¡°El Vaticano sab¨ªa de los abusos de Maciel. ?Es el colmo que no lo reconozca!¡±
V¨ªctimas del fundador de los Legionarios de Cristo pedir¨¢n en enero a las autoridades mexicanas una reparaci¨®n por las agresiones sufridas
Sa¨²l Barrales no esconde su enojo. Ha cumplido 88 a?os, 12 de ellos sumergido en una lucha legal infructuosa para conseguir justicia como v¨ªctima de abusos de Marcial Maciel, el cura fundador de los Legionarios de Cristo, uno de los grandes movimientos del cristianismo romano. Para ¨¦l es una burla el informe interno hecho p¨²blico el fin de semana, en el que la congregaci¨®n admite que desde 1941 hasta hoy 175 menores fueron v¨ªctimas de abusos sexuales cometidos por 33 de sus sacerdotes, al menos 60 de ellos, por Maciel. ¡°Es una lavada de cara¡±, dice. ¡°No es suficiente¡±, contin¨²a, ¡°la instituci¨®n debe desaparecer¡±. Hartos de no ser atendidos ni por la Iglesia ni por la justicia, Barrales y otras siete personas que fueron abusadas por Maciel cuando eran ni?os ¡ªla mayor¨ªa hoy son mayores de 80 a?os¡ª acudir¨¢n en enero a las autoridades mexicanas para exigir reparaci¨®n por los abusos sufridos.
Barrales recuerda que su pesadilla comenz¨® cuando ten¨ªa 13 a?os. En 1946 ¨¦l y otros 30 chicos ¡ª15 de ellos entre 11 y 13 a?os¡ª viajaron con Maciel hasta Espa?a, con una estancia de unos d¨ªas en Cuba. Despu¨¦s de embarcarse hacia Europa, el sacerdote lo llam¨® una noche a su camarote. ¡°Me dijo, ¡®ponme la mano aqu¨ª en el pecho porque siento dolor¡¯ y luego la bajaba hacia sus partes ¨ªntimas. Pronto empec¨¦ a notar sus insinuaciones. Ve¨ªa qui¨¦n le ca¨ªa bien. ?l sent¨ªa simpat¨ªa por la gente g¨¹era [de piel blanca], de ojos azules, chamacos de 10, 11 y 12 a?os¡±. Barrales asegura que el Vaticano conoc¨ªa de los abusos de Maciel, pero que imperaba el silencio entre los j¨®venes que estudiaban para sacerdotes y las autoridades de la Iglesia en todos los niveles. ¡°Yo mismo me dec¨ªa: ¡®No puede ser que enjuicie a un ser que ha hecho tantas cosas buenas. Lo consider¨¢bamos un santo, un enviado de Dios para transformar la Iglesia¡±.
Mantuvo el silencio durante 12 a?os, pero seg¨²n se fue haciendo adulto comenz¨® a hacer cr¨ªticas sobre lo que ve¨ªa, sin llegar a las acusaciones formales. Fue cuando Maciel decidi¨® expulsarlo. Era 1958, Barrales ten¨ªa 25 a?os y, ¡°con la vida arruinada¡±, tuvo que comenzar de cero. Se dedic¨® a dar clases y vivi¨® con un humilde salario de maestro, siempre con amargura, hasta que se jubil¨®.
Barrales y las otras siete v¨ªctimas de abusos de Maciel acudir¨¢n a la Comisi¨®n Ejecutiva de Atenci¨®n a V¨ªctimas (CEAV) del Gobierno de M¨¦xico con la esperanza de que se pronuncie sobre sus casos y fije una reparaci¨®n. M¨¦xico aprob¨® en 2012 una Ley General de V¨ªctimas, que obliga al Estado a dar asistencia y protecci¨®n e indemnizar a quienes hayan sufrido violaciones a sus derechos humanos o hayan sufrido violencia. ¡°Son estas instancias federales las que pueden determinar los grados de afectaci¨®n y que se logre una reparaci¨®n por parte del Gobierno¡±, explica Sergio M¨¦ndez, abogado de las ocho v¨ªctimas y coordinador del Litigio Constitucional de Justicia Pro Personas A.C. M¨¦ndez afirma que el Estado podr¨¢ exigir que se pidan disculpas p¨²blicas y que se pague una indemnizaci¨®n a las v¨ªctimas.
El informe de los Legionarios llega en medio del estallido del caso de Fernando Mart¨ªnez en M¨¦xico, un legionario que abus¨® de al menos seis ni?as y al que la congregaci¨®n encubri¨® durante 50 a?os. La presentadora de radio Ana Luc¨ªa Salazar fue la primera en denunciar los abusos que sufri¨® cuando ten¨ªa ocho a?os en un colegio en Canc¨²n a manos de Mart¨ªnez, quien era el director. ¡°Te utilizan, te mienten y luego te desechan y te acallan¡±, cont¨® en ese momento. Ahora sostiene que la investigaci¨®n interna no tiene validez porque ¡°nadie la supervis¨®¡± y presenta una cifra ¡°inveros¨ªmil y escueta¡±, se?ala. ¡°Me parece muy maquillado el resultado, ni siquiera est¨¢n contando a todos los que encubrieron. Yo calculo como m¨ªnimo que es el doble¡±.
Otras v¨ªctimas
Tras la denuncia de Salazar en mayo, salt¨® a la luz el caso de otras siete v¨ªctimas que sufrieron abusos de Mart¨ªnez. Entre ellas, Mar¨ªa Bel¨¦n M¨¢rquez, de 34 a?os, que detall¨® lo que pas¨® en el Instituto Cumbres entre 1991 y 1993, uno de los 154 colegios que los Legionarios regentan en el mundo. ¡°No fue una debilidad, fue abuso sexual, y en varias ocasiones¡±, dice. No puede borrar de la memoria las manos del sacerdote sobre su cuerpo. ¡°Son secuelas que no se ven, pero que duran toda la vida¡±.
A Biani L¨®pez Ant¨²nez, otra de las v¨ªctimas de Mart¨ªnez, sus padres la inscribieron cuando ten¨ªa ocho a?os en la escuela que dirig¨ªa el sacerdote, a quien la congregaci¨®n hab¨ªa puesto al frente de la instituci¨®n pese a acumular al menos tres denuncias por pederastia. ¡°?Puta madre! Ellos sab¨ªan perfectamente que estaban poniendo un depredador sexual en mi colegio¡±, maldice la mujer de 36 a?os. ¡°Adem¨¢s de abusar de nosotras, nos hac¨ªa ver los abusos a otras ni?as¡±, cuenta.
La publicaci¨®n en noviembre de la investigaci¨®n interna que admit¨ªa los esfuerzos por ocultar los abusos sexuales en el colegio de la orden en Canc¨²n ha creado una tensa situaci¨®n entre una parte de la Iglesia mexicana con la Legi¨®n. La negativa de la congregaci¨®n, hasta el momento, a expulsar al espa?ol Eloy Bedia, uno de los acusados de acallar las denuncias contra Mart¨ªnez y recientemente ascendido, abre m¨¢s dudas que certezas sobre el proceso de limpieza interna.
Para Sa¨²l Barrales, a pesar de las d¨¦cadas pasadas y de la muerte de Maciel, no es tarde para que la Iglesia reconozca lo ocurrido e indemnice a las v¨ªctimas. Esa es la batalla que ha librado desde hace 12 a?os. ¡°Queremos ser reconocidos. Queremos que la Iglesia haga el esfuerzo de remover a sacerdotes que tengan inclinaciones a cometer abusos, queremos que, si se sabe que le han desbaratado la vida a alguien, como a m¨ª, haya una restituci¨®n econ¨®mica para poder vivir. El Vaticano sab¨ªa todas estas cosas, ?es el colmo que no lo quieran reconocer!¡±.
¡°Complicidad del Estado¡±
El exsacerdote Alberto Athie, uno de los primeros en denunciar los abusos sexuales de Maciel, responsabiliza al Estado mexicano de la impunidad que ha protegido a los agresores dentro de los Legionarios de Cristo. Y pone como ejemplo de ello la negativa de la justicia mexicana de llevar a cabo las investigaciones reclamadas por las v¨ªctimas que sufrieron la pederastia de los religiosos. ¡°Las autoridades judiciales desconocen los casos o han buscado neutralizarlos. Hay una complicidad civil y del Estado¡±, denuncia.
Athie asegura que el informe presentado por los Legionarios de Cristo es incompleto. La carencia m¨¢s importante es que no da nombres de sacerdotes acusados de pederastia, tampoco informa de su localizaci¨®n actual ni detalla si han sido entregados a las autoridades. Otra queja es que el informe ¡°deja de lado¡± la forma en la que ¡°fueron encubiertos todos los casos¡±.
La Iglesia mexicana tambi¨¦n critic¨® el informe. Rogelio Cabrera L¨®pez, presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), afirm¨® durante el fin de semana que el informe es incompleto y que ¡°llega tarde¡±. Para el arzobispo ¡°es inexplicable que esta historia delictiva no se haya dado a conocer en m¨¢s de 70 a?os¡±.
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