cargo sobre todo las mujeres.
R. En las pol¨ªticas de igualdad nada es r¨¢pido, eso lo sabemos. Los cambios son muy profundos aunque en Espa?a vayamos tan r¨¢pidas.
P. ?R¨¢pidas?
R. Franco sali¨® de la tumba hace apenas una semana. Mira el pa¨ªs que dej¨® respecto a la igualdad y a las mujeres y mira el que tenemos. Vamos muy r¨¢pido teniendo en cuenta de donde ven¨ªamos pero muy lentas con relaci¨®n a donde queremos llegar. La crisis de cuidados es la m¨¢s importante que tenemos encima de la mesa porque hace que el sistema sea insostenible. Hay que cambiar el an¨¢lisis. Los grandes economistas, los pol¨ªticos siguen sin ver que el gran agujero negro son los cuidados. Se pretende que las mujeres se incorporen al mercado laboral en las mismas condiciones en las que se incorporaron los hombres y que nadie cuide. Eso no es sostenible.
P. ?Ser¨ªa importante que hubiera m¨¢s mujeres en puestos de poder para cambiar eso?
R. Lo m¨¢s importante para los cuidados es que haya m¨¢s hombres en las casas, no tanto m¨¢s mujeres en los puestos de poder. Nosotras hemos salido pero ellos no han entrado. El PIB en Europa, por ejemplo, contabiliza la prostituci¨®n y no los cuidados. ?Qui¨¦n ha decidido eso?
¡°Para los cuidados, es mejor m¨¢s hombres en casa que m¨¢s mujeres en el poder¡±
P. Lleg¨® Trump y hubo enseguida una marcha de las mujeres, la m¨¢s multitudinaria desde Vietnam. Igual con Bolsonaro. Pero ambos siguen en sus puestos.
R. Creemos que toda la sociedad est¨¢ a favor de la igualdad y no es as¨ª. Hay gente que considera que tenemos distintas obligaciones, derechos y roles. El discurso profundo de los derechos humanos no est¨¢ interiorizado de forma mayoritaria. Por eso se vota a l¨ªderes que cargan contra el discurso de la emancipaci¨®n de las mujeres. Ellas cuidan. Nosotros ganamos dinero. Ese discurso tan casposo, tradicional y da?ino para las mujeres sigue muy normalizado entre buena parte de la poblaci¨®n.
P. Vox, ahora en las instituciones, intenta horadar el discurso feminista. ?Hasta qu¨¦ punto es peligros para las conquistas de las mujeres?
R. Vox no es peligroso para el feminismo, es peligroso para la democracia. No hay democracia sin igualad.
P. Dedica su libro ¡°a las ni?as, a las adolescentes, a las mujeres j¨®venes, a las que sin duda ver¨¢n la ca¨ªda del patriarcado¡±. ?Lo cree de verdad?
R. Lo deseo con todas mis fuerzas. Una de las caracter¨ªsticas de las revoluciones es que siempre son inesperadas. Yo conf¨ªo mucho tanto en las mujeres como en el feminismo, que ha hecho cosas inimaginables, aunque a veces nos dejamos caer por el des¨¢nimo, porque hay retrocesos. Pero hay que recordar que venimos de no tener alma, inteligencia o conciencia. Lo que nos cost¨® entrar en la Universidad, en la pol¨ªtica, en la toma de decisiones¡ Conf¨ªo en que las mujeres j¨®venes lo consigan, no creo que el mundo de ahora sea sostenible.?
"Sabemos el camino para acabar con la prostituci¨®n"
P. "Uno de los objetivos claros de la cuarta ola ser¨ªa acabar con el sistema prostitucional", dice usted en el libro. Pero es un tema conflictivo dentro del feminismo.
R. El feminismo siempre ha debatido mucho. Es un movimiento internacional, poco jerarquizado y organizado en red. Es tan s¨®lido porque nunca ha rehuido el debate. Llevamos varias d¨¦cadas con este de la prostituci¨®n. El cambio es que quiz¨¢ el debate ha aumentado porque ya no podemos hablar de prostituci¨®n sino de un sistema prostitucional. Ha crecido exponencialmente los ¨²ltimos a?os y vemos c¨®mo se est¨¢ llevando a millones de mujeres, sobre todo pobres, en buena parte del mundo. Y est¨¢ siendo una de las econom¨ªas criminales m¨¢s potentes en todo el mundo. El debate ha cambiado. No es un debate menor, ni donde las posturas est¨¢n m¨¢s suavizadas. Estamos ante un fen¨®meno que mueve much¨ªsimo dinero y que tiene much¨ªsimas herramientas para inocularse en la sociedad, sobre todo entre la gente m¨¢s joven que ha banalizado completamente eso. Desde el puto de vista de las mujeres que destruye y desde el punto de vista simb¨®lico, es uno de los mayores problemas que tenemos, pero no un problema del feminismo que genere divisi¨®n sino un problema social de gran calado, por eso el feminismo est¨¢ trabajando m¨¢s. Y, por primera vez, tenemos una ley, la sueca [abolicionista que persigue y penaliza al cliente] que se ha aprobado, se ha evaluado y sabemos que est¨¢ dando resultados. En el debate se han introducido elementos potentes porque el fen¨®meno es distinto y sabemos el camino para acabar con ¨¦l.
P. Tambi¨¦n hay divisi¨®n sobre los vientres de alquiler.
R. Dentro del feminismo yo creo que no hay discusi¨®n en los vientres. Hay m¨¢s discusi¨®n en algunos grupos LGTBIQ y, si me apuras, dentro de algunos grupos gais. Este tema es m¨¢s bien la decepci¨®n o la tristeza de ver c¨®mo un grupo af¨ªn con el que siempre hemos trabajado enfrent¨¢ndonos al patriarcado, tiene de pronto una parte que se posiciona a favor de los vientres. Ah¨ª las posturas dentro del feminismo son muchos m¨¢s un¨¢nimes.
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