Ley contra la violencia de g¨¦nero: 15 a?os de una norma pionera y ejemplar
La autora destaca el consenso con el que fue adoptado el texto en el Congreso
Espa?a tom¨® una decisi¨®n valiente hace 15 a?os con la Ley 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protecci¨®n Integral contra la Violencia de G¨¦nero, que ha resultado ser un ejemplo para muchos otros Estados del mundo. Nuestra sociedad soportaba no solo la desigualdad entre hombres y mujeres, sino tambi¨¦n la peor cara de esta, la de la violencia contra las mujeres en diferentes grados y niveles hasta llegar a lo m¨¢s terrible, los asesinatos. A?os antes, el caso de Ana Orantes, quemada viva por su marido tras denunciar en televisi¨®n la violencia que sufri¨® durante m¨¢s de 40 a?os, hab¨ªa conmocionado a la sociedad espa?ola, abriendo una puerta cuyo umbral no ha vuelto a cruzarse en sentido contrario.
La violencia de g¨¦nero no pertenece al ¨¢mbito privado. Nunca antes se hab¨ªa constatado con tanta contundencia que "lo personal es pol¨ªtico", como dec¨ªa Simone de Beauvoir. Desde el feminismo siempre hemos defendido que hay espacios donde la democracia tiene que entrar para garantizar la integridad f¨ªsica, moral y la posibilidad de desarrollar con plenitud los derechos y libertades de las mujeres.
Ha sido el feminismo, con sus ra¨ªces ilustradas, quien ha venido planteando los conceptos y los logros con los que hoy podemos nutrir cualquier discurso de esta naturaleza. Ha sido la sociedad espa?ola la que ha sostenido con determinaci¨®n el avance y la construcci¨®n de nuestra democracia en un af¨¢n constante de mejora. Han sido las mujeres de este pa¨ªs, acompa?adas de la inmensa mayor¨ªa de hombres que est¨¢n al margen de ser violentos, al margen de ser potenciales delincuentes, al margen de no poder entender ya otro tipo de relaciones que no se basen en el respeto, en la libertad y en la igualdad.
La implacable lucha del movimiento feminista, el impulso del Partido Socialista y el consenso que situaba el marco desde el que abordar esta violencia estructural y espec¨ªfica se plasmaron en una ley pionera que suscit¨® un gran acuerdo sobre el concepto de violencia de g¨¦nero y que contribuy¨® a modificar marcos sociales y pol¨ªticos para enfrentarnos a ella.
Una ley ejemplar cuya fortaleza, apuntalada por la unanimidad con la que fue adoptada en el Congreso de los Diputados aquel 22 de diciembre de 2004, supuso un gesto de madurez democr¨¢tica y de valent¨ªa pol¨ªtica, no solo del partido que la impuls¨®, sino de todos y cada uno de los que votaron aquel d¨ªa. Fuimos capaces de incorporar a otras posiciones ideol¨®gicas distintas de la del Gobierno que la hizo nacer, y eso es un activo fundamental para nuestra propia democracia.
Aquel consenso se vio reflejado en 2017 en el Pacto de Estado contra la Violencia de G¨¦nero. Hemos seguido manteniendo la unidad de acci¨®n y la unanimidad de comprensi¨®n. Adem¨¢s, hemos integrado las obligaciones contra¨ªdas en el Convenio de Estambul, abordando la violencia contra las mujeres tambi¨¦n fuera del contexto de la pareja o expareja. Este pacto signific¨® algo m¨¢s profundo todav¨ªa: la decisi¨®n de no hacer partidismo en una lucha que tiene que ser de todos, firme y com¨²n.
Somos conscientes del margen de mejora y de que hay que seguir trabajando contra una violencia que se ha cobrado la vida de m¨¢s de 1.000 mujeres desde que existen datos oficiales en 2003 y de 34 menores desde 2013.
Sin igualdad no hay democracia. Y frente a quienes quieren debilitar el consenso que se ha venido trazando durante 15 a?os en este pa¨ªs y que ha significado la ejemplaridad no solo de la ley, de las instituciones y Administraciones p¨²blicas, de nuestros tribunales, sino tambi¨¦n de una sociedad como la nuestra, afirmamos con contundencia que no podr¨¢n romper las grandes mayor¨ªas que hemos sido capaces de construir. La lucha por la igualdad desde la perspectiva constitucional y democr¨¢tica debe de ser una prioridad y una cuesti¨®n de Estado. Por eso, es tan importante hacer este recordatorio, volvernos a mirar como sociedad para saber de d¨®nde venimos, porque es la ¨²nica manera de saber tambi¨¦n no solo a d¨®nde vamos sino sobre todo a d¨®nde queremos ir.
Carmen Calvo es vicepresidenta del Gobierno y ministra de Igualdad en funciones.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.