Los j¨®venes abandonan la dieta mediterr¨¢nea que siguieron de peque?os
El porcentaje de adolescentes que sigue una alimentaci¨®n saludable es 10 puntos inferior al de los ni?os, seg¨²n el Estudio Pasos 2019
La alimentaci¨®n es una asignatura pendiente entre los adolescentes, que cada vez se alejan m¨¢s de la dieta mediterr¨¢nea: el porcentaje de j¨®venes (35,9%) que siguen esta saludable rutina es menor que el de la poblaci¨®n infantil (45,7%). As¨ª lo muestra el Estudio Pasos 2019, que ha presentado este lunes la Gasol Foundation. Santi G¨®mez, principal investigador del informe, se?ala que el punto de inflexi¨®n de este deterioro de los h¨¢bitos alimentarios arranca en quinto de Primaria y alerta del crecimiento de la obesidad y el sobrepeso en los menores. "Las pol¨ªticas preventivas y los esfuerzos para frenar esta epidemia deber¨ªan de estar centrados en Primaria", argumenta G¨®mez.?
?Y por qu¨¦ los adolescentes abandonan la dieta mediterr¨¢nea? El pediatra Carlos Casabona lo achaca a la presi¨®n de grupo y al entorno.?¡°Cuando los j¨®venes salen con sus amigos, van al McDonald's o a otras cadenas de comida r¨¢pida. Y tambi¨¦n porque ven que los padres tampoco comen muy bien. Los anuncios tampoco ayudan: no suele haber publicidad de frutas y verduras, pero s¨ª de ultraprocesados y bebidas azucaradas¡±.
Solo dos de cada diez ni?os consumen al menos cuatro raciones de frutas y verduras a diario, seg¨²n el estudio, que cuenta?con una muestra de 3.887 ni?os y ni?as de m¨¢s de 200 centros educativos. En la poblaci¨®n joven, solo uno de cada diez incluye estos alimentos en su d¨ªa a d¨ªa. A Abel Marin¨¦, profesor em¨¦rito de Nutrici¨®n y Bromatolog¨ªa de la Universidad de Barcelona, no le sorprenden estos datos. "En la adolescencia se produce una modificaci¨®n de la conducta y una desestructuraci¨®n", cuenta. "Los h¨¢bitos alimentarios empezaron a cambiar cuando sustituimos la frase de: 'Esto es lo que hay para cenar' por '?Qu¨¦ quieres cenar?".
¡°A partir de los siete a?os los ni?os empiezan a comer peor¡±, dice el pediatra Casabona. ¡°Cuando son m¨¢s peque?os, los padres est¨¢n muy encima de la alimentaci¨®n, pero a partir de esa edad empieza el ambiente obesog¨¦nico con comidas copiosas. Y se contagian de lo que ven en el patio del colegio, donde uno lleva donetes y otro una palmera de chocolate. Es el momento en el que muchos empiezan a engordar¡±, a?ade el autor de T¨² eliges lo que comes (Paid¨®s). En su opini¨®n, ¡°se culpa a la falta de ejercicio porque a la industria alimentaria le interesa, pero es una visi¨®n parcial: en la obesidad tiene m¨¢s peso la alimentaci¨®n que el ejercicio f¨ªsico. Si se come mal, no hay manera de que se pueda quemar corriendo. Y menos los ni?os¡±.
Y sin embargo, las tasas de ejercicio f¨ªsico en Espa?a tambi¨¦n est¨¢n muy por debajo de lo ideal. M¨¢s de seis de cada diez ni?os realiza menos de 60 minutos de actividad f¨ªsica moderada o vigorosa, el m¨ªnimo recomendado por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS). Un dato que en la adolescencia crece hasta el 70%. Albert Batalla Flores, profesor de educaci¨®n f¨ªsica en la Universidad de Barcelona, incide adem¨¢s en la brecha de g¨¦nero. "Las mujeres tienen muchos menos referentes deportivos a la hora de animarlas a practicar deporte. Hay muchos deportistas varones populares y pocas deportistas populares. Y esto dificulta la adherencia a la actividad f¨ªsica en las chicas", a?ade.
Los j¨®venes no solo comen peor y hacen menos ejercicio que los ni?os. Tambi¨¦n duermen menos de lo recomendado.?El promedio de horas diarias de sue?o entre semana de los adolescentes (7,78 horas) de 4? de la ESO est¨¢ por debajo del l¨ªmite m¨ªnimo que indican las recomendaciones de la National Sleep Foundation,?que recomienda a la poblaci¨®n adolescente dormir entre 8 y 10 horas. El estudio se?ala que esta realidad "atenta de forma relevante" a las oportunidades de desarrollo f¨ªsico, cognitivo, psicol¨®gico y social de la poblaci¨®n infantil y adolescente.?
Un 25,7% de los j¨®venes?declara sentirse preocupado, triste o infeliz. Cinco puntos porcentuales m¨¢s que en la poblaci¨®n infantil. El investigador G¨®mez considera "preocupantes" estas elevadas cifras y a?ade que "la ansiedad y el sentirse mal con uno mismo cronifica el estado de obesidad". En el estudio se recomienda tomar medidas urgentes para garantizar el bienestar emocional desde la infancia hasta la edad adulta para que no se convierta en la "causa y la consecuencia" de otras enfermedades y problemas sociales.?
Mercedes Gil-Campos, profesora de Pediatr¨ªa de la Universidad de C¨®rdoba, alerta de las consecuencias de estos malos h¨¢bitos.?¡°En adolescentes las cifras de obesidad y sobrepeso son alarmantes y se empiezan a ver complicaciones que antes solo se ve¨ªan en adultos¡±, explica la tambi¨¦n investigadora del Centro de Investigaci¨®n biom¨¦dica en red fisiopatolog¨ªa de la obesidad y nutrici¨®n (Ciberobn). ¡°Hemos empezado a detectar que a partir de los 10 a?os se ve s¨ªndrome metab¨®lico, una resistencia a la hormona que controla el az¨²car, tensi¨®n arterial alta, triglic¨¦ridos altos¡ Adem¨¢s, las enfermedades que antes solo ve¨ªamos antes en personas mayores, como la diabetes tipo 2, ahora las vemos tambi¨¦n en adolescentes¡±.
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