Nadia Otmani: ¡°No quiero dar ni un minuto de gloria a Vox¡±
Nadia Otmani, v¨ªctima de violencia de g¨¦nero, critica los ataques sufridos por simpatizantes de extrema derecha tras su enfrentamiento con Ortega Smith
Nadia Otmani no pudo resistirlo. El pasado 25 de noviembre, mientras el Ayuntamiento de Madrid celebraba un acto institucional el d¨ªa internacional contra la violencia machista, Nadia Otmani (Fez, en Marruecos; 59 a?os), alz¨® la voz. No pudo evitar interrumpir al portavoz municipal de Vox, Javier Ortega Smith, que en su discurso frivoliz¨® y minimiz¨® el maltrato que sufren las mujeres por parte de los hombres. Tambi¨¦n describi¨® como ¡°chiringuitos¡± a las asociaciones feministas. En lo que va de a?o, en Espa?a han sido asesinadas 52 mujeres; seis de ellas en la capital. Desde 2003, cuando se recogen datos oficiales, han muerto 1.028 mujeres por violencia machista (107 en la Comunidad de Madrid). Ante los ataques de Ortega Smith, Otmani le reclam¨® a viva voz y ante un centenar de personas ¡°respeto por las muertas¡±: "Respeto para todas las mujeres v¨ªctimas¡±. Ella es una de ellas.
Hace poco m¨¢s de dos d¨¦cadas, el 5 de octubre de 1998, un hombre dispar¨® a Nadia en una tranquila calle del barrio de Barajas. Era el marido de su hermana Rachida. El ataque ocurri¨® a las 18.00. Dos horas antes, el hombre, nacido en Teher¨¢n (Ir¨¢n) en 1955, hab¨ªa salido del hogar en el que que viv¨ªa con su familia. Al poco, Rachida llam¨® a Nadia. "No dejaba salir a mi hermana; la ten¨ªa todo el tiempo controlada", explic¨® Nadia el lunes tras el encontronazo con el pol¨ªtico. La pareja ¡°ven¨ªa teniendo frecuentes discusiones¡± que el hombre atribu¨ªa ¡°a la influencia de su cu?ada [Nadia]¡±, seg¨²n recoge la sentencia del juicio por el tiroteo que se celebr¨® en el a?o 2000 y que conden¨® al agresor a nueve a?os de c¨¢rcel.
Cuando las dos mujeres, con el beb¨¦ de dos a?os de Rachida en brazos, se dispon¨ªan a salir de la casa de Barajas, a las afueras de Madrid, apareci¨® el cu?ado de Nadia. Llevaba una pistola: una Browning de calibre 6,35. Al verlas en la calle, saliendo del portal de la urbanizaci¨®n, las apunt¨®. Rachida intent¨® entrar en la finca. Nadia ¡°levant¨® los brazos y se gir¨® para intentar cubrir a su hermana y a su sobrino¡±, resume el fallo judicial. El hombre dispar¨® dos veces. Una de las balas impact¨® en la espalda de Nadia que cay¨® al suelo. Cuando estaba tirada, y apuntando a su cabeza, el hombre apret¨® el gatillo dos veces m¨¢s.
¡°Fue muy sonado¡±, relata Javier ?lvarez, 49 a?os,?vecino de la zona donde ocurri¨® el tiroteo hace dos d¨¦cadas. ?lvarez conoce a "casi todo el mundo" en Barajas pueblo. Naci¨® en el barrio y desde 1989 regenta un quiosco a escasos metros del portal en el que viv¨ªa la pareja. ¡°Les conoc¨ªa; alguna vez me tom¨¦ algo con ellos. Creo recordar que ¨¦l vend¨ªa alfombras persas. Despu¨¦s del tiroteo, no les he vuelto a ver¡±, agrega el quiosquero. "Todo el mundo se acuerda [del suceso]", incide. Para confirmarlo, pregunta a una mujer se acerca a comprar: "M¨®nica, ?te acuerdas del tiroteo que pas¨® aqu¨ª?". "Sin duda", responde la mujer. Ninguno de los dos vecinos sab¨ªa que la v¨ªctima de aquel suceso que sacudi¨® esta tranquila calle, era la misma mujer que se enfrent¨® al discurso machista de Ortega Smith.
A pesar de que su cu?ado le meti¨® tres balazos en el cuerpo, Nadia tuvo suerte: ¡°Cualquiera de las balas podr¨ªa haber sido mortal¡±, concluye la sentencia del ataque. Por unos mil¨ªmetros, Nadia sobrevivi¨®. No volver¨ªa a caminar, pero estaba viva. ¡°Fue entonces cuando se dio cuenta de que las mujeres migrantes eran m¨¢s fr¨¢giles y ten¨ªan menos recursos para enfrentarse al machismo¡± que otras v¨ªctimas, explican desde la asociaci¨®n Al Amal, que Nadia fund¨® en 2003, tras recuperarse del ataque, y con la intenci¨®n de proteger a las mujeres m¨¢s vulnerables.
¡°Mi hermana fue v¨ªctima; llevo 20 a?os sufriendo la violencia machista¡±, le dijo Nadia al l¨ªder de Vox en el acto de Cibeles. Poco despu¨¦s, los simpatizantes del partido de extrema derecha iniciaron una campa?a en redes para cuestionar su figura y el trabajo de su asociaci¨®n. La acusaron de vivir de lo p¨²blico y, a pesar de la sentencia, cuestionaron que el ataque que sufri¨® tuviera una motivaci¨®n machista. Tambi¨¦n dijeron que hab¨ªa sido "una acci¨®n orquestada" y "un escrache pol¨ªtico".?Nadia hab¨ªa sido invitada al acto como activista, presidenta de una asociaci¨®n feminista. Estaba en primera fila, junto a los l¨ªderes pol¨ªticos, porque hab¨ªa m¨¢s espacio para su silla de ruedas. Dos d¨ªas despu¨¦s del choque, Ortega Smith fue reprobado por el Ayuntamiento de Madrid, con la oposici¨®n del PP.
Dentro de la campa?a de desprestigio a Nadia, los simpatizantes de Vox intentaron asociar el tiroteo que dej¨® a la mujer en silla de ruedas con un ajuste de cuentas por narcotr¨¢fico y no con un caso de violencia machista. Basaban sus afirmaciones, en que el nombre de la mujer aparec¨ªa en varios art¨ªculos de prensa publicados a finales de septiembre de 1998, d¨ªas antes de que Nadia recibiera los balazos. En esos textos se hablaba de una operaci¨®n contra el narcotr¨¢fico de hero¨ªna en Madrid. Los hechos fueron juzgados, pero en la sentencia, de enero de 2001, no se hace referencia alguna a la detenci¨®n de ninguna mujer.
"No tiene nada que ver con nuestra familia; yo no figuro en ning¨²n sitio ", explica Nadia. Desde el choque con el pol¨ªtico de extrema derecha, la mujer ha preferido no hacer declaraciones, pero el viernes acept¨® hablar con EL PA?S: "Siempre he hablado con todo el mundo, pero no quiero dar ni un minuto de gloria a esta gente. Quieren manipular. A m¨ª no me est¨¢ afectando, pero tengo familia". "Cuando quer¨¢is, hablamos de la asociaci¨®n, de los problemas de las mujeres y de la lucha contra la violencia machista. Ahora mismo, acabamos de ayudar a dos mujeres que hab¨ªan sido secuestradas por sus maridos y llevadas a Marruecos. De eso s¨ª quiero hablar", a?ade antes de despedirse.
Las oficinas de la asociaci¨®n Al Amal aparecen en una callecita en el centro de Torrej¨®n de Ardoz, un municipio al este de Madrid. Abren sus puertas frente a una barber¨ªa, entre el bazar Al¨ª Baba y la cafeter¨ªa Biladi. ¡°Atendemos a mujeres, principalmente marroqu¨ªes o migrantes, que no saben c¨®mo salir de una situaci¨®n complicada o de violencia machista. No tienen recursos y nos llaman; llaman a Nadia y las ayudamos¡±, relata una mujer de unos 50 a?os, que lleva m¨¢s de una d¨¦cada colaborando ¡ª¡°de voluntaria, todas somos voluntarias¡±¡ª con la organizaci¨®n. La mujer prefiere no dar su nombre.
"Todo el mundo reconoce su trabajo. Tiene la medalla de plata de la Comunidad de Madrid. Se la dio Esperanza [Aguirre]", agrega la voluntaria de Al Amal. Otmani obtuvo ese reconocimiento en 2010, el 2 de mayo, D¨ªa de la Comunidad de Madrid, cuando los poderes p¨²blicos homenajean a ciudadanos destacados por su actividad y su esfuerzo. Los premiados "son una magn¨ªfica representaci¨®n de los mejores hombres y mujeres de la Comunidad", dijo Aguirre, entonces presidenta regional. Aguirre y Nadia se hab¨ªan conocido a?os antes. De hecho ¡ªy aunque desde las filas de la extrema derecha describieron a Nadia como un "t¨ªtere de la izquierda" ¡ª, la activista ha repetido en varias ocasiones que el apoyo de Aguirre fue clave para que Al Amal se hiciese realidad.
¡°No es la primera vez que la atacan¡±, apunta la voluntaria de Al Amal, ¡°Nadia es una mujer muy fuerte¡±. Recalca que la organizaci¨®n lleva d¨¦cadas trabajando por los derechos de las mujeres y que seguir¨¢n haci¨¦ndolo. Una idea que Otmani reafirm¨® ayer: ¡°Voy a seguir con mi lucha por los derechos de las mujeres¡±.
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