Wuhan se blinda antes de reabrirse

¡°Es ahora, cuando ya hemos conseguido rebajar las cifras de afectados, que debemos estar especialmente vigilantes. No podemos bajar la guardia¡±, dice el joven polic¨ªa de rostro redondo que, con un traje protector blanco sobre el uniforme negro y mascarilla quir¨²rgica, procesa a los escas¨ªsimos viajeros no residentes que han comenzado a llegar a Wuhan, el primer foco de la pandemia de Covid-19 y donde los n¨²meros oficiales chinos dicen que han muerto m¨¢s de 2.553 personas y se infectaron 50.007.

La ciudad de 11 millones de habitantes junto al r¨ªo Yangtze, un importante nudo de comunicaciones y n¨²cleo industrial, se prepara para levantar su bloqueo a partir del 8 de abril. En los modernos rascacielos sobre el r¨ªo, las iluminaciones LED [lanzan mensajes de ¨¢nimo a la ciudadan¨ªa: ¡°?Hubei [la provincia de la que Wuhan es capital] va a ganar! ?China va a ganar!¡±. Este jueves se cumplen 10 semanas de aquel 23 de enero en el que las autoridades locales impusieron por sorpresa la cuarentena de la urbe, cuando admit¨ªan 444 casos y 17 fallecimientos. Diez semanas que parecen toda la vida.

Despu¨¦s de que el presidente Xi Jinping visitara Wuhan el 10 de marzo, y con ello diera la mayor se?al oficial de que las aguas volv¨ªan a su cauce, las autoridades locales han tenido buen cuidado en procurar que los contagios queden en ese perfecto cero que marcaban los registros desde hace casi dos semanas. Solo se hab¨ªa detectado un nuevo caso de infecci¨®n desde entonces, aunque este mi¨¦rcoles se ha roto la racha con un caso importado ¡ªel origen de la mayor parte de las nuevas infecciones, siempre seg¨²n los datos oficiales¡ª, procedente del Reino Unido.

Tambi¨¦n es posible que las cifras puedan cambiar pr¨®ximamente. A partir de ahora, China ha comenzado a incluir en su contabilidad los casos asintom¨¢ticos, que no figuraban hasta ahora en los registros pese a que pueden contagiar a otros. Con los nuevos criterios, Pek¨ªn ha admitido este mi¨¦rcoles 130 nuevos casos, 47 de ellos en Hubei. En esta provincia se han detectado hasta el momento 982 portadores de este tipo, que se encuentran todos bajo observaci¨®n.

Dada la situaci¨®n y el temor a que las llegadas del exterior puedan generar una segunda ola de casos, las autoridades locales han incrementado la seguridad a medida que, dentro de Wuhan, se va levantando suavemente el pie del acelerador de la vuelta a la vida normal. Reabren los comercios ¡ªaunque sin apenas clientes todav¨ªa¡ª y se ha reanudado el servicio de metro; desde el s¨¢bado pasado los trenes ya vuelven a conectar con el resto del pa¨ªs, pero de momento solo para recibir viajeros. Las salidas tendr¨¢n que esperar al d¨ªa 8.

El dispositivo para recibir a los viajeros, y bloquear la posible entrada de casos importados y sus virus, es concienzudo y comienza ya durante el trayecto. Los pasajeros que se apeen en Wuhan son sometidos a varios controles de temperatura a lo largo de la ruta; los extranjeros, especialmente bajo escrutinio, cambiados de asiento a una parte del vag¨®n m¨¢s aislada.

Al descender, espera un control de seguridad por triplicado. Una primera presentaci¨®n de los documentos de identidad de los responsables de la estaci¨®n. Si no se reside en Wuhan, otra inspecci¨®n para ser admitido en el distrito a donde se dirige. Muestra del ¡°c¨®digo de salud¡±, alguna de las aplicaciones de m¨®vil que rastrean los movimientos del usuario y, si encuentran que no ha estado en alguna zona de riesgo o cerca de alg¨²n paciente, generan un c¨®digo QR de color verde que indica que el portador est¨¢ sano. Los documentos de identidad son escudri?ados, fotografiados, comprobados con llamada a los ¨®rganos competentes. Y vuelta a empezar, hasta recibir la autorizaci¨®n de entrada con una sola palabra: zou o ¡°hale, v¨¢yase¡±.

A¨²n falta, para quienes tengan pasaporte extranjero, una ¨²ltima ronda de comprobaci¨®n. Ahora hay que descargar otra aplicaci¨®n de m¨®vil, esta especialmente dise?ada para los for¨¢neos. En ella se registran de nuevo los datos ante la Polic¨ªa y el c¨®digo QR certifica que el origen del viaje ha sido otra ciudad china y, por tanto, no hace falta la temida cuarentena. ?Zou!

El mismo rito volver¨¢ a repetirse en el hotel. El comit¨¦ vecinal, los responsables de distrito, los empleados del hotel, todos necesitan comprobar la temperatura, desinfectar al reci¨¦n llegado, mirar y remirar los papeles y los c¨®digos de las aplicaciones, ¡°en estos tiempos especiales de Covid-19¡±, como se disculpa el establecimiento en un mensaje a sus hu¨¦spedes.

Fuera de la estaci¨®n, a¨²n se ve poca gente en las anchas avenidas de sus distritos modernos. En las calles, aunque ya no est¨¢n desiertas, el tr¨¢fico circula muy por debajo de lo que sol¨ªa ser habitual. No se ha restablecido a¨²n el servicio de taxis o de Didi, el Uber chino. Quienes salen, lo hacen a¨²n con mucha precauci¨®n. ¡°Hemos pasado mucho miedo todo este tiempo, y nos sigue preocupando que podamos infectarnos¡±, comentaba desde su apartamento Chao, un estudiante de 22 a?os.

Una de las razones es la incertidumbre sobre el verdadero alcance de la epidemia y sus v¨ªctimas, y el temor a que el virus a¨²n siga muy presente en esas calles de Wuhan. Un reportaje de la prestigiosa revista Caixin ha puesto en duda las cifras oficiales, dado el n¨²mero de urnas con cenizas que se han comenzado a entregar a los allegados una vez que han reabierto los centros de servicios funerarios, y calcula que los fallecidos han podido llegar a los 40.000.

Tambi¨¦n inquietan las informaciones que llegan de fuera de la provincia. A la escalada de casos en el extranjero, este mi¨¦rcoles se ha sumado otra noticia m¨¢s cercana que invita a la precauci¨®n. En Henan, una de las provincias colindantes con Hubei, las autoridades locales han cerrado por completo un distrito de 600.000 habitantes despu¨¦s de que se haya detectado un pu?ado de nuevos casos vinculados a un hospital, seg¨²n publica el diario hongkon¨¦s South China Morning Post. El polic¨ªa en traje protector insiste, antes de despedirse: ¡°No podemos bajar la guardia¡±.

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