Greta Thunberg, ¡®rockstar¡¯ en Madrid
La activista adolescente desata un hurac¨¢n medi¨¢tico que pocos son capaces de lograr
El activista madrile?o Tom¨¢s Castillo present¨® a Greta Thunberg como una oradora m¨¢s, la segunda de cuatro j¨®venes que subieron a una tarima para hacer un llamamiento a salvar el planeta. Pero delante de ellos y en salas extra en el centro cultural La Casa Encendida de Madrid ten¨ªan este viernes a 420 periodistas que estaban ah¨ª por ella. Probablemente fue una de las ruedas de prensa m¨¢s multitudinarias que se recuerdan en la capital de Espa?a.
Thunberg habl¨® ante la prensa horas despu¨¦s de su llegada a Madrid, tras 36 d¨ªas de viaje desde la otra punta de Am¨¦rica, en Los ?ngeles, donde le sorprendi¨® el anuncio de traslado de la Cumbre del Clima de la ONU, de Chile a Espa?a. Su traves¨ªa por el Atl¨¢ntico en un peque?o barco, que ha durado 21 d¨ªas, explica en parte la expectaci¨®n. Tambi¨¦n que Thunberg ha logrado lo que ninguna otra voz para aumentar la visibilidad del problema del cambio clim¨¢tico. Un movimiento de millones de personas originado por una adolescente con asperger que un d¨ªa de agosto de 2018 falt¨® a clase para protestar con una pancarta en la que se le¨ªa "Skolstrejk f?r klimatet"?(en huelga escolar por el clima, en sueco) en las calles de Estocolmo.
Thunberg, de aspecto fr¨¢gil y 1,62 metros de estatura, avanz¨® este viernes en Madrid con esa pancarta, rodeada permanentemente por un enjambre de periodistas. Lleg¨® a la estaci¨®n de Chamart¨ªn a las 8.40 con su padre y otros adultos que la acompa?aron en el barco. Ellos, como siempre, no se interpusieron ante las c¨¢maras para protegerla. En la estaci¨®n hubo carreras, empujones y algo de p¨¢nico. Una ni?a ech¨® a llorar a l¨¢grima viva al ver que la avalancha iba a pasar cerca de ella. Tres mariachis que la esperaban en la zona de taxis se marcharon frustrados porque en medio del caos no tuvieron su oportunidad de recibirla cantando.
La estaci¨®n se llen¨® de curiosos que pasaban por ah¨ª. No hubo simpatizantes con c¨¢nticos de apoyo, a diferencia de la tarde, tras la rueda de prensa en La Casa Encendida. Decenas de seguidores se agolparon a las puertas de la instituci¨®n cultural para acompa?arla hasta la cercana estaci¨®n de Atocha, de donde sali¨® a las 18.00 la manifestaci¨®n por la defensa del planeta convocada por su movimiento, los j¨®venes de Fridays for Future.
Como ha hecho otras veces, Thunberg no quiso acaparar todo el protagonismo. Pidi¨® que la acompa?aran ante la prensa otros j¨®venes activistas en su comparecencia, Shari Crespi, Alejandro Mart¨ªnez y Tom¨¢s Castillo. Tambi¨¦n habl¨® una joven de Uganda, Vanessa Nakate. Thunberg ha fomentado las acciones de j¨®venes del Sur Global, en parte inc¨®moda por las cr¨ªticas de que su ¨¦xito se debe a que es blanca y procede de un pa¨ªs rico, y que muchos otros j¨®venes de pa¨ªses pobres, m¨¢s expuestos a la crisis clim¨¢tica, no han sido o¨ªdos.
Cuando vio que los periodistas solo le preguntaban a ella, Thunberg no se cort¨® a la hora de sugerirles que tambi¨¦n se dirigieran a sus compa?eros de tarima. Al final se sali¨® con la suya. Todos hablaron sobre sus mensajes a los l¨ªderes pol¨ªticos y el futuro del movimiento.
En la puerta la esperaban admiradores que le gritaban "We love you Greta". Leire e Irati, de 12 y 11 a?os, llegaban corriendo para ver a la estrella de la tele. Las acompa?aba Noelia, de 44 a?os, que era la que se confesaba como admiradora: "Queremos a Greta a pesar de toda la conspiraci¨®n contra ella".
Algunos que pasaban por all¨ª se hicieron eco de cr¨ªticas de las legiones de esc¨¦pticos que han reaccionado contra ella. Una vecina dec¨ªa que esa ni?a era demasiado peque?a para estar haciendo lo que hac¨ªa. La cara ani?ada de Thunberg enga?a a muchos, que creen que tiene menos a?os de su edad real, 16 a?os y 11 meses. Algunos piensan que la activista tiene 12 o 13 a?os.
"Me parece demasiado extremista", dec¨ªa Esmeralda Navarro, una vecina de Navalcarnero que se detuvo con su marido al ver el revuelo. "No es tan f¨¢cil como parece conseguir lo que quiere ella". Al escucharla Santiago Bueno, ingeniero de 57 a?os, le respond¨ªa que "Greta solo est¨¢ poniendo los cimientos para un proceso largo y laborioso".
La propia Thunberg es realista, una estrella con los pies en el suelo. "No hemos conseguido nada", dijo cuando le pregunt¨® un periodista por sus ¨¦xitos en sus 15 meses de protestas. Matiz¨® que Fridays for Future ha logrado concienciar a la gente, algo que no es suficiente. "Por supuesto no hay victoria porque lo ¨²nico que queremos conseguir son medidas reales, y eso no ha pasado".
Cuando sali¨® por la puerta de nuevo los periodistas se agolparon para lograr fotos, con codazos, gritos y alguna que otra situaci¨®n inc¨®moda. Nunca en 17 a?os La Casa Encendida hab¨ªa concentrado a tantos periodistas como ante Thunberg, seg¨²n Crist¨®bal S¨¢nchez, el director de programas de Montemadrid, que gestiona el centro. Hab¨ªa medios de todo tipo, desde los grandes estadounidenses hasta otros m¨¢s peque?os de corte activista. Algunas grandes agencias de noticias acreditaron a casi una decena de sus periodistas.
La aglomeraci¨®n de medios da una idea de la cantidad de solicitudes de entrevista y otras peticiones que recibe Thunberg a diario. La ayudan varios asistentes de prensa pero es ella la que en ¨²ltima instancia decide, aseguran.
Para muchos esta atenci¨®n in¨¦dita por alguien que lucha por el clima es una muy buena noticia. "En Espa?a nos pasamos mucho tiempo hablando de cosas menores, pero hay otras cosas que se nos pasan por alto", dice el madrile?o Rodrigo Escorihuela, un trabajador de laboratorio de 39 a?os. "Esto es importante para toda la humanidad".
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